30 julio 2007

APAGÓN DE BARCELONA VERSUS APAGÓN DE TENERIFE

Barcelona es la segunda ciudad, en muchas circunstancias es primera en realidad, de un país que como España está siendo considerado extraoficialmente como la octava potencia económica del mundo gracias a las grandes fortunas que se han amasado en el entorno del sector inmobiliario. Tenerife es lugar donde florecen los políticos más chapuceros en unas islas que como las Canarias han sido gobernadas bananeramente por CC, y ahora por ATI, durante 15 años privilegiando la construcción y la especulación sobre nuestro territorio. Barcelona y Tenerife tienen en común que ambos lugares han sufrido un gran apagón por culpa de la política cicatera de una multinacional eléctrica como Endesa que en los últimos meses ha sido deseada por los alemanes de E-ON para cerrar el anillo del gas ruso en Europa pero que al final ha acabado, paradójicamente, en manos de una constructora como Acciona ya que el poder del cemento es capaz de controlar eléctricas.

Aquí tampoco queremos destacar las similitudes entre estos dos apagones, las crisis energéticas en un mundo donde el petróleo es cada vez un bien más escaso se acabarán haciendo normales en un sistema basado en el despilfarro, sino más bien las diferencias que existen entre ambos. Aún así tanto en Barcelona como en Tenerife el caso de que muchos miles de ciudadanos estuvieran días sin electricidad ha sido porque Endesa no invierte en sus instalaciones, las subestaciones catalanas incendiadas debían estar tan podridas como las 150 torres de Unelco que se cayeron en una noche. En Canarias hubo gran interés político y de la empresa en destacar lo catastrófico que fueron los vientos de la cola de la Tormenta Tropical Delta, en muchos sectores se la llamó huracán, y en lo excepcional del un episodio que lo fue pero que se lo exageró descaradamente para escurrir el bulto. Ejemplo de ello fue el papel que jugó un personaje que fuera consejero de la eléctrica y que sigue dirigiendo el Cabildo de la isla como Ricardo Melchior, que en muchos casos pareciera no haber dejado de estar en nómina de esta compañía, por todo lo que hizo días después de la tormenta para salvarle la cara a Unelco. A todo esto se defendía diciendo que iba a querellarse con todo aquel que dijera que había sido consejero de esta compañía, cosa que como bien es sabido que no es mentira.

Una diferencia a destacar entre ambos episodios es la actitud que tomaron los políticos aquí y allá. Dedicarse a la política de manera profesional es estar pillado: ya se sabe que los que mandan no son los representantes electos por los ciudadanos sino que las políticas más determinantes se hacen en los consejos de dirección de las grandes empresas que son completamente opacos y que no se pueden elegir democráticamente. En Cataluña los dirigentes, léase José Montilla Presidente de la Generalitat o Jordi Hereu Alcalde de Barcelona, han sabido estar a las alturas de las circunstancias y se han posicionado lo cerca de los ciudadanos que las empresas implicadas, Red Eléctrica o Endesa, los han dejado y de momento se habla de una multa de 30 millones de euros e indemnizaciones directas e inmediatas a los abonados que van desde los 60 a los 300 euros. En Canarias todos recordamos la balbuceante rueda de prensa del inefable ex presidente Adán Martín a las 24 horas del apagón para decir que él no había sido y tapar las vergüenzas de la multinacional que tenía un decreto de la comunidad autónoma desde hacía años obligándola a renovar las torres caídas y que no se habían dignado a ejecutar. A los caciques de ATI, Miguel Zerolo y Ana Oramas, se les permitió hacer que se ponían al lado de los ciudadanos, todos conocemos bien la estudiada barba de dos días que luce el alcalde de Santa Cruz cuando hay alguna crisis, aunque a día de hoy callen y no hayan vuelto a hablar del tema.

En Canarias las grandes multinacionales, las fortunas internacionales y los empresarios tienen derecho de pernada y la ex consejera de industria Marisa Tejedor dijo en su tiempo que la multa por el apagón, que en algunos casos afectó a poblaciones como Güímar, El Rosario o Fasnia por más de una semana, iba a ser de 450 mil euros con lo que después del paso del tiempo y las apelaciones judiciales a Endesa no sólo le va a salir gratis el asunto de haber dejando a más de 350 mil personas sin electricidad muchas horas sino que le sale a devolver. El apagón de Tenerife de noviembre de 2005 fue muy grave pero mediáticamente el asunto se quedó pronto en el olvido o fue tratado con oscuridad. El medio afín de Coalición Canaria y al que Unelco ha comprado siempre sus voluntades con publicidad innecesaria de una empresa que está en monopolio en el archipiélago El Día nunca llegó a sacar una sola torre tumbada en sus páginas para evitar que la gente conociera la verdad. La labor de difusión de la ineptitud de la compañía mediáticamente lo tuvo una humilde y casera página web, la del Foro Contra la Incineración de Residuos, que con un reportaje fotográfico espectacular consiguió llegar durante varios días a los medios nacionales. Precisamente los grandes medios como los de Prisa estos días se han volcado en denunciar a Endesa porque los efectos sobre una ciudad tan importante como Barcelona no pueden ser ocultados como puede ocurrir en unas tierras como las canarias que están regidas por un estatus bananero. Quizás si esta empresa no recibiera dinero del gobierno de Canarias por surtir de contenidos a una verdaderamente mala televisión pública canaria la invisibilidad con la que muchos asuntos irregulares que pasan en Canarias son tratados no existiría.

En las islas es secular el hecho de que los ciudadanos no nos quejemos realmente de las cosas que pasan porque hay como una nube de resignación que lo empaña todo. Los poderosos de Canarias conocen muy bien esta característica y por eso saben que nos tienen muy bien controlados porque a veces podemos parecer un pueblo dócil. Aunque esto está cambiando, frente a un joven de barrio adocenado por las circunstancias podemos poner a otro extremadamente concienciado, muchas veces las personas que estamos vinculadas a los movimientos sociales tenemos culpa de ello porque no hemos sabido difundir bien una conciencia crítica. La oscuridad producida por estos dos apagones quizás no sólo sirva para revelar la dependencia total que tenemos de la energía sino también el poder que podemos tener como ciudadanos si nos movilizáramos.