31 julio 2015

El sistema educativo mata la creatividad

Imagen del Instagram de Álvaro Santana. Universidad de Harvard.
Empiezo este texto con pereza. Podría hacer una búsqueda y decir exactamente, cuántas leyes educativas, reformas y parches ha tenido el Sistema Educativo desde 1971 hasta 2015 pero pueden ser más de una decena porque unos sin vergüenza como el PSOE y el PP, únicos partidos que han gobernado y que pronto lo harán juntos, no han sido capaces de llegar a un consenso de qué sistema de enseñanza aprendizaje necesitaba un país de 45 millones de personas como España. Bueno, miento un poco. Ángel Gabilondo, exministro de Educación y el mejor de los ocho años de gabinetes de Zapatero, intentó hasta el último momento en 2011 hacer una ley de consenso, duradera e independientemente de quién esté gobernando pero, según dicen, desde PP le dijeron que no iban a firmar en el último minuto porque ya se veían ganadores de las elecciones y ya tenían planteado el engendro del indeseable de Wert. Para quién tenga nociones de derecho hay que pensar que lo que se ha estado reformando, siempre con la consigna de más o menos religión católica cuando las religiones como dogma deben estar fuera de todo sistema educativo, es una Ley Orgánica que desarrolla Artículos de la Constitución.
Mi postura es que las leyes educativas que han existido en estos 44 años han sido un rotundo fracaso porque han fomentado la titulitis, se ha dedicado a que todo el sistema sea una repetición de cosas que se aprenden de manera mecánica, que se acaban olvidando, y que se ha construido para matar la curiosidad y la creatividad innata en el ser humano encauzando la mayoría de las mentes al mínimo esfuerzo, segregando el conocimiento en parcelas sin transversalidad y burocratizando el Sistema Educativo a niveles kafkianos. La LOGSE de los años noventa estuvo bien porque contemplaba en el texto estos aspectos, sobre todo repetía mucho el de aprender a aprender en una sociedad tendente al cambio, pero tuvo dos enormes fallos. Por un lado nació en vacas gordas pero se aplicó en medio de una crisis por lo que los recursos económicos y la partida presupuestaria estuvo ausente y por el mismo profesorado. Un profesorado que, salvo raras excepciones que confirman la regla, es una clase acomodada desclasada, sin talento, sin vocación y donde primaban su buena vida al desarrollo intelectual y creativo de sus alumnos. El resultado ha sido un país sin talento creativo pendiente a las burbujas y a los pelotazos en los que los empresarios se hacían inmensamente ricos mientras se sostenía el dicho de que inventen fuera. Lo que ha sucedido en San Francisco, cuna de muchas startups que han pasado a tener mucho valor, no sólo económico sino social, es un fenómeno imposible en este país porque el talento y la creatividad se castigan pues no dan beneficio económico a corto plazo. La gente con estas cualidades, que las hay, acaban emigrando del país. Un país plagado de la mayor cantidad de universitarios de su historia que no se ha notado mucho y muy chovinista. Eso en Canarias lo somos mucho. Nos reímos del desconocimiento geográfico que los extranjeros tiene de nuestras islas porque no saben situarlas en el mapa de mundo entero, somos una pequeña tierra con sus valores pero nos creemos el ombligo del planeta, mientras que apuesto que casi la totalidad de los canarios no sabríamos situar a Míchigan por ejemplo, una ciudad que sale mucho por la tele y en las películas, en el mapa de Estados Unidos.
Para terminar quiero contarles algo que muy pocos en las islas saben. En la Universidad de Harvard, la más importante del mundo, hay un canario, de La Laguna, dando clases. Se llama Álvaro Santana Acuña. Estudió historia en la Universidad de La Laguna pero tuvo el empeño en ir a Estados Unidos para seguir formándose. Si estos días hemos oído las declaraciones del Parlamentario de Podemos y Catedrático de Sociología Paco Deniz, El Maceta, jactándose de que no sabe ni cuánto cobra ni de saber de TIC's cuando un profesor debería estar a la vanguardia de las tecnologías porque presumir de ignorancia despierta simpatías, el ambiente que Álvaro se encontró en Estados Unidos era muy distinto. Autenticas eminencias que se reunían con él en su despacho y le decía lo importante para mi no es lo que tú puedes aprender de mi sino lo que yo pueda aprender de ti. Esta humildad le hace falta a muchos en unas universidades como las españolas donde la endogamia y el enchufismo es nota casi común. La última vez que lo vi me contó que estaba dando una cuatrimestral de sociología y casi lloro cuando me contó su método de trabajo: clases teóricas apoyadas en fragmentos de cine, debates de películas que veían en casa, examen teórico pero la mayor parte de la nota era crear un audiovisual, argumental o no, de lo que habían aprendido durante el curso. Me quedé sin palabras pues aquí ningún profesor puede ni quiere hacer eso. La creatividad no sólo está muerta en nuestra sociedad sino que es perseguida como algo que distrae.

Para acabar decir un par de cosas de Álvaro. Del mundo anglosajón ha cogido muchas cosas pero sobre todo lo bueno. La puntualidad, yo lo soy hasta la nausea pues tengo inculcado el no gustarme jugar con el tiempo de los demás, y su técnica de trabajar, hasta de escribir un simple texto, es completamente estudiada, contrastada y, sobre todo, argumentada. Desde Estados Unidos presentó varios informes irrebatibles por el contraste histórico de la reforma de la Plaza de la Catedral en La Laguna y consiguió que las obras no hicieran un auténtico disparate salvando, por ejemplo, la losa chasnera que llevaba más de cien años allí. Para él, La Laguna se ha convertido en un gran parque temático lleno de franquicias, cosa en la que estoy completamente de acuerdo, donde prima el patrimonio monumental y se desprecian los valores etnográficos que la ciudad está perdiendo todos los días. El concejal de obras, que debería cobrar al año unos 60 mi euros de nuestros impuestos puesto a dedo por Ana Oramas primero y por Fernando Clavijo después, lo más que podía hacer era insultarlo, decir que era un canario renegado, despreciaba su carrera intelectual de horas de trabajo duro a pesar que al concejal no se le conociera ni la EGB y decía que era un aliado de Sí Se Puede cuando Sí Se Puede más bien lo utilizaban a él. A mi me ha dicho que echa de menos las islas pero sabe que aquí no tiene nada que hacer porque su ambición intelectual, y su humildad, no tienen cabida en unas islas bananeras como las nuestras, y esto lo digo yo, donde lo que prima es la ignorancia, la arrogancia, la ineptitud, la corrupción y el enchufismo. Tenemos la mayor herramienta para aprender por nuestra cuenta, Internet, pero en un país donde la creatividad está muerta y no se prima el esfuerzo el vago es el rey.