27 enero 2008

Los 20.000 folios de Las Teresitas


El 3 de marzo de 2007 a los activistas de Ben Magec, en una bonita protesta que logró atraer a mucha gente, se les ocurrió colocar uno tras otro los folios con las miles de firmas de las personas que se mostraban en desacuerdo por la construcción del puerto industrial en las costas de Granadilla para unir de manera simbólica lo que se consideran los centros neurálgicos de poder culpables de este, si se llega a hacer, atentado social y medioambiental como es el Cabildo de Tenerife, el Parlamento de Canarias y las sedes de los partidos PSOE, PP y CC que ya sabemos que la misma cosa es. Si a instancias de la Fiscalía Anticorrupción la fiscal María Fernés y la magistrada Carla Bellini decidieran colocar uno tras otro los 20.000 folios, cuyo secreto se ha levantado parcialmente este martes 22, de la instrucción abierta por la venta del frente de La Playa de las Teresitas contra Miguel Zerolo, Manuel Parejo, Ignacio González, Antonio Plasencia y varias personas más sin duda darían para, desde el ayuntamiento de Santa Cruz, ir a la sede central de Cajacanarias, los pisos donde se guardaba información de la operación en la calle del Pilar y puede que hasta sobraran unos cientos de hojas con lo que hacer barquitos de papel para que jueguen los niños en la playa.
Yo no me he leído todos esos folios, representan el equivalente a 20 veces la última edición sentada de El Quijote presentada en 2005 por la Real Academia como conmemoración del cuarto centenario de la primera edición de esta novela, y dudo que haya ser humano alguno que se lo haya hecho al completo. Lo que sí he podido leer, y no precisamente a través de la prensa tinerfeña adicta a ATI sino por la de Gran Canaria como cuando la gente se informaba de lo que pasaba en la España del dictador Franco a través de la BBC, son ciertas conclusiones que se han podido sacar de las declaraciones de los principales imputados en esta trama, presunta siempre, de corrupción.
Si estrenaran en el cine una película policiaca en la que aparecieran elementos como que un empresario le pide a uno de sus pringados trabajadores de Vultesa que haga de testaferro suyo en un negocio porque su nombre no puede aparecer, un abogado se levanta más de 100 millones de pesetas por hacer un papel de doble agente entre los afectados por la venta de un frente de playa y la administración que acabará comprando los terrenos mucho a un precio muy superior del normal de mercado, hay un alcalde que dice que se enteró por la prensa de muchas cuestiones que atañen a la administración o que no leía lo que firmaba porque se suponía que eso lo hacían los técnicos y que hayan facturas por la visita de unos arquitectos importantes que, un año antes de la concesión de las obras, fueron pagadas por empresarios a los que se les acabaría concediendo las obras puede que ni la iríamos a ver porque nos parecería un argumento tramposo, manido, previsible, burdo y hasta imposible. Esto es, precisamente, lo que en virtud a la instrucción de la que se ha levantado parcialmente el secreto del sumario hemos podido saber estos días gracias, como ha quedado dicho, a los medios de Gran Canaria y no como El Día, el periódico de mayor difusión en Tenerife, que ha tardado casi cinco números en empezar a comentar tímidamente este asunto en sus páginas.
Siempre con el debido respeto al trabajo que hacen los jueces y con la presunción de inocencia presente lo que hemos podido saber estos días sobre cómo se gestó la compra del frente de la playa de Las Teresitas responde simple y llanamente al nombre de trapicheo. Como estamos en campaña electoral ahora la policía se hará más presente en las calles, según sus mandos porque hay que reprimir el delito que siempre interesa que se perciba como algo superior a lo que es, cuando vemos que los verdaderos delincuentes se sientan en presidencias de empresas, tienen acceso a préstamos de alto riesgo que si todo les va bien obtienen un beneficio espectacular sin poner un céntimo de su bolsillo y todo bajo la atenta mirada de responsables políticos que en lugar de velar por lo público lo hacen por ciertos intereses privados.
Dicen que en Tenerife toda la corrupción conduce a Granadilla. Este otro pelotazo busca no sólo degradar social y ambientalmente estas cosas con la construcción de un puerto innecesario sino privatizar el de Santa Cruz con la construcción de centros comerciales, hoteles de lujo, marinas deportivas y demás instalaciones privadas. Que María Fermés y Carla Bellini hayan podido realizar la instrucción, seguramente que muchas veces con presiones, ha dependido de unas voluntades políticas bastante mínimas para que la institución de la Fiscalía Anticorrupción funcione. No he oído nunca un discurso político que se base en enaltecer la corrupción y decir que esta es necesaria para el sistema e imposible de combatir. Luego resulta que hay países como Rusia, Italia o a veces hasta España que sin ella su PIB no se puede explicar. Más bien los políticos dicen todo lo contrario, Zerolo llegó a decir que en CC tenemos las manos limpias y los bolsillos vacíos de corrupción, aunque cuando los corruptos están en sus filas miran para otro lado. Para estas elecciones lo mejor que pueden hacer los gobernantes es callarse la boca y cuando estén en posición de hacerlo aumentar los presupuestos para la persecución de delitos de corrupción que son de los más inmorales que un individuo pueda cometer. Lo demás ya vendrá solo.
Canarias 24 Horas, 29 de enero de 2008.

