26 marzo 2007

MANIFESTACIÓN POR LA SANIDAD EN CANARIAS






A 30 años del asesinato de Javier Fernández Quesada en las puertas de la Universidad de La Laguna han sido tantos los que me han contado que estaban allí aquel sangriento día que sí todos los casos fueran ciertos, suponiendo que las versiones contradictorias pudieran encajar, el espacio físico del hall de la entrada al edifico central de la universidad tendría que ser tres veces mayor porque es imposible que en su dimensión haya podido haber sitio para tantos que dicen haber estado allí. Yo, como no es mi afán apuntarme batallitas en las que no estuve, empiezo diciendo que no fui a la manifestación del 23 de noviembre de 2002 contra el tendido eléctrico de Vilaflor. Reconozco que me he arrepentido de no haber estado donde entonces tenía que estar.

Recuerdo que los días previos a esta manifestación la manipulación del aparato mediático de coalición canaria, el grupo El Día o Radio Club Tenerife, eran tan descarados y las declaraciones de los líderes de ATI tan oportunistas que decidí quedarme en casa. No quería participar en lo que me parecía una sucia apropiación del sentir popular. Compañeros que sí estuvieron allí me contaron que las cosas fueron muy distintas a lo que yo pensaba que iba a pasar. Si los medios son el hábitat natural de los gobernantes que imponen su sucia lógica con golpes autoritarios la calle lo es de las personas que practican a diario la democracia hasta en sus gestos más cotidianos. Políticos manipuladores que acudieron aquel día como Miguel Zerolo, Ricardo Melchior o Ana Oramas salieron con el rabo entre las piernas cuando la gente les hizo un pasillo para que se largaran de la calle a sus coches oficiales pues ésta nos les pertenecía. A pesar del insulto y de la provocación de aquellos desvergonzados la gente, con algún escupitajo aparte, respondió con bastante respeto.

Un ambiente de manipulación parecido existía la semana antes a la manifestación del 24 de marzo en Tenerife a favor de la sanidad pública convocada por los sindicatos UGT, agrupación de intereses en realidad, y el de auxiliares de enfermería SAE. Como me equivoco mucho a la hora de prever el futuro en cuestiones políticas, llegué a pensar en el hundimiento de coalición canaria tras las elecciones de 2003 después de lo de Vilaflor, decidí acudir a ésta para ver qué pasaba. No toca hablar aquí de la bajada de pantalones que han perpetrado la Unión General de Trabajadores y CC OO, como diría Urdaci en los telediarios populares, que han pactado todas las reformas laborales que han podido con todos los gobiernos que ha habido para hacer de la clase trabajadora en España una de las más desprotegidas de Europa a cambio de un plato caliente de sopa pues son poco más que estómagos agradecidos. Por firmar, que han firmado todo lo que se les ha puesto por delante, han rubricado hace un años la pantomima del Pacto Canario por la Sanidad Pública de la que UGT finge estarse arrepintiendo ahora en virtud a esta oportunista manifestación. A menos de dos meses de las elecciones locales de mayo de 2007 se apuntaron al carro de la manipulación el PSOE, el PP, CCN y hasta algún grupúsculo fascista radicado en Canarias del que no voy a decir el nombre para no hacer propaganda innecesaria a los cuatro (sic) descerebrados que no servían ni para cargar la pancarta. La nota de dignidad de esta convocatoria la tuvo Asamblea por Tenerife y el sindicato de Comisiones de Base (Co.Bas) que gritaron lemas contra la corrupción, a favor de lo público y cantaban la consigna Papa cómprame un partido en referencia a Ignacio González hijo presidente del CCN que había acudido con su aparato propagandístico a chupar cámara. Hace falta recordar que su padre, Ignacio González empresario, está presuntamente implicado en el pelotazo de más de 100 millones de euros de la playa de Las Teresitas. Como bien dice el Catedrático en Economía Federico Aguilera Klink hasta que los ciudadanos no podamos conocer la forma en la que los partidos políticos se financian la democracia formal no sólo no es una pantomima sino que además será imposible.

