07 septiembre 2009

El Edén de Berto

En la foto conocido Consejero del Cabildo de Tenerife usando el móvil, cuya factura pagamos los ciudadanos, en plena calle apartando la mirada de mi cámara.


Tanto El Paraíso según Adán como su continuación Adán Expulsado del Paraíso pueden considerarse como dos textos clave para comprender los primeros 25 años del sistema caciquil autonómico instituido en Canarias por la vía que los Artículos 143 y 144 de la Constitución Española de 1978 de la reciente, y muchas veces mal llamada, democracia española. Que lo digan si no sus autores, Ramón Pérez Almodovar y José Manuel Castellano Gil, que han sufrido en sus carnes la más pura y dura represión del régimen pues el primero fue vetado en los medios de comunicación por un tema de libertad de expresión, a pesar de ser de los pocos periodistas con título y ética en las islas, y el segundo represaliado laboralmente, enviado al paro con la excusa de haber participado en la escritura del primer libro porque en Canarias no hay verdadera libertad de expresión, porque ellos son el mejor ejemplo de cómo los segundones metidos en el poder en Canarias tratan a la gente que no sólo es decente sino que ven las cosas con cierta corrección y seriedad. Después del retiro forzado de Adán Martín, las fuerzas vivas de CC han gobernado siempre al más puro estilo PRI mejicano en cuanto a la necesidad del relevo de las castas gobernantes y favorecedoras de los grupos de intereses en este partido y que impusieron a un mediocre como Paulino Rivero como presidente, Canarias está viviendo la etapa más triste y oscura de la historia reciente del archipiélago cuyos peores efectos están por venir todavía en los próximos años. Aunque estaría bien una obra que sistematizara los escritos críticos que se han sucedido estos años, los libros mencionados arriba son recopilaciones de textos de sus autores, no creo que nadie tuviera ahora no sólo la gana de publicarlo porque a ver quién es el valiente que se atreve a jugársela firmando un libro que critique a este régimen bananero y anti democrático canario. Aún así un título adecuado para esta posible recopilación sería algo parecido al título de este texto, El Edén de Berto, en referencia a ese paradigma de hacer política y chacinas en el que se ha convertido el Ayuntamiento de Arona dirigido por José Alberto González Reverón.
Si algo han revelado los 22 mil folios de los 26 tomos que integran el sumario del llamado Caso Edén de presunta corrupción en este municipio es que en éste están todos, no lo sé si son todos los que están pero por lo menos los que están sí que son, con conversaciones recogidas que, si bien sean o no un delito no seré yo sino un juez quién lo debe decir, dan a entender una forma de actuar que roza muchas veces el límite de la delincuencia y que se puede las definir con el adjetivo de chanchullos. En este sumario hay conversaciones grabadas entre el alcalde, y otros 34 investigados más, de Paulino Rivero, José Manuel Soria, Juan Jesús Bermúdez, Cristina Tavío, José Segura o Ricardo me imagino que habrá algún cabrón oyendo Melchior. La primera impresión que le dejan a uno las conversaciones que se han publicado en los medios de comunicación más beligerantes contra el gobierno como La Opinión o La Provincia, eso de poco para acá después que dejaron de ser favorecidos con la TDT y los contratos de la autonómica, al analizar el nivel de lenguaje y vocabulario utilizado por los políticos es que, como muchos siempre hemos supuestos, estamos en manos de auténticos y insuperables belillos integrales. El derecho a la presunción de inocencia, del que se abusa en los delitos de guante blanco que se producen, y el secreto de las conversaciones telefónicas garantizado por la Constitución Española no se le niega a nadie pero el caso es que estas escuchas, al igual que las que le afectan al PP en el Caso Gürtel, están amparadas y ordenadas por un juez porque, por lo menos eso pasa y todavía quedan garantías, en este Estado de muy baja calidad democrática hay una separación muy clara entre los poderes legislativos y judiciales. Resulta que los ciudadanos, cuando paseamos por la calle, tenemos que aguantar que nos graben en vídeo en determinadas zonas, se supone que según nos dicen es para vigilar quién comente delitos y quién no, y nos dicen que la limitación del derecho a la intimidad en estos casos está garantizada, eso a pesar de que no hay órdenes judiciales expresas como lo que pasa con las escuchas, porque si somos buenos no tenemos nada que ocultar. A mí me pueden pinchar el teléfono porque ni tengo nada que ocultar y si lo hacen la verdad es que me daría pena porque entonces estarían perdiendo el tiempo con todo lo que hay que hacer y como Melchior no voy a llamar cabrones a los que escucha. Si los teléfonos de estas autoridades en el Sur de Tenerife estaban pinchados, fue sólo un periodo de diez meses, es porque ha habido más que sobradas razones para hacerlo por presuntos delitos y el nerviosismo y las acusaciones falsas que se han venido dando de pinchazos ilegales en determinados casos no muestran más que la histeria de una clase política que sí que tiene mucho que ocultar a los ciudadanos que con los impuestos no sólo pagan en tren de vida de éstos sino las facturas de sus teléfonos móviles con los que presuntamente muchos delinquen.
