02 agosto 2007

Incendios de Gran Canaria y Tenerife


El hecho de que en estos días hayan coincidido dos grandes incendios en Gran Canaria y Tenerife nos debe hacer ver no sólo lo frágil que es nuestro entorno canario sino lo unidos que debemos estar los habitantes de Canarias mal que le pese al fascio que hace editoriales en el periódico segregacionista El Día. Canarias se está convirtiendo desde estos últimos 20 años en un contínuo urbano en el que dentro de menos de una década se contemplarán una pocas reservas naturales, susceptibles a explotar comercial, mercantil y turísticamente, que nos darán una visión ideal de lo que pudo haber sido un desarrollo sostenible en el archipiélago pero que no lo fue. El hecho de que más de 10 mil personas hayan tenido que ser evacuadas de sus casas estos días deja claro que el territorio canario está abocado a convertirse pronto en algo completamente urbano. La última bienal de arte y paisaje de Dulce Xerach que seguramente no se repetirá en 2008 es una prueba de la legitimación que hacen los poderes insulares de la avocación al colapso en la que están sumergidas nuestras islas.

El gesto de pirómanos malnacidos que en pocos días han conseguido que se devasten más de 35 mil hectáreas de monte en Canarias es una muestra de lo lenta que es la tierra en hacerse hermosa y lo fácil que es destruirla. Es un gesto no muy distinto al que tienen o han tenido personajes como Paulino Rivero, Ana Oramas, Miguel Zerolo, Adán Martí, Ricardo Melchior, Wladimiro Rodríguez Brito y hasta la inefable constructora de puertos Cristina Narbona para que Canarias se sitúe en el centro de la insostenibilidad y al borde del colapso territorial. Digamos que el trabajo de estos personajes, y de las políticas que hacen para beneficiar a sus amigos empresarios, están destruyendo nuestras costas y ahogando nuestros montes. Esos son los verdaderos terroristas ambientales que desprecian nuestras islas pero que no son óbice para que los que queman los montes se pudran en la cárcel a pesar de que el derecho penal los acabe favoreciendo. Y eso que les damos un grado de beneficio porque la verdad es que la climatología, el viento y el calor, no han acompañado nada a pesar de que si rascamos un poco en toda la actuación aparecen negligencias por todas partes que implican a los cabildos, más al de Tenerife, y al gobierno de Canarias como siempre ha sucedido en las islas cuando hay una crisis. Ahí está el apagón de Tenerife o las inundaciones de Santa Cruz. Dejemos, mientras, que los rescoldos y las cenizas se acaben extinguiendo con las lágrimas y el sudor de impotencia que centenares de miles de canarios hemos derramado estos días.

Más información en Incendios en Canarias 2007

Reportaje fotográfico Incendios en Tenerife. Verano 2007.