30 junio 2015

Enseña lo que sabes

Fuente desconocida. Comparto en Creative Commons.

En general no me gustan los memes, esas imágenes que recorren Redes Sociales y sistemas de mensajería instantánea de manera viral, sobre todo aquellos que son falsas citas y que lucen con fotos de tardes soleadas palabras solemnes que casi siempre son entre graciosas y mamarrachadas y que cuentan el poder de Ser Humano y la cercanía del infinito (sic). Hubo una persona, por suerte alejada ya de mi vida para siempre, que me los dedicaba en Twitter con intención de hacerme daño y que pueden definirse como de la especie de los seres malos sin que medie una enfermedad mental por medio porque disfrutan provocando el dolor ajeno y que no tienen cura.
Ignoro donde se consiguen y quién tiene la paciencia de decir tantas gilipolleces juntas pero sospecho para qué sirven: son un pequeño alimento de la soberbia de sus creadores pero, sobre todo, para pillar datos mientras el meme se mueve en las Redes Sociales pues no olvidemos que de ir de un Time Line a otro se pueden ir recopilando datos personales con las herramientas pertinentes ya que los datos son el petróleo del siglo XXI. Algunos memes tienden a lo memo pues he leído cosas como que el que te quiere te hará sufrir. No hay más que conocer a alguna víctima constante de violencia de género para saber que a nadie le importa las mujeres que lo padecen sino la gestión y maquillar los números para uno de los fenómenos que más muertes produce al año en este pufo de país parezca minoritario cuando no lo es.
El meme que publico arriba me llegó por una Red Social seria como Linkedin. En realidad no se debería de llamar las Diez Reglas de la Creatividad sino del Trabajo en Equipo Efectivo. El trabajo es trabajo maquíllelo como quiera el departamento de Recursos Humanos de una gran empresa pero como es algo que hay que hacer, cuando se puede, qué mejor que tener un ambiente agradable cuando, muchas veces, estás más con gente infame que con la que quieres de verdad y no te importa pasar horas con personas o familiares especiales todo lo que haga falta. Desconozco a la autora, una cosa así sólo la puede escribir una mujer por la coherencia de sus líneas, pero la difundo como anónimo y con una Licencia Creative Commons que debería tener.
Mi favorita es la Regla Tercera, Enseña a otros a hacer lo que sabes. Escribo y publico esto a escasas horas antes que entre en vigor la Ley Mordaza que contempla la enésima censura en Internet que, ya lo digo desde ahora mismo, no va a funcionar y volverá a ser burlada haciendo que empresas españolas migren a otros lugares y perdiendo tejido industrial porque a la red, por mucho que se intente, ponerle barreras es complicado por una razón: funcionan con software y el software por definición es siempre imperfecto y vulnerable. Me he pegado toda la vida enseñando lo que sé a la gente que conozco sin guardarme secretos, hasta el extremo de ser pesado porque cuando me apasiono con algo soy muy tenaz, y porque la vida funciona mejor cuando entre todos nos comunicamos lo que sabemos. Hace unas semanas me conmovió algo que me contó un médico excelente que hizo en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria en un barrio que los sociólogos definirían como lumpen: entre estudiantes de arquitectura y medicina montaron en 1977 una comuna autogestionada que enseñaba a leer y a escribir a las personas mayores de la zona y a las prostitutas. No pedían nada a cambio, sólo el placer de enseñar para que la gente pudiera progresar. Hace poco visité un hub de empresas, no quiero decir en nombre, y todo el mundo estaba montando su impresora 3D como hobby sin pensar un proyecto común, sin ambición y sin formas de sacarle utilidad social a las TIC's para hacer un mundo un poco mejor para todos. Yo lo tengo claro, jamás me he guardado un secreto y en trabajos que he tenido gente mediocre y lameculos me han sacado cosas para luego ellos ponerse la medalla. Me daba igual porque siempre he huido del Principio de Peter que hunde al ser humanos en la mediocridad y la ineptitud. Por eso te digo, si quieres saber algo pregúntamelo. Si lo sé te contesto y si no lo investigo. Así, probablemente, hemos avanzado desde las tablillas sumerias hasta las redes de ordenador.