20 enero 2008

Islas Canallas



Que un grupo musical de rock radical canario como Guerrilla Urbana sea más valorado y conocido fuera de nuestras islas no es ni una casualidad ni un hecho del que debamos estar orgullosos precisamente. Que la oficialidad haya adoptado para sus parafernalias a grupos como Los Sabandeños tiene mucho que ver con la gratitud estomacal y el culto a la mortadela que tanto se profesa en estas islas. Las manifestaciones artísticas no están tampoco exentas de esta dieta, a través del arte se manipula para crear ideología simple, y es un hecho que mientras los de guerrilla está vetados para conciertos en La Laguna porque no gusta lo que dicen los de sabanda celebran todos los años su típico y tópico festival en La Laguna.
Miguel Díaz Díaz Zurda, guitarrista y miembro fundador del grupo Guerrilla Urbana, ya en el prólogo de su novela Islas Canallas, editado por Lágrimas y Rabia, es capaz de expresar muy bien el sentimiento de impotencia con el que los canarios de bien debemos lidiar. En Aquel libro nos habla de cómo fue su educación en la preparatoria y nos cuenta que entre leñazo y leñazo recibido de un viejo profesor palmero este solía espetar: “¡Laguneros, son todos ladrones, gentuza!” A lo que La Zurda sentencia “En aquella época no siendo más que un mocoso pensaba que aquel canoso desquiciado estaba loco. Hoy, cuarenta años después, me doy cuenta de que simplemente tenía razón.”
Esta valiente novela que está a punto de ver su segunda edición tras agotarse la primera se desarrolla entre los albores de la dictadura del general fascista Franco y los primeros años del proceso que se ha dado en llamar La Transición hacia la democracia en la isla de Tenerife, concretamente entre las ciudades de La Laguna y el Puerto de la Cruz. Es un texto a ratos desternillante, irreverente siempre e ingenioso a más no poder. En esta obra de ficción se entremezclan los momentos históricos de los que su autor fue testigo privilegiado muchas veces, el caso de las luchas obreras y estudiantiles en La Laguna en 1977, y no deja ningún tipo de concesión y deferencia hacia nada ni nadie. El texto podría resumirse como la trayectoria de los últimos descendientes de la familia Fernández de Lugo y de Pontepadarte que partiendo ya de la decadencia de esta familia de rancio abolengo vienen a acabar sucumbiendo ante la risa del lector después de siglos de vicios acumulados por esta estirpe.
Oportunamente pero con unos cuatrocientos años de retraso Miguel Díaz viene a hacer como suya, pudiera ser que por primera vez en la narrativa de archipiélago, la tradición de la novela de sátira y picaresca de la Edad de Oro Española y que tuvo buenos y excelentes ejemplos. Quizás a esto le ayude el lenguaje deliberadamente arcaizante que utiliza y su mordaz crítica del clero del archipiélago que siempre ha sabido medrar junto a la connivencia del poder y que, en la actualidad y con la supuesta separación entre iglesia y estado declarada en la Constitución de 1978, sigue estando favorecido por los poderes autonómicos y locales después de más de tres décadas de democracia. En este sentido el retrato del jefe de la iglesia Don Oroncio Franco Bostión es no sólo un personaje deliberadamente exagerado y bufonesco sino que sus rasgos, tremendamente socarrones y autoritarios, bien pudiera encontrarse en muchas actitudes y costumbres de muchos políticos que nos gobiernan. Tampoco podemos evitar encontrar un parecido de familia con el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, de tan triste actualidad estas semanas después de sus declaraciones en las que aseguraba que muchos menores incitan a la pederastia.
En Canarias durante años nuestra idiosincrasia se ha movido sin término medio entre un victimismo efectista, como el que usan nuestras autoridades para negociar con Bruselas y atraer a estas tierras una serie de privilegios que muchas veces no se justifican sino para gozar de poder, y un ombligüismo que parte de una superioridad que no es sino complejo de inferioridad de aquél y que, también, es fruto de cómo actúan los que nos gobiernan. Quizás una búsqueda de un término medio no nos vendría mal a todos pero mientras, esto pudiera ser casi como una receta para la supervivencia, unas dosis de buen humor como pueblo nos vendrían muy bien para afrontar no sólo el día a día sino lo que nos viene y que no es poco. Miguel Díaz Zurda nos ha hecho una novela que no se queda en el localismo sino que cualquier lector, salvo aquellas cosas muy propias, puede ser capaz de entender porque aunque a primera vista no lo parezca es un texto para hacer pensar. Y también, como decíamos antes, tiene el suficiente buen humor para comenzar ya con la necesaria autocrítica que como pueblo necesitamos de una vez si queremos superar algún día las mentiras que se nos cuentan y que nos tienen dormidos.
Canarias 24 Horas, 20 de enero de 2008.

