26 septiembre 2012

Educación, ciudadanos y la esposa del ministro



Edurne Uriarte no podía haber tenido más suerte en su carrera como periodista en una época en que los profesionales de los medios padecen la mayor tasa de paro de la historia de la democracia ceremonial: de la cutre, y deficitaria sin duda, pantalla de ultraderecha Intereconomía ha pasado a ser tertuliana de una TVE remozada hacia la falange que pagamos todos en el programa Los Desayunos ahora sin una incómoda Ana Pastor. Sin ser quién es, la esposa del actual ministro de Educación José Ignacio Wert y extertuliano de la Cadena SER, nadie la conocería ya que ahora mismo a cualquiera que se le pregunte sabe su nombre sino que es la mujer de Wert porque no tiene méritos propios para ser conocida por su nombre sino con quien duerme. Por decenas se cuentan ya los casos de nepotismo en los nueve meses que la extrema derecha del PP lleva en el poder sin que nadie se escandalice realmente porque en una buena tierra de caciques como es España los que han gobernado, el PP y el PSOE, han colocado siempre a los suyos en los mejores puestos sin pudor alguno relegando al del otro y condenando al ostracismo al disidente.
Si Ignacio Wert es capaz de hacer este tipo de cosas con su familia en una radio televisión pública, que pagamos todos, pero que ha sido puesta al servicio exclusivo del PP qué no será capaz de hacer en materia de educación un tipo que, por las últimas decisiones, no tiene ni puta idea de lo que es la educación. Sin echar de menos al PSOE en el gobierno sí que se añora a un tipo decente, honrado, competente y el único que en más de tres décadas ha intentado un pacto por la educación, sin duda el mejor ministro que tuvo nunca Zapatero, como fue Ángel Gabilondo. Las necesidades de la educación en España no son las de poner la religión allí donde estaba ética y ciudadanía, ni hacer reválidas cada cuatro cursos en la educación obligatoria, ni la de subvencionar al Opus en sus colegios segregados por sexos que deberían ser ilegales ni tampoco quitar competencias a las comunidades autónomas. Las necesidades de la educación son más bien dos: la de promover un pacto estable y duradero independientemente de quién gobierne, mientras los miserables del PP y PSOE se pelean por llevar a cabo su reforma cada vez que puede nuestros jóvenes se hunden en las simas del informe PISA, y asegurarse que la educación recibe el dinero necesario, no el desviado en subvenciones, y se la preserva de cualquier recorte. Todo esto es justo lo contrario a lo que está haciendo el ministro Wert que no sólo busca imponer su reforma educativa franquista sino que esta legitime lo que está haciendo el resto del ejecutivo Popular en materia de recortes pues la educación estará supeditada al cruel déficit y al pago de la deuda y los distintos rescates a los que nos habremos de acogernos.
Desde los años ochenta y el primer gobierno del PSOE de Felipe González se decidió consagrar un sistema educativo mixto público privado que se gestó en el franquismo y donde el dinero de todos los contribuyentes no sólo iba a parar a los centros públicos sino también a sufragar la enseñanza privada con un término que se ha dado en llamar concertada. Este tipo de enseñanza sólo ha sido y se ha comportado como pública a la hora de recibir fondos de todos los contribuyentes, los profesores son elegidos normalmente a dedo y se evitan el sistema de listas y oposiciones de la pública pero sus nóminas son pagadas por la consejería correspondiente, aunque se hayan permitido el lujo de segregar a los niños que admiten en sus escuelas, los de malas notas y los inmigrantes no los quieren, al mismo tiempo que se cobra una suerte de impuesto revolucionario a los padres por actividades que pueden pasar de los 100 euros, comedor aparte, o de pactar con las editoriales los libros de texto hasta un 40 por ciento más baratos, sin repercutir dicho precio en los alumnos cosa que sería ilegal según la ley del libro, haciendo una competencia desleal a las librerías. En el Foro Contra la Incineración de Residuos hay un reportaje muy clarificador sobre este tema con relación al Colegio Nuryana en La Laguna donde se reflejan todos los defectos y vicios de este sistema mixto de enseñanza que se ha fraguado en este país por la caradura de los empresarios de la enseñanza, con el beneplácito de la casta política, los sistemas de inspección escolar de las comunidades autónomas y por la indiferencia ciudadana mientras los colegios públicos debían de soportar hasta casi medio centenar de nacionalidades por escuela como pasa en las zonas turísticas de Canarias.
Yo, como todo el mundo supongo, he conocido a buenos profesores no sólo en el pasado sino, además, en el presente cosa que parece imposible por las carencias del sistema educativo que se basa en una buena ración de endogamia por parte de los profesores, un sistema de beneficios y privilegios no escrito pero tolerado por las inspecciones en torno a los profesores nuevos y los antiguos y un desprestigio de la labor de enseñante de cara a una sociedad que debido a la mala influencia de la telebasura predica justo lo contrario de lo que los buenos profesores tratan de enseñar en sus aulas. El caso es que la enseñanza, a causa de esta perversa endogamia, se ha torpedeado a sí misma debido a que los respetables sueldos del profesorado han atraído a mucha gente de nulas actitudes personales para la enseñanza y para estar con jóvenes, en las oposiciones se valora las aptitudes en la materia a impartir únicamente, y se han acabado por crear profesores de nulo compromiso con la enseñanza, quejicas y con más vocación a los periodos de vacaciones y al sueldo que tienen a fin de mes que a otra cosa. En este universo de mediocridad brillan los grandes profesores que si bien pasan desapercibidos para su conjunto acabaran produciendo un efecto parecido al puñado de profesores que nos dieron clase cuando pequeños y que siempre recordamos sobre los otros del montón a los que ya no sabemos sus nombres. Sé que esto que digo no es muy popular y que sería más fácil criticar sólo al PP y a la reforma de Wert para que este texto gane en popularidad pero si bien la responsabilidad política en la depauperación de la enseñanza me parece impresentable no menos lo es la responsabilidad, la falta de implicación y la mediocridad de muchos profesionales de la enseñanza para los que, y lo digo con conocimiento de causa, lo último del sistema educativo es el alumno y sí el mantenimiento de sus privilegios. De los sindicatos de enseñanza, sobre todos los de Canarias que son los que más conozco, mejor ni hablo.
Como la mayoría de las cosas en este país que han llamado España y que amenaza con fracturas importantes, la educación no tiene remedio si no es volviéndola a construir desde cero. Tal y como van las cosas antes que acabe esta década habrá una nueva reforma educativa que reforme lo reformado de la anterior reforma para parecer algo nuevo y no ser sino más de los mismo, desde 1970 ha habido siete reformas educativas, y que tampoco se atreverá entrar de lleno en el problema de la enseñanza en este país y que no son otras sino la falta de fe en los fines de la educación como construcción de individuos concienciados, el dumping intolerable que establece la enseñanza concertada en detrimento de la pública y la valoración del alumno como principal agente del proceso enseñanza aprendizaje al mismo tiempo que la exigencia de éstos para ser tratados como individuos y no con borregos por parte de las autoridades educativas. Mientras esto sigua siendo así miserables del calibre de José Ignacio Wert y su esposa o señoras como Pilar del Castillo alias del Caudillo, que fue la comisaria política de Aznar en materia de educación, serán la norma en algo que produce tanta tristeza como la educación, a la que se le exige de todo, y que debería de crear ciudadanos y no operarios dóciles para el sistema laboral pero en la que nadie jamás ha tenido fe en los últimos 40 años.
Canarias 24 Horas, 24 de septiembre de 2012.