Este árbol lleva tiempo talado en la zona de Concepción Salazar pero ha sido usado como punto de reivindicación ciudadana. |
A mediados del mes de noviembre del año de la pandemia de 2020 estuve por la casa donde vivo allí, en un barrio no muy integrado con el centro, para pasar unos días tranquilo en mi piso más que para ver amigos que, como sabemos, en esta época de contagios, con Tenerife a la cabeza de la COVID, no es de las mejores ideas. Había leído que el ayuntamiento de La Laguna estaba cometiendo un arboricidio en la zona de La Manzanilla y Camino Largo, en al calle de la zona de ricos de Concepción Salazar, y quería verlo con mis propios ojos y tomarlo con la cámara de mi móvil. La casualidad que in situ me enteré que el solar de los Oramas en Marqués de Celada había sido vendido por La Menina, Ana Oramas que es la peor alcaldesa que ha existido en el mundo por ser una suerte de cacique de toda la vida con remedos de ser la siempre la Esperanza Aguirre canaria mal, con decenas de irregularidades para hacer un Mercadona pero de eso ya hablaré otro día. O no lo haré pero el caso es que estaba muy preocupado el domingo por la mañana por lo que es ese paisaje arbolado, en una zona de gente muy bien de la peor ciudad gestionada históricamente en Canarias, y me fui para el sitio con la idea de que no sería para tanto. Y no, no era para tanto sino para mucho más. A mi, que presumo de no llorar y de no ser un sensiblero, se me rayaron los ojos al ver lo que habían conseguido las fuerzas del ayuntamiento de progreso autodefinido como ecosocialista, si esto significa realmente algo, y no me lo podía creer. En una mañana soleada de noviembre caminar en los cientos de metros en los que los árboles, algunos como muchas décadas en la zona, que habían sido cortados por el ayuntamiento y las zonas en las que aún quedaba una arboleda que le quedan pocos días de vida en el momento en el que escribo esto, era pasar de un sol muy duro a un ambiente fresco por la vegetación. La palabra miserables estuvo todo el rato en mi boca.
Miserables son personajes como Rubens Ascanio Gómez primer teniente alcalde, cliente premium de Almacenes Herrero y el mayor trepa que he visto nunca o José Luis Hernández Hernández de medio ambiente que es el ser más mediocre que ha existido nunca en todos los partidos político pero que sabía manejar el Excel y acabó llevando las cuentas y haciendo los cuentos del dinero de aquella cosa que a finales de la década de los diez acabó llegando a las instituciones para hacer lo mismo que hacía Coalición Canaria porque en el fondo les guía el mismo nacionalismo rancio, excluyente y arrogante. Bueno, CC sabía robar pero estos lo único que hacen es medrar en poltronas para sacar carretillas de billetes que reparten a sus amigos y a sus empresas afines para que hagan cosas ridículas relacionadas con la igualdad y el medio ambiente en el que se cagan siempre que pueden. Después de decenas de nombres, coaliciones y sopas de letras ahora se hacen llamar Unidas se Puede y tienen uno don de la ineptitud muy desarrollado y la capacidad de estar en el gobierno y criticarse a ellos mismos porque todavía se creen parte de la calle y de la oposición. ¡Schrödinger lo hubiera tenido casi todo hecho al inventar su experimento teórico del gato para explicar la dualidad onda partícula si hubiera conocido a estos personajes! En este caso son los políticos de cambio que gobiernan y se hacen oposición a la vez.
Me podrán objetar que las decisiones son colegiadas en esa coalición, que las competencias están repartidas, que esta formación no tiene nada que ver con las obras publicas aunque el oligofrénico de José Luis tenga las competencias de medio ambiente pero me parece de una vergüenza absoluta que hayan permitido la tala indiscriminada de, dicen, hasta 44 árboles en una zona pulmón de La Laguna. Lo que me produce mucho enfado, asco y grima es que si esta gente deshonesta estuviera en la oposición, ocupando o sin ocupar cargos políticos, por intentar sacar un puñado de votos y rédito estarían haciendo una campaña en contra de la tala que ellos mismo están permitiendo desde el gobierno de la ciudad. Una campaña por redes, entiéndase, que no está la cosa para caminar y ocupar la calle, máxime cuando Ascanio debe estar orgulloso de su obesidad grado tres hacia un cuatro. Una tala oculta en las redes del ayuntamiento y escondidas en las escandalosas cifras de la COVID de Tenerife, con La Laguna como epicentro de esta en Canarias, aunque José Luis diga en lo medios que no sabe por qué está la pandemia desatada en la ciudad a pesar que los bares, restaurantes y terrazas estuvieron a tope y sin el más mínimo control desde la desescalada en mayo hasta de octubre.
