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20 mayo 2013

Segundo aniversario del 15M


El gran movimiento social conocido por las siglas 15M, del que este 15 de mayo se han cumplido dos años desde que echara a andar, es cualquier cosa menos un todo uniforme y ahí reside su peculiar debilidad, como todo en este mundo es contingente y merece sus críticas, pero también su poder. Para este texto, que pretende rendirle un homenaje en su segundo aniversario, prefiero fijarme en las cosas buenas que éste ha tenido, desde un punto de vista objetivo es lo mejor que ha pasado desde la muerte de Franco y la caída de la dictadura en un proceso inacabado que se ha dado en llamar falsamente Transición Democrática, antes que las malas pues no es cuestión de hacer campaña en contra que para eso ya van sobrados entes como la caverna mediática de la ultraderecha española, la corporación RTVE puesta al servicio del PP, personajes cínicos como María Dolores de Cospedal, ladrones de sobre marrón como Mariano Rajoy y eminentes tontos del culo y progres de bote como Toni Cantó o Beatriz Talegón. Las distintas fuerzas sociales coordinadas en torno al movimiento del 15 de mayo de 2012 es lo mejor que ha pasado políticamente en España desde las protestas sociales que derribaron el franquismo, cuando todavía el dictador vivía, porque les han sabido dar un buen golpe en todos los morros a los sindicatos verticales y a los partidos políticos españoles, digo a todos empezando por la supuesta izquierda alternativa identificada en IU o el falangismo de UPyD pero también a los pequeños partidos que han sabido jugar con el desencanto social para ganar votos y ser más de lo mismo, y sin duda si este movimiento no existiera a día de hoy deberíamos de inventar algo parecido.
Los logros que se han conseguido a través de los distintos movimientos sociales confluyentes en el 15M son múltiples y muy variados. Para quienes se quejan de su poca eficacia o le exigen que tenga una vertebración más clásica que miren lo que han hecho contra la ciudadanía los dos últimos gobiernos de España, este de Rajoy y el anterior de Zapatero, o se fijen en el discurso trasnochado de los partidos políticos clásicos pero también esos que dicen representar los valores tradicionales de la izquierda pero que no son, aunque hayan usurpado un utópico sí se puede, sino la misma cosa.
 La PAH ha cuestionado el sistema hipotecario español poniendo en ridículo a los grandes partidos, PP y PSOE trabajan para los grandes bancos y son las agencias políticas de éstos, pues ha conseguido más de un millón de firmas en muy poco tiempo presentado una ILP en el Congreso para cambiar la ley hipotecaria. Esta ley el PP la acabó mancillando y lo único cosa que ha hecho la derecha, extrema, de este país es tratar de ridiculizar a Ada Colau con insultos personales, salidas de tono y un machismo repugnante. Las distintas plataformas ciudadanas reunidas en torno a los afectados por las hipotecas no sólo han conseguido parar muchos desahucios injustos, que afectaban a niños y a personas mayores muy vulnerables, sino que han salvado las vidas de muchas personas que en lo terrible de su situación han contemplado el suicido. En cierta medida el varapalo judicial recibido desde Bruselas que condena a la legislación hipotecaria española por poco transparente y por ser un fraude en materia de consumo al no contemplar la dación en pago de la vivienda como medio de saldar la deuda se debe, a pesar de ser una batalla personal de un abogado, su cliente y un juez con unas luces mínimas, resulta ser un logro más de la ciudadanía organizada. Recordemos que los dos grandes partidos callan estrepitosamente sobre este tema y el que está ahora en el poder ni siquiera dice cuándo introducirá por fin la sentencia europea en la legislación española. Las grandes mareas como la de la sanidad o la educación han puesto en evidencia las pretensiones de los grandes partidos de privatizar estos servicios, en este sentido ya se prevé una nueva fase de corrupción en torno a la puesta en manos privadas del sector sanitario público, y han recobrado la forma de hacer política de manera directa que había estado dormida durante muchos años. Aunque todavía quede mucha gente en sus casas el hecho que la ciudadanía sea capaz de volver a ocupar las plazas y sitios públicos es algo que, a día de hoy, no tiene precio a pesar que una forma de protesta completamente legítima, como son los escraches, no les guste mucho a ciertos políticos que se criaron como parte de una casta de intocables y que controlan las leyes para su particular impunidad. Estas protestas, además, han conseguido articular a los ciudadanos que participan en ellas  fuera de una violencia para nada deseable a pesar de la provocación de la policía dirigida con manos de hierro por Interior o por la ultra Cristina Cifuentes.
