15 mayo 2021

Ni te vi ni me acordé

 

Por ser generoso, puedo decir sin miedo a equivocarme que en torno al noventa por ciento de las veces que he intentado quedar con un canario, preferentemente nacido y criado en las islas, ha habido algún tipo de inconveniente o, si se quiere mejor, incidente. Los canarios somos, y aquí hablo en mayestático porque tendré muchos defectos pero no este, muy informales e irrespetuosos a la hora de quedar con alguien bien sea por asuntos serios o por ocio. Entre estos inconvenientes puedo cifrar en mi vida que he sufrido que no aparezcan a la hora establecida, que aparezcan horas después, que me avisen a posteriori que no van a venir cuando ya sé que no vinieron, que se olviden por completo que han dado su palabra para hacer algo en común o estar conmigo y largarse a otra cosa. Sin duda, la palma se la lleva una persona que quedó, siempre lo hacen conmigo porque yo apenas digo de quedar con nadie desde hace muchos años, de manera indubitativa y anuló el encuentro, por supuesto horas después de la establecida, de manera vicaria: le dijo a una tercera persona que no venía al caso que me avisara, como así hizo, que no podía o que no pudo venir. Repito, eso me ha pasado siempre con gente de Canarias, de muchas generaciones probablemente, y ninguna o tan puntual que ni las recuerdo con persona extrajeras o peninsulares. ¡Ninguna! De hecho lo he comentado con un amigo catalán y una amiga británica: los canarios son un puto desastre para quedar. Cuando conozco una persona me la suelo ver venir y con esto soy intransigente: esta falta de respeto generalizada ha forjado mi carácter y raramente suelo quedar con alguien. Otra conclusión sería que soy tan plasta que la gente en realidad no quiere estar conmigo pero no es el caso pues raramente digo yo de quedar.

Para el que diga que es que somos así yo solo les puedo decir que esto no es idiosincrasia sino que es un síntoma de muy mala educación. ¿Tan difícil es entender que lo que se arrebata sin posibilidad de remisión es el tiempo de las personas que cumplimos siempre con nuestra palabra? Un profesor de sociología nos decía en la facultad que, probablemente, de las pocas cosas universalisables a todas y cada una de las culturas que existen o han existido en el planeta es no faltar a lo dicho porque si se falta a esto de manera sistemática no se hubieran asentado las sociedades y hasta, en cierto sentido, tiene una función evolutiva.

Esto tan tonto me ha hecho pensar en el nacionalismo canario. No creo en ningún tipo de nacionalismo porque todos se basan en la exclusión, son siempre de derechas y promocionan el fascismo. Digo que no creo pero lo que quiero decir es que en este canario si que creo. Lo hago porque es que de facto existe. Los godos nos han dicho haced lo que queráis con el gobierno y tomadlo ya que es vuestro. Esto es verdad y hasta la ONU está informada de ello pero es que no se ponen de acuerdo para tomar el gobierno esos seres especiales que forman el nacionalismo canario. Si es difícil que un tipo de Canarias aparezca a su hora para tomar un café no es menos sencillo que los que han de ocupar las instituciones se levanten un día temprano, queden en las siete islas a la vez en todos los cabildos, ocupen pacíficamente delegaciones de gobierno, las instituciones autonómicas y los ayuntamientos de las grandes ciudades de Gran Canaria y Tenerife y llevan quedando para ello, sin ponerse de acuerdo, desde que el tiempo es tiempo. ¡Hemos sido colonia por 500 años porque hemos querido y no porque nuestros ocupantes nos lo hayan impedido! Luego, como siempre, la culpa va a ser de los godos cuando estos siempre están en el sitio y hora que has quedado con ellos.