14 enero 2008

Falta de fe en el transporte público


Quizá ninguna noche del año sea tan agitada como la del cinco de enero víspera de la festividad de reyes. Ese día los empresarios de grandes, medianos y pequeños almacenes se frotan las manos porque esperan haber vendido en las navidades más que nunca, los pies y los nervios de los dependientes y dependientas se ponen al límite y todos somos capaces de llegar a comprar mierda en bote si el envoltorio es atractivo y la presentación buena. Este año de 2008 me dio por bajar a Santa Cruz de Tenerife esa noche de reyes, más por esnobismo que por necesidad, y este es más o menos un relato de aquellas horas.
Llegando a la parada de guaguas de Cruz de Piedra, la única casi en La Laguna que tiene pantalla informativa del tiempo que falta para la llegada de las distintas líneas, decidí coger la número 14 porque según la estimación de llegada de la directa, la línea 15, era de 20 minutos. La fluidez de esa guagua al comienzo de la noche era muy buena porque el tráfico no estaba en la carretera vieja a Santa Cruz sino en los centros y ejes comerciales y no encontramos mucho tráfico. Sin embargo cuando llega esta línea a la zona del Camino del Hierro, justo por donde entra el tranvía a Santa Cruz, la guagua se desvía del centro para llegar al Intercambiador y casi parece como que regresa a La Laguna y acaban entrando por una vía paralela a la autopista. Ya en pleno Santa Cruz me di cuenta que los tranvías funcionaban de una manera extraña. Desde el Intercambiador subían hasta la parada de Guimerá, hacían un cambio de sentido en un cambio de agujas que hay un poco más adelante y volvían hacia el Intercambiador con una frecuencia de diez minutos. Los que venían de La Laguna llegaban hasta la parada de La Paz, se giraban en el cambio de agujas que hay más abajo y volvían de nuevo para La Laguna. Esto sucedía así porque a la altura de la Plaza de Weyler estaba pasando la cabalgata de los reyes magos organizada por el ayuntamiento de Santa Cruz que interrumpía el servicio de tranvías ya que para alguna mente preclara que gobierna en la isla es más lógico interrumpir el servicio en un medio de transporte público completamente rígido como es el tranvía que hacer la cabalgata por otro sitio.
Las obras del tranvía de Santa Cruz a La Laguna supusieron dos años largos de obras que llegaron a acabar con la paciencia de miles y miles de ciudadanos y cuyo coste no llegaremos a saber nunca pero se estima que fue un gasto superior a los 330 millones de euros. Y ya sabemos que este no es un gasto cerrado ya que la línea dos de La Cuesta a Taco se ha presupuestado, en principio, en más de cien millones y estos días se está hablando de prolongar cada vehículo del tranvía con un nuevo vagón de 10 metros, pasarían de tener 30 a tener 40 de longitud, para aumentar la capacidad de viajeros con un coste de 950 mil euros por cada uno de los nuevos 26 vagones que se pretenden instalar con lo que el coste llegaría casi a los 25 millones sólo en reformar lo que se supone que ya estaba hecho. Interrumpir en esa noche clave un medio de transporte que a todos los canarios nos ha salido tan caro no sólo es una falta de vergüenza sino un acto que debería estar tipificado como delito. A este paso vemos que la solución a los problemas del tráfico en el área metropolitana de Tenerife no es el tranvía sino todo lo contrario ya que se está erigiendo en una máquina de despilfarro del Cabildo de Tenerife que apuesta por este transporte y margina a la guagua. Con 25 millones, también con el presupuesto de la línea dos, no sólo se pueden acondicionar nuestras calles para que haya carriles bus exclusivos sino dotar al sistema de transportes de toda la isla de más y mejores guaguas.
