20 mayo 2013

Segundo aniversario del 15M


El gran movimiento social conocido por las siglas 15M, del que este 15 de mayo se han cumplido dos años desde que echara a andar, es cualquier cosa menos un todo uniforme y ahí reside su peculiar debilidad, como todo en este mundo es contingente y merece sus críticas, pero también su poder. Para este texto, que pretende rendirle un homenaje en su segundo aniversario, prefiero fijarme en las cosas buenas que éste ha tenido, desde un punto de vista objetivo es lo mejor que ha pasado desde la muerte de Franco y la caída de la dictadura en un proceso inacabado que se ha dado en llamar falsamente Transición Democrática, antes que las malas pues no es cuestión de hacer campaña en contra que para eso ya van sobrados entes como la caverna mediática de la ultraderecha española, la corporación RTVE puesta al servicio del PP, personajes cínicos como María Dolores de Cospedal, ladrones de sobre marrón como Mariano Rajoy y eminentes tontos del culo y progres de bote como Toni Cantó o Beatriz Talegón. Las distintas fuerzas sociales coordinadas en torno al movimiento del 15 de mayo de 2012 es lo mejor que ha pasado políticamente en España desde las protestas sociales que derribaron el franquismo, cuando todavía el dictador vivía, porque les han sabido dar un buen golpe en todos los morros a los sindicatos verticales y a los partidos políticos españoles, digo a todos empezando por la supuesta izquierda alternativa identificada en IU o el falangismo de UPyD pero también a los pequeños partidos que han sabido jugar con el desencanto social para ganar votos y ser más de lo mismo, y sin duda si este movimiento no existiera a día de hoy deberíamos de inventar algo parecido.
Los logros que se han conseguido a través de los distintos movimientos sociales confluyentes en el 15M son múltiples y muy variados. Para quienes se quejan de su poca eficacia o le exigen que tenga una vertebración más clásica que miren lo que han hecho contra la ciudadanía los dos últimos gobiernos de España, este de Rajoy y el anterior de Zapatero, o se fijen en el discurso trasnochado de los partidos políticos clásicos pero también esos que dicen representar los valores tradicionales de la izquierda pero que no son, aunque hayan usurpado un utópico sí se puede, sino la misma cosa.
 La PAH ha cuestionado el sistema hipotecario español poniendo en ridículo a los grandes partidos, PP y PSOE trabajan para los grandes bancos y son las agencias políticas de éstos, pues ha conseguido más de un millón de firmas en muy poco tiempo presentado una ILP en el Congreso para cambiar la ley hipotecaria. Esta ley el PP la acabó mancillando y lo único cosa que ha hecho la derecha, extrema, de este país es tratar de ridiculizar a Ada Colau con insultos personales, salidas de tono y un machismo repugnante. Las distintas plataformas ciudadanas reunidas en torno a los afectados por las hipotecas no sólo han conseguido parar muchos desahucios injustos, que afectaban a niños y a personas mayores muy vulnerables, sino que han salvado las vidas de muchas personas que en lo terrible de su situación han contemplado el suicido. En cierta medida el varapalo judicial recibido desde Bruselas que condena a la legislación hipotecaria española por poco transparente y por ser un fraude en materia de consumo al no contemplar la dación en pago de la vivienda como medio de saldar la deuda se debe, a pesar de ser una batalla personal de un abogado, su cliente y un juez con unas luces mínimas, resulta ser un logro más de la ciudadanía organizada. Recordemos que los dos grandes partidos callan estrepitosamente sobre este tema y el que está ahora en el poder ni siquiera dice cuándo introducirá por fin la sentencia europea en la legislación española. Las grandes mareas como la de la sanidad o la educación han puesto en evidencia las pretensiones de los grandes partidos de privatizar estos servicios, en este sentido ya se prevé una nueva fase de corrupción en torno a la puesta en manos privadas del sector sanitario público, y han recobrado la forma de hacer política de manera directa que había estado dormida durante muchos años. Aunque todavía quede mucha gente en sus casas el hecho que la ciudadanía sea capaz de volver a ocupar las plazas y sitios públicos es algo que, a día de hoy, no tiene precio a pesar que una forma de protesta completamente legítima, como son los escraches, no les guste mucho a ciertos políticos que se criaron como parte de una casta de intocables y que controlan las leyes para su particular impunidad. Estas protestas, además, han conseguido articular a los ciudadanos que participan en ellas  fuera de una violencia para nada deseable a pesar de la provocación de la policía dirigida con manos de hierro por Interior o por la ultra Cristina Cifuentes.
