04 agosto 2013

¡Ño, qué sueldos!

En una época en la que era hasta demasiado sociable solía tener tertulias en bares sobre lo divino y lo humano. Recuerdo que cuando hablaba con ciertos nacionalistas canarios, algunos han acabado en el partido del No Se Pudo en busca de un echadero y otros directamente en CC, siempre me topaba con un muro infranqueable: su posición romántica de entender los problemas del mundo como la falta de la nación canaria. Este romanticismo hacían que dulcificaran todo lo que venía del archipiélago, aunque fuera el mismo demonio, tan solo porque éste estuviera vestido de mago y comiera papas, mojo y gofio. Alguna vez escuché decir que en temas laborales preferían a un empresario canario que los explotara que a uno godo que respetara mínimamente sus derechos laborales. Ellos afirmaban con rotundidad más por fe que por tener pruebas que en algún momento de la independencia esta suerte de burguesía canaria empresarial sabría tomar las riendas hacia una Canarias socialista. Yo enseguida pensaba en la burguesía caciquil del archipiélago, Plasencia, González, Santana Cazorla o Jiménez, y yo decía que ni de coña, que un trabajador aquí tiene más en común con uno de Vladivostok, aunque no hable canario ni cante folías, por cuestiones de clase social que nosotros con un belillo rico como Antonio Plasencia que se ha criado con el mismo gofio millo que uno. La lucha de clases no ha dejado de existir nunca a pesar que a principios del siglo XXI existió un Movimiento de Liberación Nacional Canario, MLNC, que obtenía mucho dinero público en subvenciones pagadas por Coalición Canaria de nuestros impuestos. A día de hoy todavía existen muchos de estos nacionalistas de la cueva que se corren de gusto con las homilías dominicales del un falangista como José Ramirez en El Día porque oyen el discurso teológico de liberación nacional que suelta este señor como si fuera la verdadera palabra de dios a pesar que este grupo de comunicación ha hecho mucho daño a Canarias y se ha aprovechado, como nadie, del dinero de nuestros impuestos en subvenciones y publicidad institucional inútil y mentirosa.
Nómina real de un trabajador de HiperDino en Canarias de junio de 2013 contratado por siete horas a la semana con un importe de 172,56 euros. 

Detalle de la liquidación del mes del trabajador de HiperDino

Lo que tienen encima de estas líneas es la nómina de un trabajador de un supermercado HiperDino, grupo nuevamente controlado por los empresarios canarios Hermanos Domínguez y Javier Puga, del mes de junio de este año 2013. Observen en el margen inferior izquierdo, marcado en rojo, lo que ha cobrado dicho trabajador: 172,56 euros. Esta nómina, que ha sido retocada para limpiar cualquier dato de carácter personal para preservar el anonimato del trabajador, corresponde a un contrato que no es ni siquiera la mitad de media jornada: es de siete horas a la semana concentradas en un solo día. El contrato es por seis meses sin posibilidad de renovación ni de promoción dentro de la empresa: cuando se acabe echarán a este trabajador y contratarán a otro nuevo del paro para cobrar los incentivos fiscales que se dan por este hecho. No voy a decir quién es pero les aseguro que no es de un pope de estos del nacionalismo que me decía que preferían a un empresario canario que a uno godo porque, entre otras cosas, un listo de estos del nacionalismo están ahora enchufados y viven con mucho más de 172,56 euros al mes porque su cuento del nacionalismo les sirvió para eso y no los explota un empresario de raza canaria. Lo verdaderamente repugnante de este tema es que estos empresarios, su portavoz Javier Puga siempre que puede lo nombra en las entrevistas, es que se las dan de que están creando empleo por y para los canarios cuando todo esto es completamente falso ya que su empresa lo que hace es aprovecharse de los requisitos legales que han puesto al trabajador al nivel de la esclavitud para, encima, hacerse un marketing que, en otras circunstancias, sería hasta gracioso pero que, viendo el drama que estamos viviendo, es algo completamente miserable. 172,56 euros no es un sueldo decente para vivir, que trate él de hacerlo con eso al mes, y cualquier familia por mucho que ahorre al mes se gasta en alimentación, en los supermercados de este señor por ejemplo, mucho más dinero que este sueldo porque en las islas la cesta de la compra es la más cara del estado. Este contrato no es ni siquiera un MiniJob, en términos canarios quizá había que llamarlo ChinijoJob, y es una vergüenza que este tipo de explotación esté pasando en nuestras narices y que aquí, empezando por esos miserables de CC OO y UGT cuyo negocio es vivir de la explotación de los trabajadores, no pase nada.

Las cifras del paro que el cobarde de Rajoy, que a día de hoy sigue sin dimitir y al que esta nómina no le daría al mes ni para su consumo personal en sobres, con las que se regodeó el 1 de agosto en el Senado de 64.886 parados menos corresponde, sobre todo, a contratos de este tipo. Debería de caérseles la cara de la vergüenza, eso es algo que no tienen empezando por la enchufada de Fátima Bañez, no ya por el mero hecho que estas cosas estén pasando sino por el júbilo con el que estos desgraciados ha recibido la cifra del desempleo en este mes de julio. Un nota agria que han tenido los Populares cuando celebraban esta cifra de empleo ha sido la recomendación del FMI, cuando un país debe 40 mil millones de euros a la Troika las recomendaciones son obligaciones como bien dice el inepto de Joaquín Almunia, para que en el plazo de dos años en España se bajen los salarios un 10 por ciento dicho por personas que al día ganan miles y miles de euros y que los 172,56 de la nómina de arriba es el gasto diario en su casa de servilletas, compresas y absorbentes.


España se va a convertir en un país competitivo a marchas forzadas gracias a estos sueldos que son de miseria, como el de la nómina de este artículo, y con el completo desmoche del pobre estado de bienestar, que más mal que bien, se había conseguido forjar con mucho esfuerzo en las primeras décadas de la mal llamada transición democrática. En los sindicatos verticales vendidos a la patronal, en los partidos políticos canarios que se dicen alternativos y nacionalistas como Sí Se Puede o en los medios de comunicación del archipiélago que son los voceros de la opinión publicada de la clase empresarial que se enriquece haciendo este tipo de contratos no es que no haya un mínimo de sensibilidad hacia este asunto sino que les importa una puta mierda mientras lo suyo no se lo toquen y sigan para delante. Con este empresariado, canario o malayo da igual, y sin interlocutores válidos que defiendan nuestros derechos los trabajadores estaremos cada día en la órbita de nóminas como esta a no ser que empecemos a defender nuestros derechos con otro tipo de formas de interlocución.