14 mayo 2007

ANA ORAMAS, LA ENCARNACIÓN DE LA COBARDÍA POLÍTICA DE CC

Si hubiera que caracterizar de alguna manera a la inmensa mayoría de políticos de Coalición Canaria que ocupan cargos públicos en las islas habría que hacerlo hablando de ellos como personajes de perfil democrático muy bajo que son herederos del sistema caciquil secular que históricamente ha arrastrado a Canarias por la sendas del monocultivo y la desgracia económica y cuyos antecedentes en la gobernanza municipal hay que buscarlos en las cavernas del franquismo y de los alcaldes a dedo del dictador. El temor al debate y a que los ciudadanos podamos opinar libre y democráticamente acerca de asuntos tales como la innecesaria proliferación de infraestructuras tipo anillos de carreteras, puertos en Granadilla, segundas pistas de aeropuertos, trenes y tranvías hacen que esta gente que nunca esgrimen argumentos válidos con los que defender sus proyectos se cierren en banda a todo aquello que sea diálogo y democracia. Paradígmatico de todo esto es el puñetazo en la mesa que el presidente del cabildo de Tenerife dicen que pega cuando se le lleva la contraria en asuntos como el chapucero tranvía de Santa Cruz Laguna. En plena campaña electoral Ana Oramas, alcaldesa de La Laguna, ha optado por cerrarse al diálogo cuando se la ha invitado a un debate entre candidatos al ayuntamiento de La Laguna.

El viernes 11 de mayo un grupo de ciudadanos organizaba un debate en El Castillo del Camino Largo de La Laguna en el que, en distintas fases y días, se pretendía que los cabezas de lista de las 12 candidaturas que optan al ayuntamiento lagunero expusieran sus programas. Este día era el turno de las candidaturas que tienen representación en el ayuntamiento y que son PSOE, PP, CCN y CC. Todos los candidatos, como es de suponer, hicieron un hueco en su agenda por la cuenta que les trae hacer parecer como que se acercan a la ciudadanía, salvo Ana Oramas cuya secretaria, según la organización del debate, dio las más anodinas y peregrinas excusas. En la misma sesión los otros candidatos acordaron suspender el debate e intentarlo para la siguiente semana. En la prensa del sábado en silencio mediático acerca de este asunto fue escandaloso pero ya normal en una isla que para enterarnos de que Miguel Zerolo cumple asistiendo al Tribunal Superior de Justicia de Canarias del que sale imputado por diversas causas debemos hacerlo a través de medios electrónicos de Gran Canaria y sólo salieron un par de reseñas en la prensa. Una de ellas fue en el Diario de Avisos en el que se tergiversaba el asunto y se decía que el acto se suspendió porque la alcaldesa Ana Oramas había dicho que no podía acudir. La oficina de la candidata propuso enviar a su segundo en las listas, Fernando Clavijo, especialista en inaugurar comisarías en activo y aparcar mal para que la oposición le saque fotos a su coche en línea amarilla, pero los organizadores prefirieron que no fuera así debido al nivel en el que se quería realizar el debate.

En este año largo que Coalición Canaria lleva de campaña Ana Oramas ha hecho de todo. Ha inaugurado con el rey un tramo del tranvía, una biblioteca que lleva más de seis meses sin un solo libro en sus estanterías, ha aprovechado todo medio amigo para hacerse entrevistas propaganda, se ha ido con señoras de la tercera edad en una cacicada de viaje, pagado con dinero público, a la isla de La Gomera o la Junta Electoral le ha anulado una campaña descaradamente electoral que quería hacer de paseos en el tranvía que tantos sufrimientos y dinero, más de 360 millones de euros, ha costado al contribuyente. En estos ocho años no ha dado nunca la cara ante la ciudadanía. Sólo derramó unas lagrimitas de sal cuando ardió el Palacio de Salazar aunque luego le dio un cheque en blando al obispo que pedía como sólo la iglesia sabe hacer para su restauración y hasta le prestó una sede provisional que le sale gratis al obispado. Nunca ha debatido en público sus decisiones ni ha tenido en cuenta las ideas de los ciudadanos porque nunca ha tenido programa y porque en CC son alérgicos a la democracia y en su programa para Canarias prometen promocionar las Iniciativas Legislativas Populares pese a haber tirado a la basura la de protección del litoral del Grandilla con 56.087 firmas. Un ejemplo es la peatonalización del Casco Histórico que va unida a la especulación pura y dura con sus autoritarios y nada democrático cambios de mobiliario urbano. Quien en ocho años no ha tenido nunca un mínimo gesto democrático hacia la ciudadanía no se le esperaba para nada que participara en un debate en el que, tal vez, fueran a aparecer ideas y no la propaganda barata de la que está tan bien acostumbrada a disfrutar. Esto se llama simple y llanamente cobardía política.

Este hecho y la destroza gestión del ayuntamiento lagunero que si fuera empresa privada estaría en manos de jueces concursales por suspensión de pagos hacen que esta persona, Ana Oramas González-Moro, que nunca ha ganado unas elecciones y siempre ha gobernado en virtud a pactos contra la lista más votada se descalifique nuevamente así misma y sea una alcaldesa que ha gobernado, y pretende seguir haciéndolo, a base de propaganda pura y nulos argumentos. El 27 de mayo no hay que votar por ella, otras opciones hay para La Laguna y no nos referimos a aquellos a los que dejó plantados en viernes 11 en El Castillo, que puedan dignificar una ciudad que lleva más de una década sumida en la mayor miseria política, cultural y urbanística de toda su historia.

Canarias Digital, 14 de mayo de 2007.