18 noviembre 2011

Campañas de ayer y hoy

En las elecciones locales de mayo de 2007 escribía que Alternativa Sí Se Puede estaba haciendo la campaña electoral más limpia, a pesar que no tenían un céntimo, porque habían sustituido las costosas y hasta ilegales campañas del trile CC, PSOE y PP con mucha imaginación pero, sobre todo, con respeto. Hoy, cuatro años y medio después, sigo pensando lo mismo de aquella campaña, era unos actos tan magníficos que entroncaban directamente con la ilusión que muchos tenían en las primeras elecciones tras el franquismo, pero no puedo decir lo mismo sobre estas elecciones en las que este partido concurre a las nacionales junto con la franquicia de Equo y los transfugas del PSOE encarnados en Por Tenerife. Es más, para mi la campaña que están haciendo no difiere en nada de las que hacen los del trile porque parece que se han convertido en la misma cosa y todo vale gracias a un oportunismo que no profesaban y que llega a molestar por el insulto tan grande a la inteligencia. Un pequeño ejemplo que no es generalizable pero que ilustra muy bien esto: en la puerta de mi comunidad de vecinos hay un cartel, en perfecto castellano y bien visible, que pone no deseamos ningún tipo de publicidad ya sea en los buzones o puerta a puerta. A pesar de este aviso los militantes de Sí Se Puede, que le están trabajando la campaña a estrellas de la política como su candidata al Senado, entraron en la comunidad y colocaron un panfleto y unas papeletas suyas en los buzones porque, parece ser, es más importante los cálculos que han hecho estos partidos que la sana voluntad de mis vecinos y la mía de tener el buzón limpio de toda basura y propaganda. 




En las redes sociales veo más de lo mismo. Estos días he quitado de contactos a muchos perfiles personales que sólo se activan cuando hay elecciones, nunca interaccionan con uno y me tenían mis timeline llenos de peticiones de voto a todas horas que hacían que navegar por Facebook o Twitter una actividad, cuando menos, bastante anti estética. Un partido como Sí Se Puede, que siempre se las ha dado de horizontal y abierto, ha utilizado las redes sociales, que significan comunicación, de una manera monolítica y vertical rehuyendo el debate supongo que por estrategia y por miedo a las contradicciones que no les deben ser muy gratas asumir. A destacar la actitud de uno al que entré en su muro a hacer una crítica, respetuosa porque en las redes sociales hay que ser así, y la acabó borrando y a mi eliminándome de sus contactos a pesar que llevábamos años vinculados y con algún tipo de contacto. Este es el paradigma de la relación de Sí Se Puede conmigo: cuando les era útil me difundían y ahora que soy crítico me ignoran porque les puedo desmontar el kiosko. O me eliminan.


Sé que escribo esto a pocas horas de la jornada de reflexión pero no pasa nada porque mi poder del influencia, afortunadamente, es mínimo y sirva este texto para descargar contra aquellos que nos tratan de tomar el pelo y encima nos preguntan que cómo queremos el corte. El que no se supo esperar hasta el sábado de reflexión para decidir su sentido al voto, a pesar de que es integrante del potaje Sí Se Puede Equo Por Tenerife ha sido el concejal de Por Tenerife en el Ayuntamiento de Santa Cruz Don José Manuel Corrales que ha dicho que piensa votar a Izquierda Unida y pide el voto para esta organización a pesar de que el partido que le tiene en el poder en Santa Cruz ha organizado una estrategia distinta. Si ni siquiera ellos se van a votar a si mismos no sé para qué demonios intentan que otros les votemos. Jamás había visto un ridículo tan grande. De un chaquetero como Corrales, y otros transfugas de su partido, ya he hablando en muchas ocasiones y mira que lo advertimos en su momento aunque, claro está, mi opinión es una más y no tiene por que ir a misa, afortunadamente. Sabía que estos acontecimientos iban a suceder pero lo que no esperaba es que fueran tan pronto y que los hechos me dieran la razón antes incluso de las elecciones. Como se le dice a alguien cuando mete la pata gravemente a conciencia pienso que cualquier cosa que les pase el 20 de noviembre es poca comparado con lo que se merecen. 


Yo agradezco a Sí Se Puede que me hayan enseñado una cosa: que las utopías están para orientar la acción pero que cuando intentas hacerlas, sobre todo a marchas forzadas y con una estrategia poco transparente como esta, se acaban por incumplir o hasta volver en contra. Gracias a ellos nunca volveré a confiar en un partido político, cosa que no sé si es buena o mala pero es una actitud que he visto con mis propios ojos y lo que siento ahora. De momento espero que el lunes 21 las bases vuelvan a tomar el partido y que caigan cabezas, si fuera menester, en la coordinadora insular pues, por lo que parece, ha sido la responsable de que un partido horizontal propicie estas cosas tan cercanas a la verticalidad.