Fallaron todos los sistemas de control como el Banco de España, el Tribunal de Cuentas, los organismos de control de las comunidades autónomas como la vergonzosa Audiencia de Cuentas de Canarias, pues estos organismos permitieron que llegáramos a la situación financiera en la que estamos mientras miraban para otro lado cuando se cometían excesos en Caja Madrid, la Caja de Ahorros del Mediterráneo o la Caja de Navarra que hundieron Bankia o Banca Cívica, han sido los ciudadanos, con algún estamento del poder judicial que se ha mantenido más o menos sano, los que han entrado a poner demandas particulares contra estos tiburones de las finanzas. El hecho que la plana mayor de Bankia, con Rodrigo Rato a la cabeza, esté, de momento, imputada de multitud de delitos, entre los que se incluye el de estafa, parte de una iniciativa ciudadana y no de estos organismos de control, que están completamente corruptos, ni mucho menos de instancias políticas o sindicales que eran las que se beneficiaban del funcionamiento caciquil impuestos en las cajas de ahorros. Ya lo hemos visto con el ingreso de 24 horas en prisión del expresidente de Caja Madrid, el amigo íntimo de José María Aznar cuya familia en menos de un día reunión dos millones y medio de euros, Miguel Blesa que aprobó una compra ruinosa de un banco en Miami y cuya estrategia se aprobó por el pleno de la entidad por completa unanimidad compuesto por la patronal de Madrid, el PSOE, el PP y los sindicatos verticales CC OO y UGT. Es más, parece que los mismos traidores de CC OO salen en defensa de Miguel Blesa tras su encarcelamiento del jueves pasado pues, sin duda, algo malo tendrán que ocultar.
Las grandes empresas de la opinión publicada, cuyo paradigma es el hundimiento y la voladura controlada de El País por parte de Juan Luis Cebrián, han entrado en grave crisis de la que es de esperar que no se recuperen en mucho tiempo y, al hilo del 15M, están surgiendo iniciativas en la red como la Revista Mongolia, Jot Down, InfoLibre y eldiario.es de antiguos periodistas que, en vista de lo que está sucediendo, se están buscando la vida por su propios medios y, esperemos, tengan éxito. Durante mucho tiempo fue un error creernos que lo que se publicaba y difundía en estos grandes medios era, sin ningún tipo de matiz, lo que opinaba la ciudadanía cuándo ésta no era más que una opinión más, completamente sesgada, de lo que piensa la empresa que controla un medio de información determinado.

A la Transición que quedó incompleta se hace necesaria ahora una nueva que remueva los cimientos de esta sociedad que está controlada por las mismas fuerzas ultraconservadoras que nos llevaros a la guerra civil en 1936 y que se ha perpetuado tras el franquismo y el sistema democrático ceremonial. La parte de culpa de los ciudadanos en todo esto es que nos hemos sentido muy cómodos, cuando aquí la fiesta era para todos, delegando nuestra responsabilidad de ejercer la democracia directa en manos de una casta de políticos que de manera corrupta han tomado el poder y que nos invitan sólo a votar una vez cada cuatro años para que les demos un cheque en blanco como el que cree que tiene Rajoy de traicionar todas sus promesas salvo la de casarse con un hombre que es la que le falta por romper. Pero la fiesta ha terminado y lo que resulte de este nuevo proceso que se ha abierto depende, en gran medida, de lo que queramos nosotros. Y eso es lo que se le debe exigir al 15M, que movilice a toda la sociedad en contra del sistema oligárquico y caciquil que se ha convertido la política profesional de los grandes partidos y hasta esos pequeños que reclaman un lugar en la izquierda pero que, finalmente, no buscan más que perpetuar el sistema con sus prebendas.

