06 junio 2021

Da más miedo la incompetencia de Carolina Darias que AstraZeneca

 

Como ya comenté por aquí en su momento, soy de los primeros vacunados en el país al estar considerado como un trabajador con una función social esencial. Por ello, el 14 de marzo de 2021 recibí en el primer pinchazo de AstraZeneca en un hospital de referencia de Canarias. Por tanto, justo cuando escribo esta líneas, se han cumplido las doce semanas justas en las que debería haber estado recibiendo la segunda dosis de esta vacuna según el prospecto de la marca que me enviaron por correo electrónico.

Hasta aquí todo debería estar bien si no fuera por el tremendo carajal en el que nos han metido los lobbys de presión que, manipulando las redes sociales, han conseguido crear corrientes de información mediatizadas y que, a través de versiones irrelevantes, han conseguido copar el debate sobre esta vacuna en los medios infundiendo miedos que financieramente les son muy rentables. Un dato usando una simple calculadora: vacunar al setenta por ciento de la población con AstraZeneca cuesta 120 millones de euros frente a los casi 800 de hacer lo mismo con Pfizer, calculando a 1,78€ la primera, 12€ la segunda y dos dosis a casi 33 millones de personas. Esto no es idea mía, se lo he escuchado en diversas fuentes como a Pascual Serrano, a Rafa Vilasanjuan en La SER y hasta en una de esas cansinas intervenciones de Fernando Simón que, con diversos matices, han venido a afirmar algo que puede entenderse como esto que digo. Lo que ellos no han dicho y yo sí es que estamos gobernados por ineptos e incompetentes tanto desde el Gobierno de España como del de Canarias. ¡Por favor, que alguien le diga a Carolina Darias que su incapacidad de vocalizar después de 30 años dedicándose a la política da vergüenza ajena, que vaya al logopeda o que, como modo de urgencia, pruebe a leer las obras completas de Galdós con un lápiz entre los dientes!

Debo señalar que me inquieta lo que afirma Pascual Serrano, un referente innegable y serio del análisis de la manipulación mediática que muchas personas de izquierda hemos tenido como voz segura, afirma en Cuba Información TV en donde los fondos de inversión, cita varios de ellos, han optado por desprestigiar a AstraZeneca en favor de Pfizer, pues financian ambas, para que la factura de la necesaria vacunación mundial frente a la COVID suban y que las ganancias sean bestiales ya que estas vacunas jamás hubieran sido posibles sin las financiaciones púbicas de todos los gobiernos de los países más avanzados pues el capitalismo no gana con vacunas sino cronificando enfermedades. Rafa Vilasanjuan en este sentido era claro en la radio: AstraZeneca será una vacuna para África y países pobres en su debido tiempo.

Hoy he llamado al teléfono de información del Gobierno de Canarias para ver si, finalmente, estoy agendado para mi preciada y segunda dosis pero nada. Es más, la persona que tan amablemente me ha atendido y que da la cara por sus jefes incompetentes, me ha dicho, echando balones fuera, que según la nueva estrategia nacional los que estamos en ese terrible caso, y que llevamos meses siendo engañándonos y sin saber qué van a hacer con nosotros, el plazo para recibir la próxima dosis pasa de las 12 a las 16 semanas. Esto lo han decido burócratas miserables que, seguramente, ya están vacunados con sus dos dosis desde sus despachos que todas y todos les pagamos y que no tienen que enfrentarse, como ha sido mi caso, a centenares de alumnos en aulas petadas durante casi nueve meses.

Está claro que lo de las segundas dosis de AstraZeneca a menores de sesenta, que de facto ha quedado en que los que podamos elegir entre continuar con esta o ponernos Pfizer, se ha acabo politizando de una manera burda, terrible e irresponsable. En una sociedad que me hipertutela han conseguido que me pueda automedicar eligiendo vacuna COVID, a pesar que siempre nos han dicho que no podemos hacer eso, porque la decisión que se ha tomado ha sido política y no médica de facto sobre este caso y esta vacuna. Si voy a una farmacia no me van a servir una puta caja de paracetamol de un miligramo porque necesito una receta médica para ello pero yo mismo puedo elegir algo tan complejo opotar AstraZeneca o Pfizer. Yo no sé qué es lo mejor, no controlo los papers que se publican sobre el tema sino que me debo informar a través de unos medios de comunicación que, en general y en este caso, no me ofrecen ninguna credibilidad porque la mayoría no tiene periodistas especializados, no contrastan la información y están haciendo con este tema su negocio de clics.

Sé que tarde o temprano voy a estar vacunado, que gracias a esta ya estamos mejor que hace unos meses nada más y que en esta pandemia ha sido el virus y no nosotros el que ha elaborado la agenda. Todo eso lo he asumido hace más de un año pero lo que sigo sin asumir es la incompetencia, la falta de respeto y la miseria moral que exhiben todos y cada uno de los partidos y sus representantes a sueldo del ciudadano, desde la supuesta extrema izquierda domesticada de Podemos hasta el fascismo de VOX. Nunca una época necesitó de la gente más capaz posible y se encontró en los puestos de gobierno a los seres más mediocres e ineptos posibles.