Quitarle importancia a los que ha estado sucediendo en este particular Edén de Berto, bautizado como conseguidor de Arona, es algo simplemente repugnante. El caso de que el mismísimo Presidente de Canarias llamara para interceder por su sobrina en la policía local es un hecho en sí muy grave que en una sociedad democráticamente normalizada hubiera tenido consecuencias independientemente de que la chiquilla hubiera tenido una plaza o no como ya sabemos porque ella misma metió la pata ayudando a copiar a otros. El día que en La Laguna se pongan a investigar cosas, como en la mayoría de los organismos canarios, seguramente saldrá mucha basura a relucir porque yo como todos conozco muchos chanchullos que han pasado por aquí pero que prefiero callar por no tener pruebas, también sé que la rumorología hincha las cosas pero en este caso hay siempre algo detrás, prefiero callar para evitar denuncias porque no soy yo sino muchos políticos los que deberían estar en la cárcel. El caso es que hace unos días escuchaba al alcalde de La Laguna, ese desconocido llamado Fernando Clavijo heredero del puesto de la aventurera Oramas que trata de imitar a Hilary Clinton en la presidencia de Canarias, que no sólo no disculpaba al alcalde de Arona por hacer política chanchullera a golpe de teléfono móvil sino que justificaba que, según decía él, estas acciones porque lo que hacía Berto en Arona era una política de proximidad al ciudadano por interesarse por sus problemas. Yo no sé si una conquista social como las normas del procedimiento administrativo se las puede saltar cualquiera a la torera, lo que está claro es que desde las instituciones se vela realmente para que los ciudadanos seamos tratado más como lacayos que como personas de derecho al haber descuidado que las instituciones funcionen de manera adecuada y se den respuestas a los contribuyentes en plazos razonables, pero lo que está claro con estas declaraciones es que Clavijo se siente cómodo con este trapicheo vía teléfono móvil. Decía que él puede recibir al día como cien llamadas, cosa por otra parte imposible porque estaría todo el día al móvil, y que algunas son de ciudadanos interesándose por lo suyo. Otra cosa, dice este aprendiz de ATI, es que él como alcalde vaya a hacer lo que le proponen o cometer un posible delito. Desde aquí le quiero decir dos cosas y es que o bien se deje de legitimar la política de chanchullos que con estas declaraciones propone y que profundice el buen funcionamiento administrativamente hablando del ayuntamiento, La Laguna es una de las ciudades con menor transparencia democrática de Canarias según un estudio independiente publicado hace pocas semanas, o si no que deje el número de su teléfono móvil en un sitio público para que los más de 120 mil habitantes de este municipio puedan llamarlo directamente cuando tengan algún problema o necesidad con la administración, no sólo para que entonces se coma sus palabras, sino en concordancia con su línea de argumentación. Mucho me temo, sin embargo, que prefiera seguir con su número de manera privada para hacer historias con los amigotes. Si la Televisión Canaria no fuera el medio de expresión particular de Don Paulino y los que deciden la programación de este ente tuvieran un poco más de autocrítica sería una gozada ver un programa de humor, con las cosas que pasan en Canarias, en la línea de Vaya Semanita de la ETB2 o Polonia de TV3 de sátira política con la premisa que, en las islas, la realidad pocas veces supera a la ficción.
Lo que da verdaderas nauseas es que el tema de Berto, su Edén y el modus operandi de este alcalde sea tan sólo la punta del iceberg de cómo las clases dirigentes trabajan en Canarias no sólo desde la normalización del uso de la telefonía móvil sino probablemente desde siempre que han existido estos casi 30 años de caciquismo autonómico. Se puede entender, y hasta casi disculpar, que una persona pueda delinquir en un momento dado porque el estado de derecho no está sólo para detener a este individuo sino para reformarlo y reinsertarlo socialmente porque la pena, al igual que la estancia en prisión, debe tener un dirección rehabilitadora, que no la tiene casi nunca, más que meramente punitiva pero lo que no se puede entender ni disculpar son los delitos de corrupción porque, junto con los de terrorismo y trata de personas, son los más asquerosos que existen y los que nuestra sociedad no debería permitirse el lujo no sólo de tolerar sino de no hacer esfuerzos para perseguirlos. En todo estos casos que vemos en estos días, y los que habremos de ver, lo que falla no son los jueces, que pese a la escasez de medios lo están haciendo lo mejor posible, sino los propios políticos, el poder legislativo, que no sólo no endurece las penas para este tipo de delitos, ser corrupto en España sale muy barato, sino que no ponen realmente los medios económicos necesarios para que este tipo de delitos no queden impunes porque los principales beneficiados de que la justicia no funcione son los políticos que no hacen limpiamente su trabajo. Hasta que la justicia no funcione realmente, que sea realmente eficaz y rápida, se podrán hacer muchas cosas pero siempre estaremos alejados de vivir en un auténtico Estado de Derecho. La caída del ex ministro de justicia Mariano Fernández Bermejo, que había puesto sobre la mesa una reforma del acceso a la carrera judicial bastante interesante y necesaria, hay que adscribirla en la resistencia de los poderes políticos y judiciales de que el sistema funcione de verdad más que aquella mamarrachada de la cacería con el Juez Garzón cuando se destapaba la mayor red de corrupción política jamás conocida en un partido político como es el Caso Gürtel que afecta al PP. En un país en el que nadie dimite o donde un presidente de comunidad autónoma puede pasar dos meses sin decir pío sobre los teje manejes para enchufar a una sobrina en un cuerpo de policía alguien que como Fernández Bermejo haya sido capaz de satisfacer a toda aquella ralea que pedía su cabeza es un pequeño aire de dignidad política que desde aquí invito a mucho político, que va de sobrado, a hacer como suya.
Canarias 24 Horas, 7 de septiembre de 2009.