16 agosto 2011

London's Burning 2011



Mentiría si digo que soy el mismo que aquel que se nutrió en muchos años del siglo pasado de las canciones y las letras de uno de los grupos ingleses que más admiro, y que creo que son fundamentales para entender muchas cosas no sólo musicalmente hablando, como fueron The Clash aunque una de mis obsesiones sea mantener la coherencia con lo que he sido. Asumiendo que muchas posturas radicales fueron una pose de los chicos de Londres, con un fondo burgués inevitable en el negocio de la música, creo que The Clash es una de las bandas más importantes que han existido y que, a golpe literal de guitarra, ha sido de las más influyentes de la historia de la música popular contemporánea. Cuando la semana pasada vi por la red las revueltas juveniles en Londres y no pude evitar recordar uno de los temas estrella de esta banda, London Calling, sobre todo una de las estrofas de esta canción Now war is declared and the battle come down. Sin embargo las revueltas que durante casi cinco días sembraron el pánico en la ciudad de Londres, a un año justo de las olimpiadas que se celebrarán allí, no tienen nada que ver con la radicalidad expresada por The Clash. Es más, a los jóvenes adolescentes que al toque del chat de las Blackberry quemaban almacenes, saqueaban tiendas de Nike respetando las librerías y agredían a la policía no les debe sonar de nada este grupo. Sus protestas se han basado en un sentimiento de exclusión no de un sistema social justo e igualitario sino de un sistema ultraliberal de consumo asentado en este país desde hace décadas, sustentado, promovido y envilecido tanto por tories como por laboristas desde los gobiernos de la infame Margaret Thatcher.
Sin embargo estas revueltas significan algo muchísimo más importante que un problema de orden público, que se arreglarían según un desvergonzado Cameron que tardó tres días en suspender sus vacaciones con una mayor presión penal, porque son una muestra de la grave desestructuración social y económica que existe en el mundo, cuyo paradigma bien puede ser Gran Bretaña, y que seguro que no se van a quedar como la mera anécdota de estas semana en los barrios de las afueras de Londres. Significan un fracaso rotundo del los sistemas de protección sociales británicos que en tiempos de miseria abandona a los desprotegidos, del sistema educativo que ha creado y sigue creando jóvenes violentos que pueden luchar por unas zapatillas pero que ignoran la fuerza del grupo para conseguir mejoras colectivas pero, sobre todo, es un fracaso patente que surgen en el mundo más desarrollado de las vías ultraliberales impuestas a millones de ciudadanos de todo el planeta desde los primeros años ochenta del siglo XX y que hasta nuestros días se han considerado dogmas inexorables que hay que mantener a base de exprimir mucho más el jugo a los ciudadanos. Estos problemas que ha tenido estos días el gobierno británico no se van a solucionar con más policía, una policía británica que pasa muy malos momentos con la corrupción de algunos de sus altos cargos por el caso de News of the World ni contratando asesores yanquis que llegan con la receta de la tolerancia cero, ni con los juicios instantáneos que se están celebrando a los autores de las revueltas sociales en los barrios de Londres. El malestar en la sociedad británica va a seguir de manera latente y habremos de ver, desgraciadamente, como estas revueltas sin un sentido radical se van a volver a repetir de una manera u otra pues el problema de la marginalidad sigue latente y en esto ninguno de los dos partidos británicos, que ejecutan las mismas políticas liberales, quiere darse cuenta.