Fallaron todos los sistemas de control como el Banco de España, el Tribunal de Cuentas, los organismos de control de las comunidades autónomas como la vergonzosa Audiencia de Cuentas de Canarias, pues estos organismos permitieron que llegáramos a la situación financiera en la que estamos mientras miraban para otro lado cuando se cometían excesos en Caja Madrid, la Caja de Ahorros del Mediterráneo o la Caja de Navarra que hundieron Bankia o Banca Cívica, han sido los ciudadanos, con algún estamento del poder judicial que se ha mantenido más o menos sano, los que han entrado a poner demandas particulares contra estos tiburones de las finanzas. El hecho que la plana mayor de Bankia, con Rodrigo Rato a la cabeza, esté, de momento, imputada de multitud de delitos, entre los que se incluye el de estafa, parte de una iniciativa ciudadana y no de estos organismos de control, que están completamente corruptos, ni mucho menos de instancias políticas o sindicales que eran las que se beneficiaban del funcionamiento caciquil impuestos en las cajas de ahorros. Ya lo hemos visto con el ingreso de 24 horas en prisión del expresidente de Caja Madrid, el amigo íntimo de José María Aznar cuya familia en menos de un día reunión dos millones y medio de euros, Miguel Blesa que aprobó una compra ruinosa de un banco en Miami y cuya estrategia se aprobó por el pleno de la entidad por completa unanimidad compuesto por la patronal de Madrid, el PSOE, el PP y los sindicatos verticales CC OO y UGT. Es más, parece que los mismos traidores de CC OO salen en defensa de Miguel Blesa tras su encarcelamiento del jueves pasado pues, sin duda, algo malo tendrán que ocultar.
Las grandes empresas de la opinión publicada, cuyo paradigma es el hundimiento y la voladura controlada de El País por parte de Juan Luis Cebrián, han entrado en grave crisis de la que es de esperar que no se recuperen en mucho tiempo y, al hilo del 15M, están surgiendo iniciativas en la red como la Revista Mongolia, Jot Down, InfoLibre y eldiario.es de antiguos periodistas que, en vista de lo que está sucediendo, se están buscando la vida por su propios medios y, esperemos, tengan éxito. Durante mucho tiempo fue un error creernos que lo que se publicaba y difundía en estos grandes medios era, sin ningún tipo de matiz, lo que opinaba la ciudadanía cuándo ésta no era más que una opinión más, completamente sesgada, de lo que piensa la empresa que controla un medio de información determinado.

A la Transición que quedó incompleta se hace necesaria ahora una nueva que remueva los cimientos de esta sociedad que está controlada por las mismas fuerzas ultraconservadoras que nos llevaros a la guerra civil en 1936 y que se ha perpetuado tras el franquismo y el sistema democrático ceremonial. La parte de culpa de los ciudadanos en todo esto es que nos hemos sentido muy cómodos, cuando aquí la fiesta era para todos, delegando nuestra responsabilidad de ejercer la democracia directa en manos de una casta de políticos que de manera corrupta han tomado el poder y que nos invitan sólo a votar una vez cada cuatro años para que les demos un cheque en blanco como el que cree que tiene Rajoy de traicionar todas sus promesas salvo la de casarse con un hombre que es la que le falta por romper. Pero la fiesta ha terminado y lo que resulte de este nuevo proceso que se ha abierto depende, en gran medida, de lo que queramos nosotros. Y eso es lo que se le debe exigir al 15M, que movilice a toda la sociedad en contra del sistema oligárquico y caciquil que se ha convertido la política profesional de los grandes partidos y hasta esos pequeños que reclaman un lugar en la izquierda pero que, finalmente, no buscan más que perpetuar el sistema con sus prebendas.