25 febrero 2013

Un Oligofrénico, un Inepto y un Miserable



Probablemente habrán sido más cosas, sólo hay que mirar la historia de España como nación de los últimos dos siglos, pero si tuviéramos que personalizar en tres sujetos el abismo ante el que nos encontramos ahora mismo seria por la responsabilidad de un Oligofrénico como Aznar que presumía de ser amigo del genocida de Bush, un Inepto como Zapatero que nunca entenderá que ganó unas elecciones por lo mal que lo hizo su antecesor dejándole 200 cadáveres sobre la mesa y un Miserable como Rajoy que ha estado 20 años cobrando en negro del PP a pesar de presumir que es rico de nacimiento. Que conste que, en este texto, no estamos exculpando al antecesor de todos ellos, Felipe González Márquez, que fue el que sentó las bases del estado estructural de corrupción en el que hemos vivido pero reconozco que añadiéndolo se perdería el efectismo del título y la emulación de hablar en tridadas como hace, mongólicamente, Mariano Rajoy y como bien señaló el genial Juan José Millás hace ahora un año.
Del patético Debate del Estado de la Nación en el que la casta política hablaba de sus cosas, con un parlamento simbólicamente aislado de la ciudadanía que lo retrataba como una cueva de ladrones, mientras la vida de cada vez más ciudadanos se tuerce por momentos me quedo con una cosa que dijo Pérez Rubalcaba: que la situación es muy grave y que no vamos a salir de ella con fórmulas al uso sino que se hacen necesarias medidas excepcionales, urgentes y radicales. Con el acoso de los acreedores y con una deuda externa que pasará del billón de euros y superará al PIB en unos meses, con todas las instituciones acusadas de ser parte de una forma de corrupción estructural empezando por la misma Casa de los Borbones y con un gobierno que hoy, y más que nunca, representa, cuando no lo es directamente, al crimen organizado pocas soluciones tímidas caben salvo reorganizar el estado de convivencia de una manera completa y radical. Una cosa está clara, lo que hace Rajoy de esconderse de todos y de todos como el cobarde que es dentro de una pantalla de plasma podrá ser una solución que le evite malos tragos pasajeros, recordemos que él es de los que piensa que la no acción implica una acción, y puede ser una buena estrategia para salvarse momentáneamente el culo pero no es lo mejor que nos puede pasar a todos. Un solo dato que leo en una red social a cuenta de la marea contra los recortes convocada este 23 de febrero de 2013 en todo el estado: que ha habido más detenidos por la policía en las protestas cívicas y pacíficas convocadas el fin de semana que los arrestados por el golpe de estado de la misma fecha de 1981.
Que del franquismo nunca hubo una transición económica nos damos cuenta ahora en la que la industria del ladrillo está por los suelos mientras sabemos que nunca gobierno alguno de la democracia ceremonial hizo el menor intento para diversificar el sistema económico. Canarias es un claro ejemplo de ello porque el caciquismo secular asentado en el archipiélago durante la época contemporánea ha seguido en activo en la fase democrática y donde esta casta se han servido del poder para crearse un archipiélago a su medida con un sistema fiscal que es un mecanismo de evasión de capitales, el Régimen Especial de Abastecimiento (REA) y la Reserva de Inversiones de Canarias (RIC) es un método de evasión fiscal que ha derivado miles de millones de euros hacia la economía sumergida, para luego tener en las islas las mayores tasas de pobreza, de paro y el nivel de vida más bajo de todo el estado. Esperando estamos a que algún día aflore la corrupción de CC, PP y PSOE que está detrás de todo el sistema, sólo hace falta rascar un poco en la costra pero no creo que nadie que pueda hacer esto esté dispuesto a ello empezando por los apesebrados medios de comunicación del archipiélago, no porque los hechos nos den la razón sino por reclamar justicia aunque ya sabemos que la que se llama así y que es un poder del estado es parte integrante de todo este montaje de corrupción.
Todo esto que nos ha pasado, y que parece que nos está por pasar, no es inexorable sino que tiene un remedio que es la acción directa del ciudadano que articule todas las protestas sociales que hemos vistos estos dos años largos en algo positivo pero, sobre todo, serio en el sentido más grave de la palabra. En un país donde los partidos políticos, las organizaciones empresariales y los sindicatos existen gracias a y por la corrupción hay muchas cosas que rehacer. Si bien son necesarios este tipo de intermediarios sociales, en el caso que nos afecta a la mayoría de los trabajadores el desprecio que se vierte sobre las organizaciones sindicales es contra los comemierdas de CC OO y UGT que allá por la Transición enterraron la lucha obrera, está claro que como están fundamentados ahora mismo y con las personas que se cuentan son inútiles completamente. La triada de impresentables que da título a este texto es sólo la punta de un iceberg de todo lo que ha sucedido estas décadas: que hemos delegado el poder de nuestras decisiones y el dinero de nuestros impuestos a ineptos, caraduras, chorizos y ladrones y ahora estamos hundidos hasta el cuello y casi sin remedio.
El gran reto de nuestra sociedad es que los ciudadanos veamos como algo sagrado la gestión del dinero público y que algo tan repugnante como la corrupción política se vea como algo escandaloso pero no sólo cuando la población sufre, como sucede ahora, sino en cualquier momento y lugar de nuestras formas de convivencia. Es algo difícil cuando este tipo de actitudes dilapidadoras se han visto como forma corriente, y se han fomentado, desde instancias tan altas como la misma casa de los Borbones pero, de ninguna manera, puede considerarse imposible. Todos hemos sido colaboradores necesarios para que los que han estado en lo más alto hayan sido corruptos pero, y aquí entra en valor la educación como motor de cambio y revolución, esta costumbre puede cambiar como han cambiado en estas décadas nuestras costumbres higiénicas, como ya casi todo el mundo acepta como una salvajada que se fume en lugares públicos cerrados o que dos personas del mismo sexo tengan el derecho a organizar su vida sin vergüenza y a su antojo sin que sufran discriminación por ello. Si no se cambia esta actitud con la educación, hay varias generaciones perdidas en este sentido, nunca podremos parar esta gran estafa de carácter piramidal que no es otra cosa que la sociedad que nos ha tocado vivir en esta democracia que tiene poco de real y mucho de ceremonial.
Canarias 24 Horas, 25 de febrero de 2013.