11 marzo 2013

Ricardo Melchior se va



Que la izquierda tiene un serio problema en relación al culto de la personalidad, en la antigua Unión Soviética el lugar que ocupaba tradicionalmente dios lo acabó ocupando el estado y así les fue, es algo que no entraña la menor duda. Que esta semana se haya anunciado que el destino al cadáver de Hugo Chávez sea el acabar embalsamado para que el pueblo pueda tenerlo allí eternamente como Lenin o Mao, convirtiendo así al líder de la revolución bolivariana en una suerte de Cid Campeador que siga ganando elecciones, es algo que a los que pensamos que el respeto a los muertos, en el sentido menos teológico pero que tiene que ver con el escrupuloso respeto por el ser humano, es algo que nos debería dejar estupefactos. Sin embargo, pasada la primera sensación de asombro tras constatar que absolutamente todo en este mundo es susceptible de ser instrumentalizado y que de perdidos al río pues a lo mejor esto no resulta mala idea y que muchos insignes de la casta política que nos ha tocado padecer se merecen, en principio, un destino igual al de Chávez. Deseándoles, como no puede ser de otra manera, que vivan todavía muchísimos años, sobre todo que yo los vea, quien sabe si determinados políticos que están entre nosotros se merecieran una suerte igual cuando acabasen sus días en la tierra como podría ser José Luis Rodríguez Zapatero, María Dolores de Cospedal, Mariano Rajoy Brey, Rosa Díez, Felipe González Marques, Iñaki Urdangarín ya que es delito referirse a su suegro en estos términos, Carlos Fabra para hacerlo santo patrono de Loterías y Aeropuertos del Estado o nuestro pequeño genio y figura José Manuel Corrales.
Al margen de toda ironía, es una pena que el actual no sea un estado normal de cosas y que sólo se hable de corrupción en los medios, pero estas semanas ha pasado desapercibido un personaje que algún día CC debería plantearse mejor que nadie embalsamar como es Ricardo Patrick Melchior que ha dicho que no agotará su legislatura como presidente del Cabildo de Tenerife y que se retirará en los próximos meses para dejar en su cargo al, en su día designado digitalmente como su sucesor, consejero de movilidad que ha destruido por completo a Titsa y al transporte público en la isla de Tenerife, el señor don Carlos Alonso. En ATI CC esto no es la primera vez que pasa y que segundos acaben tomando el cargo designados a dedo y con el menor de los respaldos democráticos posibles porque, esto es una cosa que en este partido provoca una profunda alergia, se está convirtiendo en un hábito. No en vano Melchior no es sino un segundón del fallecido Adán Martín, que se sepa no fue embalsamado pero sí le pusieron muy acertadamente su nombre al auditorio de Tenerife que es todo un monumento al despilfarro del poder chicharrero que Martín cultivó como nadie, y más recientemente Ana Oramas que se fue a Madrid a hacerse su campaña particular a la presidencia de la comunidad autónoma de Canarias dejando a un Fernando Clavijo que ha hecho lo mismo que Oramas hacía: poner despacho y sueldo a la oposición, a día de hoy Sí Se Puede y Por Tenerife, para asegurarse un mandato plácido como el que ha tenido estos casi cuatro años.
Melchior dejará el Cabildo, y esperemos que también la política porque de esto no ha hablado todavía, con una espinita clavada: la de haber perdido el chollo de ser Senador, seguro que muchas veces soñó con que esta figura fuera de carácter vitalicio como la que gozó el dictador Pinochet, que han ostentado el cacique putero de La Gomera Casimiro Curbelo o el imputado Miguel Zerolo y que perdió frente al que fuera su vicepresidente en el Cabildo y ahora archienemigo el Popular Antonio Alarcó. Creo que pocos van a echar de menos a un tipo que ejerció la tiranía como nadie, famoso por los puñetazos en la mesa en su despacho cuando sus asesores le desdecían, cuyo padre fue investigado como posible nazi por los servicios de espionaje británicos y el que en una carta la fallecida Vicenta Díaz, que fue consejera de Carreteras y Vivienda, lo acusó de haber sido un maltratador psicológico con ella y muchos de sus compañeros y donde vierte un posible intento de prevaricación contra Melchior a la hora de contratar una serie de obras públicas.
Ricardo Melchior se va del Cabildo dejando una deuda muy grande que deberemos pagar durante muchas décadas, ni él embalsamado o no ni muchos de nosotros estaremos aquí para cuando este tiempo pase, que es el absurdo transporte guiado del tranvía del área metropolitana de Santa Cruz de Tenerife que no ha hecho otra cosa sino dificultar la movilidad de cientos de miles de ciudadanos en la isla de Tenerife y que, viendo como se ha visto que las cuentas en Suiza son algo común para algunos políticos, y sabiendo que Alstom tiene graves acusaciones de sobornos a políticos en algunos sitios donde ha estado presente, no sé si alguna fiscalía debiera investigar los réditos que ha producido dicho tranvía. La crisis económica que estamos pasando, aunque las obras del puerto de Granadilla sigan a todo trapo a pesar de su reconocida inutilidad hasta por sus promotores, tenía que traer algo bueno y es que, de manera bastante contundente, el disparatado proyecto de trenes del norte y del sur de Tenerife se han paralizado durante, al menos, un buen tiempo. Recordemos que Melchior estuvo encariñado con un fracasado proyecto de tren que funcionaba con un sistema de levitación magnética de una empresa alemana que sólo se ha vendido a Singapur por lo caro y nada rentable que supone el proyecto.
Alguien así no puede, en una tierra de marcado carácter bananero como es Canarias, actuar solo y para ello precisa de unos cómplices necesarios. Desde aquí me gustaría denunciar la actitud miserable, arrastrada, cobarde y vendida del Partido Socialista Canario PSOE que ha sido el encubridor durante los dos últimos años de la década en que este político que ha estado en el poder porque, cuando estaban en la oposición, no hacían sino denunciar las irregularidades que les venían en gana y que ahora callan como los miserables que son en busca de un puestito de mierda y algunas prebendas. Sin duda es una buena noticia que alguien con un marcado carácter autoritario y antidemocrático, que ha servido más a Unelco Endesa desde el sillón de una institución pública que desde la misma empresa, se vaya por simple regeneración democrática. Sin embargo tenemos que diferenciar entre disolución y solución: una disolución es que ahora Melchior deje la política pero la solución definitiva llegará cuando la gran mayoría de los altos cargos de las islas dejen ésta para siempre. Y muchos vayan a la cárcel, añado.