En España hemos visto estos últimos meses un movimiento cívico y nada violento, más bien la violencia la han impuesto las policías que controlan CiU y el PSOE, enmarcado en las grandes manifestaciones cívicas que el pasado 15 de mayo recorrieron nuestras calles a una semana vista de las elecciones locales. Amplios sectores de la casta agraciada de políticos del PP, PSOE y CiU, y los medios que controlan la ultraderecha y la TDT Party, se han dedicado a enmierdar este importante movimiento social al tiempo que los grandes medios de Prisa lo ninguneaban en sus portadas. Y es que se han dado cuenta de la importancia de este movimiento que, con toda su fuerza pero también con sus carencias como la falta de radicalidad de algunos de sus planteamientos, ha venido para quedarse entre nosotros en vista que la clase política manipula las instituciones a su antojo para salvaguardar los beneficios de los más poderosos. Sin embargo en España se puede acabar con estallidos sociales menos pacíficos, y más deleznables, en espera a que un detonador los haga echarse a la calle como ha sucedido estos días en Londres. Tenemos todos los ingredientes para que ello ocurra: unos partidos políticos anclados en un sistema de privilegios que sume a la ciudadanía en la pobreza, una ultraderecha católica que se jacta de su poder amparada por amplios sectores del PP cuando no se confunden con este partido, unas tasas de pobreza y paro insoportables, discurso xenófobos y racistas que se encuentran en partidos como el PP o PxC sin que los jueces les apliquen la ley de partidos para ilegalizarlos, uno excluidos que ansían volver a los niveles insoportables de consumo que han fragmentado esta sociedad y una corrupción generalizada que como metáfora viste con los trajes de Francisco Camps.
En mi opinión esta década de los años 10 de este siglo XXI va a ser recordada no sólo por la tremenda crisis económica que nos ha tocado vivir, la mayor tras la Segunda Guerra Mundial con dos grandes desplomes de los mercados financieros en un periodo de tres años, sino por las revueltas que hemos visto en todo el globo durante este 2011 y que lejos de apaciguarse, y ser tan productivas como la primavera árabe o la de los indignados en gran parte de Europa, cabe que continúen en el tiempo no con vocación constructiva sino con el fuego y el terror que hemos visto estos días en Londres y que han significado muchos destrozos, terror entre la población y 4 fallecidos. Vivimos en una sociedad con una violencia latente que a poco que se haga se destapa. Si pensamos en que en la historia los grandes cambios sociales que se han dado han estado marcados por la barbarie, en este sentido hay que temer más a los terroristas radicales católicos como el noruego Anders Behring Breivk que a los tan traídos árabes, que las perspectivas a las que nos enfrentamos no son muy halagüeñas. Esperemos que entre tanto terror que se vislumbra haya más islas de diálogo porque si no iremos mal.
Sony compró CBS Records en 1988, cuando ya The Clash se había disuelto, y con esta compra se hizo con los derechos del grupo que ha sabido gestionar sacándole valor como muy bien han sabido hacer las disqueras de todo el mundo: que la gente paguemos tres, cuatro y hasta cinco veces por la música que nos gusta según el formato vigente en la época. Precisamente en la era del no formato Sony, y con ella la música independiente que se hace en Inglaterra y que suele ser la industria puntera donde luego todos los músicos se acaban mirando, ha recibido uno de los mayores palos de las revueltas londinenses pues ha perdido por el fuego sus almacenes de las afueras de la ciudad donde guardaban el material escaso que muchos grupos de calidad pueden permitirse. Toda una paradoja de la barbarie a la que nos encaminamos si los ciudadanos no somos capaces de crear vías más tolerantes y democráticas de expresar nuestro descontento pero, sobre todo, que los que nos están ahogando ahora mismo suelten la presión que ejercen sobre nuestras gargantas.
Canarias 24 horas, 15 de agosto de 2011.

12 agosto 2011

A golpe de mercados



El año 2008 va a significar un año de inflexión de cosas que se van a recordar por mucho tiempo. Ese fue el último año en el que ya no fuimos ricos nunca más a base de endeudarnos hasta las pestañas, en el que el crédito era fácil y en que la burbuja inmobiliaria producía ingresos a las arcas públicas para vivir en cierto superávit mientras el motor de aquella economía no era la base productiva sino la corrupción y la inmoralidad que nos ha llevado hasta estos fangos. Fue el año en el que José Luis Rodríguez Zapatero ganó sus segundas elecciones haciendo promesas electorales falsas mientras perdía un tiempo precioso para actuar negando tozudamente la crisis económica, en la que ya estábamos envueltos, por el electoralismo más sucio y miserable que nunca se había conocido. Fue el año en que la Selección Española de Fútbol ganó la Eurocopa y llenó las calles de millones de personas celebrando la victoria pero que mucha gente con esta pasión futbolera, a pesar de tener condiciones de vida francamente miserables, no se echan ahora a la calle a protestar en las convocatorias organizadas por los ciudadanos concienciados tras el 15m. Pero, sin duda, aquel año de 2008 fue el decisivo para hacer algo que, aunque ya era tarde, tenía que haberse hecho y no se hizo: establecer un control social, político y hasta ciudadano del sistema financiero internacional y gravar con una serie una serie de tasas e impuestos a todas aquellas transacciones meramente especulativas realizadas por eso que se ha venido en llamar con el eufemismo de mercados.
