23 septiembre 2013

El Hierro insostenible

Aeropuerto de El Hierro, en Valverde. Creative Commons: Tejas Decoradas Tacoronte

Así de radical se debería presentar siempre el asunto: El Hierro es una isla bastante insostenible a pesar de lo que nos han querido hacer ver los dos últimos grandes Presidentes del Cabildo de la isla, Tomás Padrón Hernández y Alpidio Armas González. Esto supongo que no me hará muy popular pero es una realidad que muchas veces aplasta por su contundencia y que, normalmente, la gente se resiste a decirlo abiertamente pero sé que no soy el único que lo piensa. Una isla en la que el Cabildo Insular, los mismo que ocurre en La Gomera, es la mayor empresa de este territorio y donde esta presidencia suele estar más relacionada con el histórico caciquismo que ha existido siempre en el archipiélago, en las grandes islas el caciquismo es de origen constructor, pero ahora con una componente político profesional inédita históricamente en Canarias. En 2010, a pocos meses antes de retirarse, Tomás Padrón se mostró en primera instancia contrario al famoso e infame Catálogo de Especies Protegidas de Canarias por las afecciones a la flora y la fauna de su isla pero al final, como no podía ser de otra manera, los votos de AHI acabaron aprobando dicha ley porque este señor siempre lo tuvo claro: El Hierro y sus subvenciones siempre por delante de todos y de todo. De Alpidio Armas destacar aquella machada de ser el primer político del mundo que ha viajado como polizón hasta Tenerife gratis, inaugurando un nuevo tipo de protesta hasta ahora insólito, en la Naviera Armas porque esta empresa amenazaba con dejar de viajar a El Hierro si las administraciones, o sea los millones de contribuyentes que no vivimos en esa isla, no pagaban lo que consideraban que era el sobrecoste de mantener el servicio regular a El Hierro.
De Alpidio Armas también hay que recordar su amenaza de estos últimos días de abandonar el pacto con el PP, en un gran estilo de lo que es la política entendida como aquello que es lo más bajo de la condición humana y que nace en un establo el PSOE le arrebató la presidencia de la entidad a CC con los votos del PP, si el ministerio de José Manuel Soria, su socio de gobienro, no se ponía de acuerdo para publicar las tarifas de la central hidroeólica de Gorona del Viento para empezar a comercializar la energía que allí se pueda generar y que signifique la entrada en funcionamiento de ester mega proyecto que lleva desde el siglo pasado en la agenda de este Cabildo. Unas tarifas que seguramente acabarán siendo deficitarias, como pasa siempre en estos casos, y que acabaremos pagando, vía subvenciones, personas que no vivimos en El Hierro y que muchos no sabrán ni dónde queda este territorio. Todo para decir que la isla es la primera del mundo que se abastece con energías alternativas cuando, seguramente, no hubiera sido necesario construir esta infraestructura sino quizás planificando la eficiencia energética y la introducción de las alternativas por zonas habitadas, e incluso por casas, no hubiera sido necesario la construcción de esta infraestructura que hasta hoy duerme en el olvido desde hace años trincadas las subvenciones de turno.
El Hierro no se va a ver libre de combustibles de energía fósil de ninguna manera, lo que dice el Cabildo de que será la primera isla abastecida con energías alternativas es un brindis al sol y pura demagogia para vivir de la subvención. De hecho, el transporte por carretera en la isla es de los más insostenibles del planeta. En una isla que no hay atascos sin embargo tiene el mayor nivel de penetración del vehículo privado como mínimo del estado. No tengo la fuente ahora pero hace meses me sorprendía una información en una radio pública de la cantidad de talleres de coches de la isla, una veintena larga para una población que no supera los diez mil habitantes con lo que se hace un ratio de 300 habitantes por cada uno seguramente mayor que el de médicos o profesores, y como un señor decía que era común tener en las casas hasta tres coches, uno para trabajar, otro por si se terciaba y otro para pasear decía. En El Hierro la movilidad desde hace mucho tiempo es un asunto completamente privado. Quizás si Tomás Padrón, el ingeniero de lo que es hoy la isla, se hubiera molestado más en ver cuáles eran las necesidades directas de los herreños y no de grandes proyectos que acaban quedando inutilizados quizás otro gallo allí les cantaría.
El Hierro tiene muchos inconvenientes como isla pero también, de eso alardean en según qué contextos sus políticos, una calidad de vida bastante alta. Esa calidad de vida, siempre deseable y mejorable para sus ciudadanos como no puede ser de otra manera, la pagamos con nuestros impuestos los habitantes de otras regiones españolas y europeas que ni siquiera saben dónde está la isla. Algún profesor de economía aplicada de la Universidad de La Laguna debería algún día hacer un trabajo del coste que ha supuesto para nuestros bolsillos que el gobierno de Aznar regalara a su exministro Abel Matutes la empresa de transporte marítimo Transmediterránea y que ahora tengamos que estar pagando la factura para el necesario desplazamiento de los habitantes de con dinero público a empresas privadas que se enriquecen a nuestra costa con pagos que llegan hasta los 23 millones totales al año.

Este no es un texto contra los habitantes de la isla sino contra sus políticos, que de igual manera que la casta que ha crecido incontrolada durante décadas asolando las islas, ha gestionado de manera nefasta no sólo el patrimonio de los herreños sino los chorros de dinero fresco que durante décadas han entrado en esta isla y que, a día de hoy, la siguen haciendo dependiente del exterior a niveles alarmantes y un territorio completamente insostenible no sólo desde el punto de vista económico sino hasta ecológico, político y ético.