20 septiembre 2012

El nacionalismo y la crisis económica


Decía el inepto de Rajoy a unas pocas horas de la gran manifestación independentista de Barcelona de la Diada que sacó a la calle a más de millón y medio de personas pidiendo la independencia de Cataluña que en España no estamos para la algarabía, los líos, la disputa y la polémica. Sólo un mediocre impresentable como este Rajoy puede ver hilillos de plastilina en un petrolero hundido, una línea de crédito preferente en el rescate bancario a un país que nos hará padecer la miseria más absoluta o una algarabía en la manifestación soberanista más contundente de toda la historia reciente de la democracia ceremonial española. Un cobarde mentiroso de la categoría de Rajoy había esperado para dar una entrevista en la televisión pública al desembarco de su partido en la Corporación RTVE poniendo a un manipulador cercano a Aguirre en Telemadrid como Julio Somoano al frente de informativos creándole un entorno para que este ser antipático, poco falto de transparencia y nada pródigo en entrevistas en los últimos meses estuviese cómodo. Justo 24 horas después la nueva dirección del PP en los informativos de TVE no pasó la prueba de fuego, la televisión que pagamos todas y todos volvía a la más absoluta de las desvergüenzas, y puso en el quinto tema de la parrilla del informativo de la noche a la manifestación más importante que ha tenido lugar en mucho tiempo en este país y que pedía la independencia para Cataluña.
Creer que lo que Franco, un Borbón puesto por el dictador y una Constitución que traicionaba los principios republicanos de la legalidad vigente hasta el golpe de estado de 1936 contribuyeron a crear es algo absoluto y eterno, me refiero al concepto rancio de nación española, es estar muy equivocado no ya mirando los movimientos de siglos en estas fronteras sino las dos últimas décadas y los cambios en el este de Europa con la caída de la URSS, la guerras en los Balcanes y el desmembramiento de la Antigua Yugoslavia. Sin duda un análisis paleto a priori como el de Rajoy de la manifestación soberanista de Barcelona o el actual intento de ignorar el fenómeno por parte de su gobierno de incompetentes, cuando no de restarle importancia como esa vergonzosa portada del ABC que mostraba una pírrica victoria de la selección de fútbol en un partido de poca monta que se celebró el mismo 11 de septiembre, puede traernos debates bastante irreflexivos y encontrados en los próximos meses. La demostración de fuerza del independentismo catalán, por mucho que sea un nacionalismo de derechas tendente hacia la ultraderecha burguesa, que es utilizado por un tipo manipulador como Artur Mas es algo que debería estar en la agenta de muchos y que no se puede ocultar debajo de las alfombras del nacionalismo español máxime cuando debajo de éstas están las cloacas del estado que en el siglo XX provocó centenares de miles de víctimas tras la guerra del 36.
Sin entrar a discutir si esta manifestación es un chantaje a Rajoy, que en muchos casos lo es por parte de un partido corrupto como es CiU, o si los pueblos tienen su derecho a elegir su autodeterminación, yo creo que sobradamente si logramos identificar a eso que se llama pueblo, creo que habría que fijarse en las razones sociológicas del éxito de una manifestación del calibre de la del 11 de septiembre en Barcelona. Una de ellas es el repugnante y sistemático desprecio por parte de la ultraderecha del PP a todo lo que sea catalán, de su entramado mediático y del centralismo provinciano que representa Esperanza Aguirre desde Madrid. Hay que recordar toda la furia en la tramitación parlamentaria hacia el Estatut y aquel boicot de los productos catalanes apoyado por empresarios de la ultraderecha del PP. Luego también está el descontento de una importante parte de la ciudadanía que también se fue a manifestar en Barcelona en la Diada donde sorprendía la heterogeneidad de personas que componían la manifestación: desde jóvenes, gente trabajadora, abuelos con sus nietos y supongo que algún que otro inmigrante también. Es de libro pero parece que en Europa cuando la situación económica va bien se rompen las fronteras y cuando hay problemas éstas surgen con más fuerza si cabe. Ya lo he dicho alguna que otra vez: esta crisis, que en muchos aspectos es inducida porque los que tienen la receta fácil de detenerla no lo han hecho por no se sabe por qué oscuros motivos, va a dejar todo revuelto, irreconocible y, no es de extrañar, que una de las cosas que se resienta sea el mapa de España. Ya hubo un President de La Generalitat que proclamó la independencia de la República de Cataluña por unas horas como Lluis Companys que fue un hombre honesto y valiente, acabó entre rejas y luego fusilado por los franquistas, aunque quizá Mas estaría abocado a acabar entre rejas por asuntos de corrupción que ha escondido en su partido que por sublevarse a España.
