31 octubre 2007

SENTENCIA DEL JUICIO DEL 11M

Finalmente, y después de que pasaran casi 4 meses desde que el 2 de junio quedara visto para sentencia, el juicio más importante de la historia de España, el de los atentados de Atocha ocurridos el 11 de marzo de 2004 que dejaron 191 muertos y 2.062 heridos, ya tiene una sentencia emitida. Cientos de miles de años de cárcel han sido impuestos a 21 de los 28 imputados pues siete de ellos han salido absueltos debido a la aplicación del sentido de prevención en beneficio del reo. Al Egipcio las pruebas no eran totalmente concluyentes o no se le puede juzgar dos veces por la misma cosa mientras que a los otros las pruebas no eran lo suficientemente concluyentes o ya han cumplido preventivamente sus condenas. Estas absoluciones han dejado a las víctimas, también a todos, un amargo sabor de boca pues se esperaba que algunas penas fueran más duras. Lo que si esta sentencia ha dejando bien claro es que ha sido una célula yihadista de Al Qaeda y no ETA la autora material e intelectual de los atentados de Madrid.

Mucho se ha hablado, y se seguirá hablando, después de aquellos tristes días de marzo en los que nos vimos envueltos en el mayor ataque terrorista en suelo europeo tras la Segunda Guerra Mundial porque unos sanguinarios iluminados quisieron salpicar de muerte al errado cambio de política internacional que hizo Aznar para meternos de lleno en la Guerra de Irak cosa que por aquí apenas nadie quería. Esta sentencia trata de hacer justicia, en la medida de que los 191 fallecidos nunca les serán devueltos a sus familias, hasta donde el Estado de Derecho ha podido llegar y al que siempre hay que pedirle más. A pesar de lo contundente del preámbulo que despeja toda duda de la autoría de ETA lo más posible es que no se conseguirá acallar los rumores del burdo montaje que, conocido como teoría de la conspiración, ha alimentado la ultraderecha del PP y el sector mediático que lo mantiene hasta crear un ambiente guerra civilista que recuerda mucho a la caída de la República en 1936. Con esta sentencia se sentencia a los asesinos pero no se conseguirá apagar nunca los ecos de esta teoría conspiratoria. Prueba de ellos son las primeras declaraciones de Mariano Rajoy volviendo a insistir mezquinamente en que desde el PP se apoyarán otro tipo de investigaciones posibles sobre el atentado.

En todos y cada uno de los 1.329 días que han pasado desde la terrible matanza el Partido Popular, diarios como El Mundo, radios como La COPE y centenares de libelos publicados editorialmente se han dedicado a crear una burda patraña que ha tratado de implicar a ETA en los atentados de Atocha. Esta estrategia se ha hecho no sólo para salvar la cara del gobierno de entonces sino porque en todo este tiempo los altos dirigentes del PP no han digerido el trago de que el 14 de marzo perdieron las elecciones. En los días previos a esta sentencia fallada, sin embargo, la estrategia de la ultraderecha que manda en este partido ha sido la de desmarcarse de toda la vergonzosa trama y decir que como buen partido democrático el PP respetará siempre las sentencias que vienen desde instancias judiciales. Hasta un mentiroso patológico como Ángel Acebes, que era Ministro del Interior cuando el atentado y si hubiera militado en una organización más decente alguien se hubiera encargado de expulsarlo del partido y no de promocionarlo hasta número dos, ha llegado al culmen del cinismo estos días al decir que el PP no ha utilizado electoralmente el terrorismo cuando no han hecho otra cosa en todo este tiempo.

Este juicio y el hecho de que ya haya una sentencia firme ha sido muy importante no sólo porque el objetivo es hacer justicia a las víctimas y sus familias sino porque es un ejemplo a seguir en esta guerra que, provocada porque vivimos en el momento más injusto de la historia de la humanidad en un mundo donde más de 4 mil millones de personas viven en la miseria mientras que sólo unas cuantas miles controlan más del 70 por ciento de las riquezas del planeta, se ha declarado contra el terrorismo radical de corte islamista internacional. Sin ningún tipo de exclusión ni limbo legal como Guantánamo los imputados, que no son todos lo que debieran estar pero los que están son los autores en diversos grados de la matanza, han gozado de todas las garantías legales y procesales que un Estado que se dice de Derecho tiene obligación de dar y ha dictado una sentencia que tratan de ser ejemplar y justa. La justicia española, sin duda, tiene sus defectos. Es de destacar que hasta 1975, hace sólo 32 años, todavía se condenaba a la pena de muerte por garrote vil sin ningún tipo de garantía jurídica a presos anarquistas por orden de un dictador agónico. Sin embargo, con la sentencia de este juicio no sólo la justica de España ha cobrado un inmenso prestigio sino que ojalá países como Estados Unidos, Inglaterra, Marruecos, Argelia, Irak y demás que han tenido atentados en una línea idéntica al de Madrid, incluso aquellos que desgraciadamente en los próximos años los puedan tener, se miren en ella para resolver y sentenciar los atentados que allí se puedan juzgar. Querámoslo o no, creamos en un estado fuerte o en la disolución de éste, en estos momentos el único sistema que tenemos los seres humanos para hacer justicia en estos casos es un sistema judicial garantista más o menos del estilo que ha emitido esta sentencia. Mientras busquemos formas para cambiar este mundo busquemos profundizar en lo bueno que tiene este sistema para mejorarlo.

El juicio del 11 M ha sido muy intenso no sólo por lo que allí se juzgaba la mayor matanza en la Europa contemporánea, sino porque a él acudieron determinados abogados en representación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo y otros que trataban de vincular a ETA en los atentados de las maneras más torticera y extravagantes posibles llegando hasta la manipulación de las pruebas por parte de alguno de los letrados. El juez Javier Gómez Bermúdez, consciente desde el primer momento del papel de estrella mediática que habría de tomar para que éste no se le fuera de las manos, se mostró duro y estricto como no debía ser de otra manera. Que ahora esta sentencia haya salido por fin ha dependido de que las sesiones del juicio hayan sido las que fueron y no se dilataran en el tiempo, como pretendía los integrantes de la teoría de la conspiración, que hubiera hecho que algunos de estos culpables hubieran tenido que salir de prisión por garantías judiciales.

Hay una cosa que muchas veces se han olvidado tanto el Gobierno, como el PSOE, el PP y los medios en general. Este juicio ha sido hecho porque el sistema del Estado de Derecho tiene que mostrarse inflexible y obrar con justicia ante matanzas de este tipo. Los muertos no deberían nunca quedar impunes. Este derecho es algo que a las víctimas del atentado les debemos todas y todos en tanto que formamos parte de esta sociedad. Allí se juzgaba estas 191 muertes y las secuelas de miles de heridos y no otras cosas. Desde aquí deseo mostrar el más de lo humildes respetos por todas estas personas que han tenido que sufrir cada minuto del juicio por el cinismo de los asesinos, el malsano interés de los partidos y sus representantes, la desfachatez de algunos abogados, los inultos de algún miembro de la AVT y los intereses mezquinos de muchos medios de comunicación. Pese a toda la basura mediática y política que ha habido sobre este tema parece justo recordar ahora que los que se juzgaban eran asesinatos y no una guerra política que ha hecho mucho más daño a las víctimas que, si cabe, el propio atentado.

Canarias 24 Horas, 31 de octubre de 2007.