Desde el estallido de esta gran crisis de 2008, pasando por las medidas que sólo pueden ser calificadas como violentas puestas en marcha por el PSOE de Zapatero en mayo de 2010, hasta estos días lo único que hemos visto como parche, que no solución, a esta crisis es que los de siempre paguemos con nuestro sudor, infelicidad y hasta nuestras vidas una crisis de la que somos corresponsables pero que nunca iniciamos. Enseguida se nos viene a la cabeza la imagen de humoristas gráficos como Forges o El Roto con una especie de dios del mercado exigiendo y engullendo víctimas humanas para seguir en con su aparente inexorabilidad una senda ultraliberal trazada hace tres décadas por Thatcher, Reagan o Wojtyla del chiste inteligente donde hemos pasado a una realidad que nos ha superado a todos por causa de la avaricia. ¿Cuánto más nos podrán seguir apretando? Seguramente mucho más y, aunque lo pudiera parecer, todavía pueden ir más en contra de nosotros si el sistema sigue por estas vías, cosa que para nada es descartable.
En aquel 2008, en realidad mucho antes probablemente en los noventa del siglo pasado cuando pinchó la primera burbuja especulativa, los diferentes organismos políticos internacionales debieron haber puesto en marcha un control político y democrático de los sistemas financieros mundiales estableciendo límites a la economía meramente especulativa, cobrando impuestos y poniendo en funcionamiento bancas públicas que tuviera el objetivo de salvaguardar los intereses de los ciudadanos y no de los llamados mercados. El caso se ha vuelto tan grotesco y ha llegado a unos niveles tan salvajes que es el propio dinero puesto por un pequeño ahorrador en un fondo para su pensión, en realidad millones de ellos, el que está creando una inestabilidad económica mundial sin precedentes que han hecho como objeto de la especulación más dura la deuda pública del país en el que vive y que ha visto como sus supuestamente legítimos gobiernos le han recortado algo tan legítimo como su derecho a una pensión digna tal que ha hecho el PSOE en España por mucho que traten de maquillar el recorte brutal de derechos que ha supuesto la reforma nuestras pensiones. Mientras, un país como Estados Unidos es objetivo de los propios monstruos que creó, unas repugnantes agencias de calificación que por dinero maquillan cuentas públicas y privadas y que en Europa no se ha puesto en la cárcel a responsables de Goldman Sachs como Mario Draghi que ayudaron a maquillar el estado real de las cuentas de Grecia, cuyo premio a esto ha sido verse ascendido a Presidente del BCE, y está rebajando la deuda norteamericana creando mucha más tensión dentro de los mercados internacionales.
La solución es complicada y si alguien sabe las claves para detener toda esta escalada que está contagiando irremediablemente a la economía productiva mundial seguramente no se le dejará hablar porque esto sólo se soluciona con formas bastante radicales. Lo que está claro es que cada día en menor medida la economía ni es ni podrá ser una doctrina científica no sólo porque en ella se falla más que tirando a una diana con una escopeta de feria, sino porque todos, absolutamente todos, los grandes gurús de la economía mundial no han sabido ver lo que se nos viene encima, más bien tratan de hacer gestos psicológicos para calmar a esta bestia sin forma llamada mercados, sino que no han acertado ni una sola vez con lo que puede pasar y apenas llegan a poder explicar lo que ha pasado hace unos pocos días.
