12 mayo 2014

A las europeas no votes


Siempre estaré sumamente agradecido a la supuesta izquierda alternativa de Tenerife, esos del no se pudo, porque en las pasadas elecciones generales del 20 de noviembre me revelaron, gracias a su salto de cabeza al lodazal de la casta privilegiada de políticos profesionales, que el sistema está totalmente corrupto y que no se puede cambiar nada desde dentro de éste porque todo lo que toca lo acaba ensuciando. Múltiples son los casos en los que el sistema ha acabado metiendo dentro de su lógica a aquellas fuerzas que desde dentro intentan superarlo. En lo que me queda de vida, y si las cosas no cambian, jamás pienso pisar un colegio electoral para votar tenga el carácter que tengan las elecciones. Que cuenten conmigo para cambiar por completo el sistema, formas de gobierno, sistema de participación y hacer democracia de carácter participativo como ciudadano activo y comprometido pero que no lo hagan para que cada cuatro años vaya a meter un triste voto en las urnas amañadas que legitimen este asqueroso régimen en el que los mismos que derribaron la República y se criaron bajo las alas de Franco llevan controlando el poder y la economía de este fraude de país desde hace 80 años.
Mucho menos voy a ir al colegio electoral el domingo 25 de mayo para participar en las elecciones europeas que legitiman a la casta de los 750 parlamentarios europeos, que son con diferencia los políticos mejor pagados del planeta, de los que muchas veces hemos visto sus numerosos privilegios y también cómo los jueves por la mañana, después de fichar en el Parlamento, huyen hacia el aeropuerto de Bruselas como auténticos mandriles para ir a sus países de fin de semana para que no se les escapen los vuelos que, como siempre, les pagamos todos. Una ciudadanía decente debe estar en contra de esta Europa completamente antidemocrática de los lobbies, del Banco Central Europeo como una extensión de la banca defraudadora alemana que no tiene ningún control sobre la moneda que nos ha impuesto a millones de europeos, que ha hecho miserables a millones de habitantes del sur del continente junto al FMI y cuyo poder a la sombra, conocido como la Troika, está destruyendo los logros de protección social de millones de ciudadanos para hacer que Europa sea el área más ultraliberal del planeta junto con la dictadura China. La UE siempre fue una salvación para países de nuestra magnitud pero este tipo de Europa que se nos han impuesto de una manera completamente dictatorial y antidemocrática hay que rechazarla porque, a día de hoy, es el principal mal de todos los que padecemos. Atrás quedaron los tiempos en los que Europa significaba un contrapunto válido a las políticas falangistas que en practican en países como España. Votamos a caudillos pero nunca nos dejarán votar para elegir los puestos de Durao Barroso o Mario Draghi o si queremos salir o permanecer en el desastre del euro.
No voy a ir a votar bipartito PPSOE que representa a la corrupción en España y cuyas marcas europeas, el Partido Popular Europeo y los Socialdemócratas, pactan en el Parlamento Europeo el 70 por ciento de las decisiones que nos afectan. No voy a entrar jamás en su duopolio, líderes renovados que llevan más de 30 años en política como Rubalcaba o miserables ladrones que han cobrado millones en negro como Mariano Rajoy. Cañete es un yogur caducado igual que toda la casta política que interviene en esta campaña electoral. Para nada voy a contribuir estos partidos que se han beneficiado del noventa por ciento de la corrupción de este país porque mi deseo es verlos disueltos y a la mayoría de sus líderes cumpliendo condenas de cárcel sin posibilidad alguna de indulto.
No voy a ir a votar por los burócratas de Izquierda Unida que hace ya mucho tiempo abandonaron la causa de cambiar radicalmente las cosas de este sucio régimen. IU ha logrado una posición muy cómoda como la segundona en todo este sistema, con un discurso falsamente progresista mientras sus consejero en Bankia robó medio millón de euros en el último ejercicio como sueldo de la entidad que nos ha llevado al desastre, para gobernar con el PSOE de los ERE en Andalucía y con la banda del crimen organizado del PP en Extremadura. Mi voto no será el que aúpe a Willy Meyer 15 años en total a vivir a cuerpo de rey del Parlamento Europeo para no hacer nada sino propaganda cuando va llegando el tiempo que se tiene que presentar a las elecciones de nuevo. Esta formación ha heredado todos los malos vicios de la izquierda y de los pseudo comunismos soviéticos: la propaganda y la burocracia.
Por supuesto que no voy a ir a votar al falangismo de partidos como el que apoya el fascista de Ynestrillas que es UPyD, hecho a imagen y semejanza de un ser siniestro como Rosa Díez, ni a la escisión del PP creada por Ortega Lara porque les molesta el disimulo de ser de ultraderecha de este partido como es Vox. Si nunca le he dado mi voto a los caciques de CC menos lo voy a hacer ahora que van de la mano del nacionalismo rancio de CiU y PNV.
Con todos mis respetos por los esfuerzos que hacen trotskistas como Pablo Iglesias en Podemos o el todavía juez Elpidio José Silva en Movimiento Red pero tampoco les votaré. Las europeas para ellos son una pequeña plataforma con la que experimentar para citas más importantes como las locales de dentro de un año. Ya se darán cuenta que desde dentro de las instituciones es imposible cambiar las cosas. Sólo espero que no se acaben manchando de la mierda del sistema y que sepan salir de éste en el momento que empiecen a recular hacia el abismo del régimen. Es una pena que con discursos tan coherentes y viendo que este sistema debe ser demolido desde sus cimientos quieran entrar dentro de éste para intentar cambiarlo cosa que no va a suceder nunca.

El 25 de mayo no pienso ir a votar y esta no es una decisión que implique pasotismo por mi parte sino que está profundamente meditada desde el punto de vista político e ideológico. No me engaño, el régimencorrupt en el que vivimos da la sensación de que se está desmoronando pero es más fuerte de lo que se parece. No voy a participar como un imbécil en él. Prefiero vivir los días que me quedan al margen de éste que aceptar el engaño en el que vivimos resignadamente.