Tenemos un presidente del gobierno flipado y probablemente trastornado. El día del final del estado de alarma decía que estábamos a cien días de la inmunidad COVID de rebaño. Al día siguiente, lunes 10 de mayo, decía que quedaban 99. Acabo de oírlo en la radio diciendo que hoy quedan 98. En unas hipotéticas declaraciones del primer día de julio dirá que quedarán 46. Prefiero las declaraciones de hace unos días de Fernando Simón que parece que ha decidido no maporrear más al gobierno ocultando su ineptitud: yo ahí detrás no veo una cuenta atrás. Si algo me ha enseñado esta pandemia es que no se pueden hacer planes a medio largo plazo y que la mejoría y la normalidad no llegará de un día a otro sino que sucederán cuando tenga que suceder. Mis alumnos y alumnas de primero de bachillerato entienden perfectamente los conceptos de diacronía sincronía y de contínuum discreto. Sé que Pedro Sánchez no es tonto, sabe perfectamente lo que significa una cosa, lo que significa la otra y que la COVID es una enfermedad a día de hoy poco predecible. Sánchez no es tonto, es simplemente mala persona.
Soy de fuertes raíces libertarias. No quiero que ningún estado me tutele porque sé que tengo responsabilidades y me gobierno yo solo. Mi cabeza no necesita que haya un estado de alarma para saber que no tengo que mezclarme con todo dios a pesar de estar vacunado y que no puedo bajar la guardia en los social, con las mascarillas y demás normas sanitarias. Más que protegerme a mi el hecho de estar inmunizado sé que protege al grupo. Sin embargo, 80 mil muertos después y viendo la falta de madurez y solidaridad de una pequeña pero importante parte de esta sociedad hubiera sido necesario otro periodo más o menos largo de estado de alarma hasta que la vacunación haya hecho sus beneficios. No lo digo yo, que soy ignorante en la materia, sino que no he escuchado a ningún técnico ni inmunólogo diciendo que no es necesaria más alarma sino todo lo contario. Ni celebrando el fin del estado de alarma como si vimos a gentuza en muchas ciudades en las primeras horas del domingo 9. Se ha trasmitido la sensación de que la pandemia ha acabado ya cuando, y me quedo con las palabras del nuevo Simón, no sabemos qué va a pasar. Yo vivo desde hace muchos años aceptando la contingencia pero ya sabemos que esto no es lo general. Espero equivocarme pero puede que mucha gente vaya a sufrir consecuencias no deseadas por la mala gestión de los ineptos que nos gobiernan que prefieren que la gente siga muriendo de COVID a perder votos y prestigio ante la extrema derecha todopoderosa.