13 agosto 2007

MUCHA POLICÍA, POCA INVERSIÓN EN EDUCACIÓN


En nuestra infancia era muy fácil que la los chicos del barrio les sedujera mucho ser policía a causa de las propaganda del poli bueno que se hacía en las series americanas de los 70 de la televisión postfranquista que llegaba a través del televisor de botón único. Muchos no nos perdíamos Los Ángeles de Charlie, SWAT o Starsky y Hutch a pesar de que el correlato real del orden y la ley que tuviésemos más cercano fueran aquellos grises que tanto reprimieron las libertades y a los derechos civiles mandados por el dictador o por los primeros gobiernos de la transición. Tengo una amiga, a la que estimo mucho, que tiene el honor de ser de las primeras mujeres que fueron agentes municipales de Canarias y que no veía la tele porque en su casa eran tan humildes que ni eso había. Para ella esa oposición fue sin duda una oportunidad de escapar de las penurias y de ser la persona más independiente que conozco. Con esto quiero dejar claro que las palabras que aquí siguen no van contra aquellas personas que, honestamente, trabajan en los cuerpos de seguridad y que sin duda son la mayoría, si no otro gallo nos cantaría, sino contra aquellas que amparadas en un clima de relajación de la violencia policial por parte de las autoridades actúan muchas veces como pequeños sheriff particulares al amparo de la tolerancia cero.

Sobre el tema de los índices altos de delincuencia de los que tanto se habla como uno de los principales problemas, sobre todo cuando van a haber elecciones, hay que decir que los dineros para maestros y profesores que los gobiernos socialistas y populares se ahorraron en su época hay que invertirlos ahora, con creces, en policía y fuerzas de represión. Mientras que los curillas claman al cielo contra la asignatura de
Educación para la Ciudadanía porque dicen que lo que pretende ésta es adoctrinar a los jóvenes, sin duda tras dos mil años de hacer precisamente esto para manipular a las sociedades en su beneficio temen perder este chollo porque les molesta que la gente sea más libre para pensar, nuestra sociedad se ha degradado no por falta del vigilancia sino por desinterés de las administraciones en educación y por no haber consensuado adecuadamente un plan de estudios con visos de continuidad. La LOGSE significó sobre el papel una ley muy ambiciosa para la educación del siglo XXI que se aplicó en una etapa de crisis, sin dinero y que ha sido parcheada por todos y cada uno de los gobiernos que han legislado en materia educativa general en el Estado desde entonces.

Es habitual ver cada noche de fin de semana en las zonas de copas, todos recordamos los sucesos de hace unos meses de luchas campales contra la policía en el madrileño barrio de Malasaña, a maderos y guindillas con actitudes rudas y masticando chicle con la boca abierta en plan chulo y con poses y formas de llevar el uniforme que los identifican como skin heads venidos a más gracias a haber sacado una oposición que en el caso de los municipales se las comenta por los mismos opositores que muchas veces pueden estar amañadas. Una vez uno de estos tipos nos dijo que cambiáramos de acera porque estaban cacheando de mala manera a unos jóvenes, dijo estamos trabajando, que lo más que hacen en beber y drogarse porque es de las pocas oportunidades de ocio que encuentran en nuestra sociedad porque lo otro que se les ofrece es quedarse un sábado por la noche en casa tragando la basura que ponen por la televisión. Mientras dicen prevenir el trapicheo de menudencias defienden a sus amos que pueden ser alcaldes imputados por prevaricación de cientos de millones de euros en recalificación de terrenos en playas capitalinas con escandalosos pelotazos. Con estas actitudes lo que hacen es generar más violencia entre los muchachos que los ven a ellos como correa de transmisión de un sistema que los ha frustrado.

En el fondo a nuestros dirigentes les viene bien que nuestra juventud esté drogada y narcotizada, eso lo saben bien Domingo Medina o el impresentable de José Segura aunque se pongan a menudo nuevas como altos cargos presumiendo por duplicar las fuerzas policiales en el archipiélago, y por eso les envían estos salvajes con uniforme que en muchos casos nos hacen ver a los grises de Franco con el buen rollo que veíamos a los pitufos en su aldea. El día en que la gente sepa el poder que unidos tenemos, no hablo ya sólo de los jóvenes, a muchos de estos dirigentes changas les va a salir más de un nudo de la garganta. De estos años vienen rápido a la mente excesos policiales como las cargas que se daban ya todos los años con la procesión del pendón y de Javier Abreu en La Laguna, las idas de mano totalitarias y chulescas que muchos manifestantes hemos tenido con la policía incluida la multa a José Ventura, la brutal y desmedida paliza al muchacho en Ofra por la UNIPOL que había circulado temerariamente con una moto por las vías del tranvía o los casos de malos tratos policiales denunciados por unos jóvenes en La Laguna durante la pasada Nochebuena. Estas actitudes provocadas por una minoría en los cuerpos de seguridad dejan en muy bajo concepto a la mayoría de los agentes de orden que saben que su actuación debe estar siempre guiada por las leyes y las garantías a los Derechos Fundamentales de los ciudadanos.

En canarias para extender la sin par mamandurria que ATI ha montado en torno a los dineros del Estado y las subvenciones de la Unión Europea se ha empeñado en crear una policía autonómica, de mofa se la conoce como la guanchaina, para seguir favoreciendo a los sectores empresariales a los que sirven. En una comunidad donde hay tantos cuerpos de seguridad que a veces se pisan las competencias y hasta los pies cuando actúan resulta un capricho más de nuestros dirigentes cada día más encaudillados al poder, tenemos ejemplos en Zerolo, Oramas, Segura, Rivero y hasta es un hecho que la mano derecha de Adán Martín ha acabado en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, han decidido crear un nuevo cuerpo de seguridad que les habrá de valer para distanciarse, o peor aún, para defenderse y reprimir al pueblo. Mientras se dan estos excesos porque los niveles de violencia en la sociedad son más visibles, hace años no supieron invertir en educación, las escuelas se pudren y sobreviven gracias a la bondad de muchos alumnos y las buenas voluntades de muchos profesores que suplen con mucha inteligencia las carencias con las que la administración les ha dejado tirados. Sería mejor para todos que se fueran a su casa de una vez por todas y dejaran que los ciudadanos nos organizáramos sin ellos que seguro que lo hacemos mejor.