El ambiente general era algo gris y bastante más soso que las manifestaciones que organizadas por ciudadanos en un ambiente hostil y con medios precarios estamos acostumbrados a ver. Aquello era algo que daba casi tanta vergüenza ajena como una sesión cualquiera del parlamento de Canarias. El ejemplo gráfico está en las miles de fotos que es posible ver en internet de las tres manifestaciones que en los últimos noviembres ser han hecho contra el puerto en Granadilla. Las prisas por llegar al final, sacarse la foto, leer el manifiesto e irse a comer a un sitio caro se veían en la actitud de los políticos que estaban allí. Por el asco con el que cogían las pancartas se demostraba la poca experiencia que tenían en manifestarse. Algún alcalde socialista del sur de la isla, posiblemente investigado por la fiscalía anticorrupción en virtud a la brutal proliferación de camas hoteleras en su municipio, fletó guaguas para traer manifestantes a Santa Cruz.

Uno que ha pintado pancartas a mano y ha visto como ciudadanos desinteresados han estado durante horas en el suelo haciendo estos menesteres se queda alucinado al ver despliegues como el de CCN para esta manifestación. Y no sólo por ver la cara de su presidente maquillada con crema de protección solar factor 50 sino que tanto despliegue con dos furgonetas pintadas con los emblemas del partidos, lo globos aerostáticos, las azafatas de agencia, los folletos, las banderolas y las gorritas horteras me llegaron a abrumar. Cuando regresaba a mi casa en la guagua planchado más por tanto derroche que por la insolación en vez de ir a urgencias, porque ya sabemos lo mal que está la santidad en Canarias antes de que tanto oportunista que tiene seguro privado nos lo tenga que recordar, pensaba en la manía que nos tiene el grupo de comunicación El Día que cuando hacemos un acto así las organizaciones sociales nos acusa de estar financiados por oro amarillo. Nunca he leído en una homilía dominical de este medio, que llaman editorial, preguntarse de dónde saca Ignacio González, Ángel Llanos, CC o el PSOE el dinero para llevar campañas electorales algunas activas durante casi un año.

La sanidad en Canarias es una auténtica mierda. Y no por los profesionales que trabajan en ella y hasta por lo pacientes y enfermos que hacen lo mejor que pueden para que ésta sea digna. Lo es por la voluntad de los partidos políticos como CC, PSOE y PP que están en el poder, también por CCN que pretende arañar parcelas de éste y cuyo entramado empresarial tiene intereses en clínicas privadas, y que sólo funcionan para el beneficio privado donde la financiación directa de la sanidad pública se ha reducido en esta última legislatura, la del Paraíso de Adán que es la peor legislatura autonómica de todas las que han existido en 30 años de historia de las autonomías en España, y ha ido a parar a empresas concertadas de salud de los amiguetes que están en el poder. Ya está bien, menos Hospiten se gritaba el sábado 24 desde núcleo de Asamblea por Tenerife en la manifestación. El PP de Valencia es tan ladrón que se ha apuntado desde la Unión Europea la retirada de las competencias urbanísticas a la comunidad. Zaplana a parte de mentir en torno al terrorismo y sublevar a la ultraderecha sabe mucho de ladrillos y cemento. En Canarias el nivel de corrupción y la mala gestión de lo público es algo tan ultraperiférico y pasa tan desapercibido a los ojos de los contribuyentes netos europeos que pagan las subvenciones que en Canarias se despilfarran que habría que plantear la retirada de ciertas competencias a la comunidad autónoma como son las de sanidad y educación. Hasta que los ciudadanos que están en la base de la sociedad de las islas, y que son negados constantemente por el poder que actúa de manera autoritaria, no puedan acceder a las decisiones que se toman estas cosas están mejor cuando se gestionan desde lejos de los intereses particulares de nuestros caciques.