Para subir a La Laguna esa noche tuve que coger el tranvía de las doce y cuarto porque la línea 15 ya no funcionaba y la 14 había pasado completamente llena y se había reducido la frecuencia notablemente. Según el panel electrónico el siguiente tranvía, el de las y media, era el último. El caso es que ya desde la parada del Intercambiador el tranvía estaba completamente lleno y durante todo el recorrido del centro de Santa Cruz, hasta la parada de Cruz del Señor, había cientos de personas esperando en las paradas que se tuvieron que quedar en tierra. Una amiga que se bajo como pudo en La Paz me contó que agentes de seguridad privados estaban controlando a la gente y en Guimerá hubo un conato de pelea entre personas que quería entrar y viajeros que no los dejaban. Desde que salió el tranvía del área urbana de Santa Cruz, esto lo tengo que reconocer, el trayecto fue muy cómodo y tranquilo aunque grupos de gente se jactaban cuando había llegado a sus paradas que habían viajado sin pagar.
Con el transporte público sólo pueden haber dos actitudes: o se cree en él o no se cree. Está claro que nuestros políticos, los que en los ayuntamientos y en el Cabildo de Tenerife deciden sobre estas cuestiones, no creen para nada en el transporte colectivo. Si hubieran querido solucionar el problema del transporte en toda la isla lo hubieran hecho hace años invirtiendo en vías prioritarias para guaguas. Y es que lo peor no está sólo en el área metropolitana sino todo lo contrario pues aquí es donde está mejor. Para ir a una población como Güímar, que está a casi 30 kilómetros de Santa Cruz, hay que esperar frecuencias de paso de guaguas que llegan casi hasta las dos horas o más a determinada hora del día. Pudiera ser que los políticos no creen en las guaguas como alternativa moderna, flexible y dinámica para nuestro archipiélago porque debe ser que el gasto en un tranvía genera comisiones opacas. La noche de reyes en el área metropolitana fue una noche de los coches privados pero esto no es algo exclusivo de este día ya que el transporte privado es el que prima en la isla. Muy de determinado tipo de joven es pensar que si van en guagua es porque no se tiene coche cosa que se arreglará con el primer sueldo del primer trabajo precario que consigan. En un área como la metropolitana de Tenerife nadie, salvo las lógicas excepciones que se quieran argumentar, debería de necesitar usar el coche privado sino el transporte público. Para ello las guaguas deberían ser prioritarias, universales, de titularidad pública y totalmente gratuitas para todos los viajeros. En un archipiélago como Canarias los transportes públicos por tierra deberían ser algo básico para los ayuntamientos como lo son las conducciones de agua, la recogida de basuras, el alcantarillado, la red viaria o el alumbrado público. Claro está que este tipo de cosas no se dan sino con políticos que crean en la entidad que gobiernan y no en los intereses empresariales que representan. Y mientras nuestros gobernantes sigan por nuestro consentimiento en sus poltronas esto va a seguir así mucho tiempo más.
Canarias 24 Horas, 14 de enero de 2008.

