10 noviembre 2008

Provincianismo, ombliguismo e ignorancia en Canarias



Para el que piense que los presupuestos en Canarias, ahora que en tiempos de crisis se va a recortar en todo, dedicados a la cultura por las instituciones son exiguos siento decepcionarle porque es todo lo contrario. Simplemente un par de datos: en poco más de una década el Cabildo de Tenerife se ha gastado sólo en la construcción del Auditorio de Tenerife 73,2 millones de euros, inaugurado en su momento hasta tres veces y todavía sin licencia válida de apertura, y al menos 50 millones, parece que nadie sabe lo que ha costado en realidad, en el nuevo TEA Tenerife Espacio de las Artes. El total es de, como mínimo, 133,2 millones de euros que ha ido a parar directamente a empresas constructoras y a las oficinas de arquitectura de Calatrava y Herzog y De Meuron. De todas maneras el chollo de estas obras es el mantenimiento de los edificios que sólo para el Auditorio se abonaron 3 millones de euros al año en 2.004. Para seguir con las cifras el Cabildo de Tenerife se enorgullecía de que en el primer fin de semana de la apertura del TEA lo visitaron 10.500 personas. Justo al día siguiente, lunes 3 de noviembre, Media Markt inauguraba una tienda en el parque comercial de Añaza con 15.000 visitantes sólo el primer día. Quizá esto le pueda dar ideas a Ricardo Melchior y monte en estas instalaciones una tienda de electrónica o un sex shop para aumentar visitantes, algo así como los 12 millones de viajeros que dicen que se han subido a la línea uno del tranvía el primer años a base de marginar  la guagua y hacerla un servicio tercermundista.
La ignorancia es atrevida y en Canarias al ignorante mediocre segundón se le premia desde el poder. Lo que la Concejala de Patrimonio del Ayuntamiento de Santa Cruz, Esther Sarraute, representó en el pleno del 4 de noviembre no es el simple hecho de que no supiera qué es una ONG o que estuviera leyendo el texto que le pasaron en aquellos momentos por primera vez en su vida pese a haberlo firmando sino que su forma de actuar no es lo anecdótico del estilo de gobierno en las islas sino la forma habitual de hacerlo. Mientras tenemos la generación joven de canarios más preparada de la historia del archipiélago ésta tiene que asumir trabajos precarios de mierda mientras los partidos enchufan a sus amigos, normalmente inútiles como Sarraute, en cargos de representación y confianza cuyos sueldos, la concejala cobra alrededor de 6.000 euros al mes, salen del trabajo y el bolsillo de todos los ciudadanos. Lo triste de esta  anécdota, que a través de la expansión vírica de la red se ha conocido en toda España para vergüenza del canario decente, es que lo que estaba detrás de la pregunta de Ciudadanos por Santa Cruz  era saber qué organizaciones tienen locales municipales cedidos pues hay una persecución política organizada por Miguel Zerolo a organizaciones que molestan al poder como ATAN  y que está amenazada por el desalojo del local municipal en el que se reúnen desde hace muchos años.
El panorama cultural canario es triste, miserable, mediocre, provinciano y pasa por la gratitud estomacal. Mientras se pulen millones de euros en la construcción de estos contenedores culturales, en su mantenimiento o en programaciones elitistas que no llegan ni a quienes las hacen porque pese a tener entradas gratis se duermen antes de la mitad del primer acto de cualquier ópera los creadores de las islas llevan décadas en el olvido de las instituciones para las que Los Sabandeños o unos aficionados como El Orfeón La Paz son la máxima expresión de la canariedad. Artistas plásticos, escritores que no pasan por el perfil de la subvención institucional de sus libros, grupos de música que se los margina de los escenarios y creadores audiovisuales independientes o se tienen que dedicar a otra cosa o si no deben marchar de las islas para realizar sus carreras fuera de ellas. Esto por no hablar también del nulo fomento cultural de base como es el de la lectura en unas islas especializadas en inaugurar bibliotecas sin libros como la del Hospital Dolores y municipal de La Laguna abierta  para los reyes de España hace más de dos años sin que todavía cuente con un triste ejemplar entre sus estanterías. Esto sucede mientras el belillo que organiza los grandes actos desde el poder ha creado una casta ignorante, provinciana y ombliguista que acude a estos actos que pagamos todos porque son deficitarios para desfilar con sus modelos y sus caros coches oficiales. Paradigmático es que el Ayuntamiento de La Laguna se haya gastado 100 mil euros en un piano Stenway para el Teatro Leal mientras el empeño personal de Ana Oramas estos años ha sido aniquilar cultural, humana, laboralmente y socialmente a la centenaria Banda Municipal de este municipio que debería ser un orgullo.
Mientras desde Coalición Canaria se ha demostrado hasta la saciedad que no se sabe administrar presupuestos pues cada año se devuelven partidas al gobierno central, que la RIC ha creado una brecha entre la ciudadanía y una élite de empresas que no pagan impuestos regularmente, que hay 400 mil canarios viven bajo el umbral de la pobreza, un 20,3 por ciento de la población total, dato que sigue en aumento y que pelotazos como los de Tindaya, el puerto de Granadilla o la playa de Las Teresitas se han convertido en una forma habitual de actuar en el archipiélago de la élite gobernante que prefiere mirar para otro sitio o irse a la ópera que refleja la miseria cultural, social, política y económica de unas islas gobernadas por y desde la corrupción. Los próximos años pueden ser muy malos para todos porque va a estallar una depresión de carácter global como antes nunca se había conocido en el mundo. En Estados Unidos tienen a un Obama que habrá de decepcionar en los primeros meses de gobierno porque el asunto que se le ha venido encima no es una tontería y no va a ser superado por la simple voluntad de una persona que no es un superhéroe. Sin embargo, estos días los norteamericanos están eufóricos porque han recuperado cierta capacidad de esperanza. Aquí en Canarias, salvando las distancias y todas las matizaciones que se quieran poner, los ciudadanos no tenemos nada de eso por la clase política de inútiles que nos ha tocado sufrir. Aquí ya no es posible remendar las cosas sino empezar a hacerlas de nuevo.
Canarias 24 Horas, 10 de noviembre de 2008.