04 enero 2012

La mentira como estrategia



Es posible encontrar una palabra que defina mejor que nada al Partido Popular pero ésta no sería, a pesar de que esto términos recogen perfectamente mucha esencia de esta formación política, ni franquismo ni corrupción ni ultraderecha ni sinvergüenzas ni tampoco meapilas. La palabra que está en la esencia de este partido es el término mentira. Con una burda mentira de manipulación masiva y 191 cadáveres dejó Aznar el gobierno de la séptima legislatura, por toda aquella infamia de acusar a ETA de un atentado islamista realizado Al Qaeda en la triste estación de Atocha, y con una mentira, igual de burda pero más elaborada recogiendo las últimas técnicas de manipulación de masas, regresa Rajoy a La Moncloa en esta décima legislatura de la democracia, ceremonial, española. No es que el PSOE estuviera exento de este tipo de pecados en los casi ocho años que transcurrieron entre estas dos legislaturas, todo lo contrario, pero por lo menos había un majadero, el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, dando la cara cuando hacía falta porque este tipo se ha creído una suerte de mesías ya que confía que la posteridad lo recuerde como un ser que se sacrificó por su país cuando lo que probablemente pase es que lo recuerden como un mediocre y mal presidente como hoy en día pasa con muchos de los de la Primera República y del reinado de los Borbones.
Soraya Sáenz de Santamaría salió como pregonera del segundo Consejo de Ministros del Gobierno de Rajoy el día 30 de diciembre para dar a conocer el mayor recorte de derechos sociales y unas medias completamente anti sociales decretadas contra millones de personas que formamos las clases medias, cada vez más bajas, y que, en una mentira sin precedentes, desde una presidencia de gobierno se dijo que se aprobaron en cinco días debido a lo grave de las cuentas del estado y al déficit público que se había reescrito en dos puntos más, pasaron del seis al ocho por ciento, porque la herencia del PSOE, no podía ser de otra manera, era más terrible de lo que se figuraban no sólo durante la campaña electoral sino durante el traspaso de gobierno. Utilizando un lenguaje completamente perverso la vicepresidenta dice que para el 2012 va a haber una subida temporal de determinados impuestos pero a poco que se mire no se puede ocultar la realidad: en esta época de graves problemas económicos de los que los ciudadanos no tememos la culpa vamos a ser nosotros los que paguemos los platos rotos de los otros que lo han hecho mal y aquí me refiero a los sectores financieros, sobre todas las cosas, más que a los políticos que son meras correas de transmisión de sus caprichos. Ya lo decía mejor Lisa Simpson que la misma vicepresidenta.
Más que condenar la actitud de Sáenz de Santamaría, al fin y al cabo ella es sólo una mandada, es para hacerlo con la de Mariano Rajoy que permanece escondido como un cobarde en La Moncloa como si estuviera allí revisando los ordenadores a ver si encuentra una foto de Zapatero desnudo para reírse un rato. Yo no recuerdo cual fue la última vez que Rajoy dio la cara por algo, si no fue en una tertulia futbolística tuvo que haber sido cuando fue vicepresidente y dijo lo de los hilillos de plastilina en la crisis del Prestige porque Aznar tampoco era un tipo que le gustara mucho dar la cara. Recién elegido presidente Rajoy viajó a Europa a explicar lo que se decidió el día 30 en el Consejo de Ministros al igual que se lo contó a Emilio Botín que fue de las primeras personas con las que se reunió en España tras su arrolladora victoria del 20 de noviembre.
Al gobierno de Rajoy no hay que darle día alguno de gracia porque ya mismo está en tiempo de descuento. Esta legislatura es la que va a triunfar por la utilización de manera masiva de gabinetes de comunicación especializados en hacer creer a la ciudadanía que las mentiras que nos van a contar desde este gobierno son cosas positivas y por ello van a poner mucho empeño en hacernos creer como positivas cosas que no sólo no lo son sino que además nos perjudican. Las clases medias bajas, esas donde están muchos de los trabajadores que cayeron en la trampa de la derecha y le dieron el voto con el que el PP arroyó en las pasadas elecciones, lo vamos a pasar francamente mal durante mucho tiempo no sólo porque ya se proclama como irreversibles los recortes iniciados por el PSOE, y continuados por los Populares, sino el absoluto colapso del estado en materia de inversiones va a significar una agravamiento de la crisis y más paro. Esto es de libro, si lo sé yo por descontado lo sabe el equipo de Rajoy pero habría que preguntarse a quiénes tratan de beneficiar con estas medidas tan impopulares que no puede disimularse ni con los usos del lenguaje más perversos.
Y todavía queda más que aguantar porque esto es el inicio del inicio. Sobre el día 15 de enero se prevé un acuerdo laboral que acabará por dejar en manos del capricho de los empresarios la vida de millones de trabajadores, también a esos mencionados más arriba y que arroparon a Rajoy hasta La Moncloa porque hace mucho que los que trabajamos tenemos una conciencia de clase muy escasa, y donde sindicatos como UGT, probablemente también CC OO, van a pactar lo que sea con los empresarios para evitar el colapso de estas organizaciones cuya misión primordial es sobrevivir a cualquier gobierno hundiendo más si cabe a la clase trabajadora. El otro día escuchaba a un sinvergüenza como Cándido Méndez alabando a la nueva Ministra de trabajo, Fátima Báez García, y decir que en una reunión había encontrado mucha sintonía con ella en un ejercicio de lameculismo tan descarado que hasta el presentador, era Pedro Blanco en la SER, se mostraba extrañado que en unas horas Méndez se mostrara más cercano al PP que al PSOE en ocho años. Por cierto, apúntense bien el nombre de esta Ministra porque esta va a ser la de ocurrencias varias de nuevo gobierno de Rajoy ya que a José Manuel Soria le conviene no llamar mucho la atención no sea que se investiguen sus chanchullos.
Canarias 24 Horas, 2 de enero de 2012.