07 enero 2008

Justica Social y ONG


Sin duda una buena noticia, la mejor de las posibles para empezar el 2008, ha sido la liberación de la médica Mercedes García y la enfermera Pilar Bauza ambas cooperantes de Médicos Sin Fronteras y secuestradas durante una semana en Somalia. Y es que este país, destruido por décadas de guerras y olvidado en su miseria, carece de la más mínima estructura sanitaria salvo la que la organización Médicos Sin Fronteras tiene desplegada por diversas zonas del país. Tras su liberación, en un gesto que las honra como seres humanos, las cooperantes manifestaron no sólo que se encontraban bien sino la voluntad de volver lo antes posible a sus puestos donde su trabajo es imprescindible.
Pensando en la labor anónima que mucha gente emprende en el mundo, estas dos mujeres salieron del anonimato sin querer pero sin duda el olvido mediático de las tareas que ejercen las harán volver a él, creo que habría que clarificar el trillado concepto de Organización No Gubernamental. Sin pretender ser sistemático, y nombrando sólo de memoria, se me ocurre este calificativo bien puede servir para denominar a la misma Médicos Sin Fronteras, Amnistía Internacional, Greenpeace y hasta Intermon Oxfam de los que tengo a veces dudas pese a que compro y recomiendo sus productos en redes de comercio justo. Y no es de dudar que estas organizaciones hayan podido tener algún que otro problema interno más o menos serio pero lo que sí está claro es que se distinguen de otro tipo de asociaciones porque se las reconoce por las siguientes características: no tienen vinculación con ningún tipo de gobierno ya que sus fondos son de donaciones anónimas y voluntarias, son organizaciones civiles que traspasan fronteras y son laicas.
En occidente, en países con un desarrollo llamado democrático como el nuestro, la existencia de miseria, pobreza y desigualdades es un negocio para unos cuantos avispados. En España, donde nunca ha existido un estado del bienestar articulado, la tendencia ha sido, gobierne quien gobierne, la de configurar los servicios sociales a través de subcontrataciones que precarizan la atención social de los desfavorecidos, el empleo de los agentes sociales y que acaban por transformar en beneficencia ramplona lo que debe estar garantizado como justicia social. En Canarias la pobreza se ha enquistado de una manera estructural en nuestra sociedad, la cuarta parte de la población viven sobre un peligroso umbral de la pobreza, al tiempo que el injusto, y hasta por visos ilegal, sistema tributario de la RIC ha hecho mucho más ricos a un puñado de empresarios que están amparados por el sistema cuando no son parte fundamental de éste. En todo este barullo se han acabado creando supuestas ONG ad hoc, cuando no se ha tirado de entidades con ánimo de lucro como Cruz Roja o Cáritas, para cobrar subvenciones y acabar en el maltrato institucional muchas veces de menores en desamparo, inmigrantes, drogadictos o mujeres objeto de la violencia doméstica. Luego nuestros políticos, esos que son todo más de lo mismo y que han gobernado Canarias bajo tres siglas, dicen que este tipo de organizaciones son especialistas en este tipo de temas y que por tanto no hay nadie mejor que ellos para gestionar estas cuestiones cuando nunca se han planteado dotar las islas de un auténtico sistema de bienestar social. En este sentido la feria del voluntariado que se hace todos los años el 5 de diciembre tiene como objeto, a través la manipulación de las buenas voluntades de los individuos, buscar mercado laboral gratuito para este tipo de temas. Un agente social debe tener un perfil profesional y estar dignamente pagado para que después se le pueda exigir que haga bien su trabajo y que responda con la implicación personal en las causas que se le ha encomendado. El voluntariado puede ser muy puntual pero nunca puede sustituir las labores de los profesionales en la materia y las implicaciones de los organismos públicos como muchas veces se pretende.
Paulino Rivero lleva seis meses de presidente cobrando una pasta gansa de todos los contribuyentes sin haber tomado una decisión propia porque su gabinete está secuestrado por el PP de José Manuel Soria. Por ello se ha pasado a hacer campañas de imagen fotografiándose con madres y niños en los hospitales canarios o haciendo patéticos discursos de noche vieja donde este hombre de escasa talla política miente a los canarios en la televisión que todo pagamos y cuyo texto valdría más para discurso de ingreso como miembro de honor en otra respetada Organización No Gubernamental como es Payasos Sin Fronteras. Mientras tanto, y como en Canarias nunca pasa nada, el obispo de Tenerife Bernardo Álvarez, que bien parece el alter ego del cura de la novela de La Zurda Islas Canallas Oroncio Casullas, se jacta, cometiendo un delito penado por la ley, de que hay menores de 13 años que van provocando al pederasta mientras la iglesia católica de las islas recibe centenares de miles de euros de dinero público pues tienen centros en los que atiende a menores en situación de desamparo. La labor que muchas organizaciones religiosas hacen en países pobres al lado de los marginados se empaña por el rechazo a la vida y a las libertades civiles que las altas curias eclesiales dan a demostrar un día sí y otro también.
En Canarias hay suficiente margen para que todos sus habitantes vivan con dignidad pero parece que la miseria debe ser algo consustancial e inevitable al fortalecimiento del sistema financiero y al arranque del sistema económico espectacular que se ha dado en las islas en la última década. Si la gente pudiera decidir directamente lo qué se debe hacer con los impuestos que se recaudan y los presupuestos de las instituciones fueran de verdad participativos habría menos tranvías, trenes, puertos y aeropuertos innecesarios y hasta menos corrupción. La cuestión es que si no hubiera miseria, y la gente pudiera decidir dónde mejor están sus dineros, se frenaría el enriquecimiento ilícito de muchos y claro, esto no interesa porque la justicia no es rentable económicamente hablando.
Canarias 24 Horas, 7 de enero de 2008.