Yo también soy de los que desconfía del estado pero por otros motivos ya que éste es una forma de legitimar el todo vale impuesto durante estas tres décadas de expansión de la economía ultraliberal sobre todo el planeta y sobre todos sus habitantes. Temo los totalitarismos que, en nombre de una supuesta doctrina comunista que siempre ha sido falsa pues esta entelequia nunca se ha llegado a poner de verdad en práctica, tiende a hacer una economía de mercado que beneficia a las élites del estado y que hemos visto, en distintas formas y medidas, ponerse en mala práctica en países como la Unión Soviética, China, Cuba e incluso Venezuela con unos resultados bastante desastrosos. También es cierto que esta crisis que estamos viviendo no se arregla sin una importante intervención de la economía no sólo que mitigue los efectos que millones de ciudadanos, incluida el hambre que pasan en Somalia, estamos atravesando con un control político de las finanzas mundiales luego de un control ciudadano directo de estos sistemas. Está claro que ya nosotros hemos perdido mucho con esta crisis y que ahora les toca perder a los que más tienen gracias a que nosotros somos su carne de cañón. Aunque lo parezca el sistema, y la forma en la que se tratan de resolver los problemas y hasta se justifican no sólo éstos sino estas fórmulas, no es algo inexorable y que es posible otro tipo de formas de salir de esta crisis de manera permanente cosa que sería labor de muchas décadas de trabajo y que probablemente nunca llegásemos a ver terminadas muchos de los que ahora estamos vivos. Cuando no se huyen de modelos oxidados y sin nada de futuro, esta grave crisis le tocó a Zapatero pero le hubiera podido tocar a cualquier otro presidente de la democracia porque lo que falla es el sistema y no los personajes, no nos queda otro remedio que acabar en la que estamos metidos y cuyas consecuencias son no sólo irreversibles sino que han venido para quedarse.
Canarias 24 Horas, 8 de agosto de 2011.

24 mayo 2011

15 de Mayo de 2011


Sin duda todavía un momento muy incipiente para sacar conclusiones precisas y con un grado de particularidad amplio sobre este movimiento social que ha dignificado la palabra democracia en toda España, que se venía gestando por Internet hace unos buenos meses  y que hace apenas una semana, el pasado domingo 15 de mayo, nadie hubiera apostado un céntimo ni por ellos ni por el hecho que miles de personas, en su mayoría jóvenes, han sido capaces de sacarles los colores a más de un espabilado. A cada acampada que ha ido apareciendo en el mundo, a imagen de la Acampada de Sol que la policía acabó disolviendo brutalmente pero que se volvió a establecer, los discursos de dos insulsos como Rajoy y Zapatero se hacían insustanciales, los partidos parecían teatros de guiñol incluyendo Izquierda Unida que ha tratado de sacar partido de esta movilización ciudadana, los sindicatos de gratitud estomacal como CC OO y UGT aparecía como completamente innecesarios, la campaña electoral que había llegado a su clímax cansino pasaba a segundo plano, los medios de comunicación de masas se hacían totalmente viejos, los tertulianos a sueldo y estómagos agradecidos no hallaban una luz para iluminar las cavernas en las que habitan y el sentido de las elecciones del 22 de mayo cobraba otro carisma.
Aunque estas acampadas a través de todo el mundo acaben sin traer nada nuevo y las cosas acaben volviendo a la terrible normalidad esta semana ha valido la pena por una serie de cosas. Ver a los elementos de la TDT Party desgañitados tratando de culpar a Rubalcaba o al PSOE no sólo los retratan como lo franquistas que son sino que deja en un lugar hacia la ultraderecha al PP que es el que soporta a estos medios. La ciudadanía de manera seria, honesta, nada violenta y dando una bocanada de aire fresco hacia la esperanza ha sido capaz de dar un vuelco a la campaña electoral, que se tornaba aburrida, nauseabunda, sin propuestas y que era pura bulla de ladrones, imputados y mentirosos, hacia la verdadera política que es la que estos días ha habitado en nuestras plazas más que en los órganos de gobierno y en los partidos políticos a los que se le debe exigir que reformulen, tomando notas de estas protestas, su forma de relacionarse con la sociedad pues en su pura indecencia ya han estado haciendo pactos sin tener todavía los resultados. Estas protestas también han servido para ver el pelaje de determinados medios de comunicación, en realidad es una forma de actuar muy