Esta crisis del coronavirus, como creo que a mucha gente, me ha hecho más humilde y desde hace muchos meses ni expresión favorita es no lo sé pero se me ocurren, al menos dos, ideas que hubieran evitado la tala indiscriminada en esta zona de La Laguna para destrozar un paisaje que se han consolidado de una manera original, con especies foráneas pero bien integradas, durante muchas décadas. Quizá las aceras las hubiera podido alargar expropiando las casas de los ricos que florecen allí y quitándoles parte del jardín, no hubieran tocado vivienda alguna, para ampliarlas pero no había huevos para enfrentarse a esta élite más que nada porque muchos poderosos viven por allí y, seguramente, alguno de la izquierda alternativa tiene mirado su chalesito en la zona. En todo caso, tampoco hubiera hecho falta expropiar porque son modos muy traumáticos que se alargan en una zona sin apenas tránsito y hubiera subido mucho el presupuesto de la obra. En todo caso, en el ayuntamiento hubieran quedado como espléndidos si hubieran hecho peatonal la zona solo permitiendo los vehículos de servicios y de los vecinos y consagrándola al deporte, máximamente al atletismo y ciclismo que mucha gente practica en la zona exponiendo su seguridad física al tráfico, en una tendencia que debe ser imparable en toda ciudad que se digne que es la de sacar los malditos coches, incluso los dos eléctricos y carísimos que presume tener en su casa José Luis Hernández, de las ciudades modernas hechas para las personas. Desde aquí los entendemos: Concepción Salazar no es como Heraclio Sánchez y el resto del Casco Histórico que se puede especular con inmuebles y dedicar la mayoría de los negocios al puto terraceo que privatiza espacios públicos, gentrifica, ensucia las ciudades, encarece los precios de restaurantes y bares y atrae inversiones de fondos opacos y directamente procedentes de la corrupción. Todos nos acordamos como Evaristo González compraba las voluntades, sus tramas mafiosas y la compra de funcionarios y voluntades políticas. Pero bueno, esto ya es otro tema que trasciende a estos arboles tristemente talados. Miente cuando dicen que van a plantar en Mesa Mota cien árboles porque en esta zona ya hay un proyecto de rehabilitación puesto en marcha bastante antes que estos ineptos llegaran al gobierno. Desde este blog, más muerto que vivo en los últimos años, quiero decir que la gente responsable de este disparate les va a ser siempre poco todo lo malo que les pueda pasar, en lo político, después de esto.
Quiero dedicar este post a Andrés Rodríguez Barella, y a nuestros paseos por la zona, que murió el 8 de junio de este año. Andrés aguantaba vivir en La Laguna porque pasaba mucho tiempo fuera de ella y tenía una doble vida en el sur de Gran Canaria donde también, como en esta rancia ciudad, lo querían por docenas. Andrés al principio me animaba a escribir y casi siempre leía lo que yo escribía aunque siempre sospeché que se había aburrido de mi y sus lecturas se hicieron más de una ráfaga rápida y finalmente un de vez en cuando pasaba por este sitio. Yo no le decía nada pero él me tenía por radical cuando criticaba a esta falsa izquierda de inútiles motivados y chusma varia que se cree con el poder divino de ser infalibles y creen que todo el que los critique es innoble y está contra ellos por tener opiniones formadas y no dicotómicas. Las franquicias de Unidas Podemos ven la vida con un triste contra mi o conmigo y toleran muy mal la frustración de que los critiquen cuando lo hacen mal y se venden al poder. Nombro al compañero no por esto sino porque sé que estaría muy cabreado con el arboricidio que se ha estado perpetrando muy cerca de la casa en la que vivió la mayor parte de la vida. Desde aquí mi cariño a Andrés que ha sido y será uno de los mejores amigos que tendré nunca.