En
la España del Régimen de 1978 que fluya la información sobre el
Referéndum del 1-O en Catalunya se ha convertido en un auténtico
derecho de la ciudadanía para conocer una realidad muy importante
que defienden millones de personas. En los 40 años de la
Constitución de 1978, un texto que acordó mantener el status quo
del franquismo pasando página a la dura represión fascista y
poniendo en el trono nuevamente a la familia de los Borbones, el reto
soberanista catalán ha sido el único ataque que ha recibido este
régimen corrupto que ha hecho del latrocinio y del desprecio a los
ciudadanos su forma de ser. Que yo, particularmente, no sea
nacionalista de ningún tipo no es óbice para que me parezca que la
gente pueda pensar lo que le dé la gana y defender las ideas desde
la no violencia y de una manera tranquila. Contra el pensamiento
único que pretende los beneficiados por este régimen es necesario
que se puedan defender y contemplar todos los puntos de vista de una
manera serena.
La
casta política representada por el PP, el PSOE y la franquicia
ultraderechista de Ciudadanos ha puesto en marcha la maquinaria
judicial que, en un grado muy alto, está bajo su control para evitar
que, en 2017, fluya la información y vivamos una situación de
censura que resulta ridícula. Está claro que el Régimen de 1978
está asustado y no van a escatimar en medios para que los ciudadanos
vivamos de espaldas a esta realidad. Cada vez somo más los que
pensamos que es de esperar que el reto soberanista catalán derribe
este régimen para que los ciudadanos, de sus cenizas, podamos hacer
una sociedad mejor y más justa.
Captura de la web oficial de referendum.cat censurada por jueces y partidos políticos del Régimen de 1978 |
La
web oficial del referéndum ha sido cerrada y los do
s mirrors
que la Generalitat tenía fuera de España están bloqueados por las
compañías de telefonía que, no olvidemos, algunas como Telefónica
participan en el IBEX35 y son puertas giratorias para con trabajos
bien remunerados para antiguos políticos del PP y PSOE o la familia
real. Esto está ocurriendo en una España que se dice democrática y
no en es Venezuela ogro creada por el PP, PSOE, Ciudadanos y
el Grupo Prisa entre otros medios para atemorizar a la ciudadanía y
hacer de cortina de humo de los problemas que nos interesan
realmente.
Para
acceder a la web del Referéndum Catalán se pueden realizar las
siguientes acciones. Se puede usar el sistema Tor
Proyect ejecutándolo de la manera más adecuada dependiendo de
sin nuestro sistema operativo es Windows, Mac o Linux. En regímenes
como los de Corea del Norte, Irán, la propia Venezuela o ahora
España son un medio conocido hace tiempo para burlar en rastreo de
las IP’s y sus bloqueos por partes de gobiernos totalitarios
También se puede usar un método más simple, funciona mejor desde tabletas y móviles, que es usando una serie de Proxys. La Generalitat ha difundido tres: hide.me/es/proxy, proxysiete.com y hidester.com/proxy. Una vez allí se debe de teclear uno de los mirrors creados por la Generalitat: ref1oct.eu.
Página oficial del Referéndum del 1-O alojada en un mirror y visualizada a través de Tor Proyect |
Los
hechos que estamos viviendo, de censura y represión político
judicial, a una forma de pensar es uno de los hechos más graves que
se pueden estar dando en las supuestas democracias occidentales en la
actualidad y está sucediendo delante de nuestras narices. La
opinión pública contra el referéndum es la opinión
publicada
de los beneficiarios del Régimen de 1978. Particularmente me
gustaría que mi destino común en los años que me quedan de vida
fuera cerca de los ciudadanos catalanes que es una cultura que admiro
mucho desde hace tempo pero también entiendo que haya una parte
importante de estos ciudadanos que no quieran saber nada del
nacionalismo español que es el más rancio, grosero y sin
perspectiva de futuro de toda la historia de los proceso
nacionalistas comenzados en el siglo XVIII. La defensa de sus
derechos a pensar distinto es la defensa de nuestra forma de pensar
futura ante una casta que no dudará en saquear nuestros impuestos y
someternos
a una forma de vivir repugnante y decimonónica.