03 septiembre 2007

LA TELEVISIÓN EN CANARIAS



Durante muchos años para ver la televisión sólo era necesario pulsar un botón, el de encendido de aparato. El hecho de que durante mucho tiempo el monopolio de la producción televisiva recayera sobre el estado y de que sus trabajadores fueran funcionarios, en mi parecer con el peor de los sentidos de esta acepción, supuso que cuando entraron los operadores privados el Ente Público no supo reaccionar y se convirtió en un dinosaurio de devorar dinero del contribuyente, la deuda a finales de la legislatura del PP superó el billón de las antiguas pesetas, y una poderosa arma política que tanto el PSOE como el PP no dudaron en utilizar a su beneficio llegando al sumun de la manipulación informativa los días del 11 al 13 de marzo de 2003 tras el atentado de Al Qaeda en Atocha en los que un mentiroso patológico como el ex ministro Acebes se empeñaba tozudamente en adjudicar éste a ETA por mandato expreso de José María Aznar.

En Canarias las dificultades técnicas de los primeros años de la televisión para transmitir las emisiones simultáneamente desde la península hizo que el archipiélago se convirtiera en un centro de producción. Lo que en su momento supuso un hito de Televisión Española en Canarias, producir programas como Tenderete y La Luchada, se acabó convirtiendo en una pesadez y aburrimiento que se eternizaría durante décadas y la programación que se producía en las islas estaba tan alejada de las necesidades de la sociedad canaria que ésta acabo por conocerse como aquella que jode la emisión normal de la 2 y que acaba poniendo al filo de la madruga la película de cine clásico que nos hubiera gustado ver. En el año 2005 los trabajadores de la televisión pública, un personal de los probablemente mejor pagados del archipiélago en el que hay cientos de miles de trabajadores en precario, convocaron por primera vez en su vida movilizaciones a causa del duro plan de ajuste propuesto por el gobierno de Zapatero por una supuesta defensa del sector público cuando en realidad lo único que pretendían era la defensa de sus espectaculares condiciones laborales. No hay que olvidar que estos envidados trabajadores, funcionarios con gran autonomía de trabajo, jamás se los oyó criticar públicamente a la mano que les daba de comer, ya fuera el PP o el PSOE, y que apenas tenía un hueco en sus cutres informativos para los movimientos sociales de las islas. En la manifestación que convocaron en Santa Cruz de Tenerife acudieron personajes trepas como Ángel Llanos, Cristina Tavío o Elfidio Alonso para justificar que con nuestros impuestos se siguiera alimentando a esta máquina de destruir dinero público al tiempo que pretendían encaminarse al siglo XXII con una versión galáctica de Tenderete o La Luchada.

Viendo la rentabilidad que un ente público de teledifusión significa para un gobierno que la sostiene, solo hay que ver lo que le debe el PP a una televisión supuestamente pública como Telemadrid que ha llegado a cuotas increíbles de manipulación política y cuyos trabajadores han protestado por ello infinidad de veces, los empresarios que hacen política a través de Coalición Canaria crean en 1999 la Televisión Autonómica de Canarias como televisión generalista en un momento en el que las televisiones de este tipo estaban en crisis y más como capricho de unos dirigentes, y enriquecimiento vía contratas del modelo mixto de gestión para sus amigos empresarios, que como auténtico sistema de aglutinar y unificar a la sociedad canaria. Que el sueldo en 2006 del director general Daniel Cerdán Elcid haya sido de 127.398 euros, lo que lo convierte en el cargo mejor pagado de Canarias sin contar los sueldos b de aquellos altos cargos muy cercanos a los tranvías y los trenes, no impidió que la cobertura de los incendios que arrasaron Gran Canaria y Tenerife este verano de 2007 fuera realmente patética. Las mejores imágenes las aportaros las televisiones de afuera porque La Nuestra estaba de veraneo ya que los altos cargos de SOCATER se deben de forrar por los servicios mínimos en los que dejan a nuestras islas y por lo poco que le pagan a sus trabajadores merced al conflicto que estos han tenido estos meses con la empresa.

El otro día pude ver a través de Youtube una secuencia de lo que es el programa revelación de la Televisión Canaria, una especie de magueril Operación Triunfo, llamado Quiero ser como Pepe que me dejó los pelos de punta. No voy a hacer una crítica de la estética bochornosa del programa que ponga el grito en el cielo porque hasta esto puede ser tolerable si una empresa privada gasta su dinero en hacer estas cosas sino sobre que no es lícito para un Ente Público, el presupuesto declarado para este año de la radiotelevisión pública de Canarias es de 51.338.199 euros que salen de nuestros impuestos, financie estos bodrios mientras en Canarias la educación y la sanidad están desatendidas o en precario. El problema de Canarias es el de siempre: en las islas el empresariado canario nunca arriesga un céntimo de su bolsillo para grandes proyectos sino que se hace con contratas públicas y al final les revierte de doble manera a través del dinero que pagamos los trabajadores por los impuestos y el que dejan de pagar ellos por las exenciones de la RIC. Y esto no es demagogia sino una muestra de cómo estos políticos malgastan nuestro dinero porque no les duele en su bolsillo.

Tuve una antigua amiga que trabajó casi dos meses en una televisión local situada en Geneto de unos empresarios palmeros muy apegados al consejero Castro Cordobés, tenían negocios ligados a maquinaria pesada para obras públicas cuando empezaron a agujerear La Palma, que mantuvieron el canal mucho tiempo sin publicidad pero haciendo dos ediciones de informativos diarios quizás en busca de crear opinión. La chica en cuestión fue contratada, es un decir porque de los dos meses apenas cotizó uno, como recepcionista pero acabó haciendo crónicas que firmaba con su nombre aún sin estar contratada haciendo 10 horas al día. En la redacción vivía una especie de periodista venezolana con su hijo, no tenían papeles como residentes legales, que también editaba y firmaba crónicas y cuyo sueldo apenas llegaba a los 500 euros. Este canal todavía emite bajo otra dirección pero es seguro que muchas televisiones locales en Canarias funcionen de una forma parecida si no peor.

Yo no tengo televisión así que me queda muy ajeno tragarme los bodrios que la tele de aquí o de cualquier lado vomita. Por suerte los buenos productos audiovisuales pueden conseguirse por otras vías sin estar horas delante de una televisión tragando publicidad. La pena que el medio televisivo es a priori maravilloso para mejorar a las personas y para hacer una sociedad más justa e igualitaria. Es una herramienta de transformación social desperdiciada hasta el momento que se enfrenta en los próximos años a una convergencia con internet que esperemos la transforme por completo. Viendo lo visto un lugar en el que el cambio de paradigma televisivo va a ser para peor es Canarias. Aquí se ensaya todo lo malo por culpa de los segundones mediocres que nos gobiernan y que debería estar en la cárcel y no gestionando lo público. Y digo esto porque algún día me gustaría escuchar por una televisión de servicio comunitario que Oramas, Zerolo, Martín, Soria, Rivero, Melchior, Macario y demás caciques están en su sitio y vestidos con camisa a rayas.


He visto en fin del mundo en Canarias Bruta