común de todos, cuyas redacciones ha acabado siendo pura opinión vía tertulianos que lo más que hacen es quejarse de todos desde sus altares y que acaben siendo pillados en un renuncio para saber que la democracia está enferma, entre otras cosas, gracias a ellos. Los mismos tertulianos que se hartaban de llamar a nuestra juventud aborregada y jaleaban las protestas en oriente medio, Egipto, Siria y el Líbano, ninguneaban o llamaban hippies a los sentados en las protestas los primeros días hasta que no han tenido más remedio que acabar asumiendo éstas que como la pólvora se han extendido de manera imparable por todo el planeta. Ahora no les ha quedado más remedio que aceptar que la gente puede ser realmente soberana y capaz de protestar pero lo más importante de todo: saben organizarse. Y es aquí donde la importancia de las redes sociales, sobre todo de esa maravillosa herramienta de microblogging llamada Twitter cuyo nombre es una premonitoria onomatopeya del canto de un pájaro, ha venido a hacer que la gente los utilizara como medio de comunicación directa dando información puntual generada por los activistas y alejada de las manipulaciones de la prensa convencional. Etiquetas como #acampasasol, #yeswecamp, #nonosvamos, #estoesreflexion #nolesvotes, #yovoto, #indignaos o #spanishrevolution han sido o son Trending Topic en algún momento en esta red que ha acabado siendo agradablemente monotemática sobre el movimiento social asociado al 15 de mayo.
El sistema ha llegado a su límite, ya no va a ser válido nunca más tal y como lo hemos conocido y otra cosa, según decía José Luis Sampedro en su texto del libro Reacciona pero también en una vídeo entrevista como motivo de los actos del 15 de mayo, habrá de llegar para lo cual deberemos estar preparados. No sólo ha sido por la explosión de juventud de estos días, aún así a las protestas se han unido personas de todas las edades y condiciones, sino porque quizá el ansiado cambio que muchos esperábamos y pensábamos que jamás se iba a producir puede estar, de alguna de las maneras, a la vuelta de la esquina. No es fácil cambiar el mundo desde acampadas y todavía es muy pronto para vaticinar lo que el movimiento Democracia Real Ya va a producir pero una cosa sí que está clara: este movimiento debe tener en el punto de vista objetivos claramente revolucionarios que signifiquen un cambio en el sistema político y de gobierno monárquico español, un cambio en el sistema de los partidos políticos, una democracia completamente participativa en la que los ciudadanos no sólo voten ceremonialmente cada cuatro años sino que impongan el día a día y una supeditación completamente democrática de los mercados financieros que son los causantes de que la mayoría de personas en este planeta sean infelices. Y esto no es una utopía ni entelequia sino que el modelo a seguir existe, es completamente pacífico, democrático y se llama Islandia.
Que este mayo de 2011 sea una anécdota más en la historia, como lo fue su día el Mayo del 68 pues el sistema acabó engullendo a la mayoría de sus líderes, o verdaderamente una fecha clave para dejar de contar no depende sólo de los miles que ahora mismo siguen en todo el mundo acampados, la Acampada de Sol ha decidido en asamblea permanecer una semana más en la Puerta del Sol de Madrid cosa que seguro acabará siendo imitada en la mayoría de las acampadas, sino de todos los ciudadanos que deberemos estar dispuestos a colaborar y a empezar a ejercer el derecho constitucional de participación en las decisiones políticas por la vía directa.
En la Acampada de Tenerife me decía mi amigo Rubén, que llevaba noches durmiendo en el suelo y yendo a trabajar por las mañanas, que lo que se debatía allí era simplemente maravilloso y que todas aquellas personas que participan en las asambleas tenían en común el asco que habían sentido la primera semana de campaña con la basura generada por la propagada electoral pero que el ambiente de entendimiento que allí se estaba generando había hecho ver las cosas de una manera más positiva pero sobre todo me señalaba con pasión una cosa: daba igual ganara quién ganara el 22 de mayo, las propuestas verdaderas estaban en la calle. Y ahora que las primeras horas del escrutinio dan una ventaja clara al Partido Popular de Imputados es tiempo no sólo de no abandonar la lucha sino de seguir profundizando y no abandonar este movimiento hermoso que ha surgido en las calles de toda España y parte del mundo.
Canarias 24 Horas, 23 de mayo de 2011.