Si por guapo Artur Mas se merece más que nadie el título honorífico de Payasos sin Fronteras sin duda Paulino Rivero debería ser el presidente ejecutivo de esta organización sin ánimo de lucro cuya finalidad es poner una sonrisa donde la miseria parece que no deja hacerlo. Al día siguiente, 12 de septiembre, y tras un forcejeo con una alumna en la inauguración del curso académico de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria el presidente canario corría a declarar a los medios la especie de orgasmo que había sentido el día anterior viendo en la televisión las imágenes de la manifestación independentista de Barcelona y se preguntaba a sí mismo, en una de sus habituales retóricas que seguramente avergüenzan a sus asesores, que por qué en Canarias no se daba ciertas condiciones objetivas para, por encima de los partidos, poder celebrar acontecimientos de este tipo. Pues en primer lugar porque Canarias no es Cataluña y no contribuye al estado más de lo que recibe sino que en Canarias es el paraíso de la subvención y donde las grandes fortunas, empresas locales y foráneas no pagan impuestos, léase mediante las herramientas legales de evasión fiscal como la RIC y la ZEC, y somos los trabajadores y los pequeños autónomos los que financiamos todo este tinglado de mamandurria y corrupción. Además en Canarias el nacionalismo serio, el chocarrero, fascista y adulón causa miedo y no hay más que ver los comentarios que hacen de mis artículos en el Canarias 24 Horas, afortunadamente no quiere saber nada de estos pájaros de CC ni de las editoriales racistas de José Ramírez en El Día. Además de esta gente hay que reconocer que no saben hacer cosas de este tipo sino sólo manipular directamente a la opinión pública. Para muestras la manifestación xenófoba contra el inmigrante que organizó El Día en 2006 con todo su aparato mediático cuando era, con CC, culo y mierda y a la que acudieron poco más de dos mil personas.
Los ciudadanos permitimos que la Construcción Europea fuera un fenómeno antidemocrático y opaco donde cedimos soberanía a cambio de que nuestra economía fuera manejada por grandes sectores financieros donde, en primera instancia, nos trajo mucha fortuna pero ahora nos han dejado completamente vendidos al capital ya que somos el aval que les asegura que estas entidades, principalmente alemanas, van a cobrar sus deudas. Si con establecer fronteras cada vez más pequeñas se cambiara todo esto yo firmaba donde fuera pero me temo que la creación de pequeños estados nación nos traerían a los ciudadanos muchos más problemas en tanto que serían las élites corruptas las que tomarían el poder. Yo como trabajador me siento más cercano con una trabajadora de una maquila filipina, aún sin conocer su lengua, que con personajes como Antonio Plasencia o representantes de las élites y del golferío como Paulino Rivero aunque los tres conozcamos muy bien el significado de la palabra gofio y compartamos una supuesta cultura que, ¡y una mierda!, nos hacen iguales. Es cuestión de clase social y yo, no sé si por fortuna o no, sé exactamente donde pertenezco y a quién puedo llamar compañero. 
Canarias 24 Horas, 17 de septiembre de 2012.