13 noviembre 2006

LLUVIAS TORRENCIALES Y ESPECULACIÓN URBANÍSTICA EN TIERRAS BANANERAS

El hecho de que en el Planeta Tierra se esté produciendo un cambio climático parece ser algo incontestable. Estudios científicos cada vez más serios, y más despreciados y silenciados por los grandes dirigentes del mundo, confirman de una manera o de otra el hecho de que por culpa de los seres humanos se está llegando a un punto, que si bien hay que huir de un exagerado tremendismo, que ha provocando numerosas situaciones de carácter irreversible. Los datos apunta, cada vez de una manera más objetiva, a que se está produciendo un calentamiento en la Tierra de varios grados en poco tiempo, que las reservas de petróleo, desde hoy en día, se están empezando a agotar o que en 2048, según un estudio publicado en la revista Science estos días, como todo siga en esta progresión la mayoría de las especies marinas estarán extinguidas y estar cerca del mar resultará hasta tóxico. Triste legado este el que podrían tener nuestros descendientes.

Como en Canarias la culpa de todo lo malo previsible que sucede lo tiene coalición canaria no vamos a decir que la tromba de agua que cayó en las islas el pasado día 1 de noviembre la tienen ellos. Si hiciéramos esto tendríamos la voluntad desviada como el personaje neurótico que escribe las editoriales de El Día y que acusa a los que llama los del no de que Canarias no progrese, o sea: de que Plasencia, Jiménez y compañía no puedan prosperar todavía más de lo que han hecho a base de pelotazos. Coalición canaria no es la culpable de que en las islas haya llovido así estos días como Zapatero no es el culpable, por mucho que lo insinuara el PP, de que hasta verano haya habido una sequía tenaz. La climatología canaria está marcada por episodios de lluvias torrenciales seguidas en el tiempo y con una regularidad casi anual como ha sucedido este día primero. Todas las personas que hemos vivido cierto tiempo en este archipiélago podríamos recordar episodios de estas características climáticas y, es más, hay abundante documentación histórica que demuestran este aspecto. La actual talla de la virgen de Candelaria es una réplica de otra anterior que se llevó una riada en el siglo XVIII junto con su ermita, los curas y fieles que se refugiaron en ella para protegerse de la tormenta. La posición geográfica de Canarias afectada por los anticiclones de las Azores, los materiales volcánicos de los que están compuestas las islas y su geografía bastante escarpada en las de mayor relieve tienen que ver directamente con estos episodios. Mienten descaradamente quienes afirman que lluvias, como las de los días referidos, han sido algo excepcional. Se aprovechan descaradamente de la mala memoria climática que tenemos las personas para hablar de situación excepcional para unas lluvias torrenciales que en Canarias son parte consustancial de su climatología. Encima luego tendremos que soportar a un superalcalde acudiendo personalmente a socorrer a la población en sus barrios para aparecer en la prensa como héroe con estudiada barba de dos días.

El único acontecimiento climático excepcional que hemos vivido los canarios, mucha gente que tenía casi ochenta años decía que no había visto nada igual, ha sido el paso de la cola de la tormenta tropical Delta a finales de noviembre de 2005. No es común que un fenómeno meteorológico que está ligado con los huracanes del Caribe haya llegado a Canarias estando a miles de kilómetros. Lo que si fue habitual ya en este caso fue la improvisación con la que actuaron las administraciones públicas locales y el gobierno de Canarias días previos a la tormenta, durante ésta y la semana larga posterior. Pese a la gravedad de los hechos ningún político competente, aunque todos sepamos que son incompetentes en realidad, dio la cara ante la ciudadanía, y mira que les gusta darla cuando tienen que inaugurar auditorios o tranvías, y le pasaron el muerto a Unelco-Endesa que ha sido exculpada en la pantomima de comisión de investigación parlamentaria que hicieron para hacer parecer que investigaban la caída de más de 150 torres de alta tensión que estaban literalmente podridas en la isla de Tenerife y que provocó un apagón de hasta una semana. No hubo ni una sola dimisión aunque muchas autoridades tenían que haber dado la cara en aquel asunto aunque sí un portavoz del gobierno de Canarias calificó los sufrimientos de muchos ciudadanos, al tiempo que nos insultaba, como simples molestias.

La imagen tomada el día de difuntos por la gente del Foro Contra la Incineración de Tenerife del túnel del tranvía a la altura de las Mantecas llegando al hospital inundado a la mitad pasará a la historia de los esperpentos grotescos que en esta tierra de políticos bananeros y caciques de la coalición junto a muchas más. Que el buque insignia, no sólo porque casi sea un trayecto acuático, de la política de infraestructuras del cabildo bananero de Tenerife, y que tendremos que estar pagando los contribuyentes durante más de 40 años por capricho personal de Ricardo Melchior, que es el tranvía de Tenerife muestre a pocos meses de su inauguración este aspecto tercermundista nos deja a muchos avergonzados de los políticos que tenemos. En vez de cinturones de seguridad acabarán poniendo salvavidas bajos los asientos. Si hubiera estado funcionando no quiere uno pensar qué tipo de desgracia podía haber pasado. Cuando ya esté en servicio habrá que pensarse lo de cogerlo. Recordemos que hace unos meses se desmontó un tramo completo de más de un centenar de metros por hundimiento del terreno muy cerca de esta zona y el silencio mediático fue escandaloso.

Los culpables de que cuando llueva con cierta intensidad y se inunden calles, casas y redes de comunicación son los políticos de coalición canaria y su política cercana a los empresarios y especuladores de la construcción. El modelo depredador del territorio introducido en nuestras islas hace casi dos décadas basado en la construcción sin control, muchas veces se edifica en laderas de barrancos canalizados como si fueran la salida de un inodoro, o la pasión por el asfalto y el cemento que se traduce en infraestructuras disparatadas han hecho ya un daño irreversible a nuestro territorio. El urbanismo sin control y las políticas de enriquecimiento rápido están destruyendo nuestra forma y calidad de vida. Y esto no lo digo yo, sino que es una idea expuesta al poco de producirse el chaparrón del día 1 por Pedro Medina Sanabria, conocido meteorólogo ya jubilado, y que aludía a que nuestras islas están mal construidas a causa de estas tramas de especulación. Esperemos que un día no llegue a pasar nada. El caso es que lluvias así se van a volver a repetir muchas veces en las islas porque es un rasgo peculiar de su meteorología. Todos tenemos en mente las inundaciones de Santa Cruz de Tenerife del 31 de marzo de 2002. En aquel caso hubo varios muertos.

El día 1 de noviembre fue festivo. Si hubiera sido un día laboral normal el caos se hubiera hecho en toda la isla de Tenerife y algo grave hubiera pasado. Desde aquí, como ya han hecho estos días desde el Foro Contra la Incineración, pedimos que se vayan estos sinvergüenzas que nos gobiernan y que no tienen ni la más mínima idea de lo que es gestionar el dinero público sino que buscan siempre con él su beneficio particular. No sólo juegan con nuestro dinero sino que ponen en peligro la seguridad de las personas y esto ya es muy grave e incontestable.

Canarias Digital, 6 de noviembre de 2006