21 septiembre 2006

Cementerio Popular

Resulta asquerosa repugnante, sucia, vomitiva y miserable la actitud que ha adoptado la ultraderecha que conforma el partido popular con los atentados, cometidos por radicales islamistas, el 11 de marzo de 2004 en Madrid. Unos atentados que, debemos recordar, son consecuencia directa de la alianza de la España de esos momentos con Estados Unidos e Inglaterra y que se plasmó en la foto del trío, genocida, de las Azores. De auténtica miseria humana podemos considerar los intentos de mantenimiento de la mentira fascista al contar las implicaciones de ETA, el actual gobierno de España y los servicios policiales de defensa del estado que constantemente hace el grupo editorial de El Mundo y su editora La Esfera de los Libros. Pareciera como si el Iluminado Trashorras se hubiera leído en la cárcel la Legislación de Armas y Explosivos y el estudio de Federico Trillo sobre El Poder político en los dramas de Shakespeare.
Aquel día de marzo murieron 192 personas. Todas ellas eran, básicamente, de origen humilde: obreros, inmigrantes, estudiantes y gente del pueblo. El PP, en todas sus formas, falta continuamente al respeto de estas víctimas y sus familiares. Víctimas de segunda clase para el fascio popular: usaban el tren de cercanías y no el coche oficial que usan Rajoy, Zaplana, Acebes y Aznar. Dan absoluto asco y no hay que permitir el burdo y ridículo intento por cambiar la historia, y la realidad, que intentan hacer. Todo su entramado debería ser perseguido como algo delictivo: faltan a la verdad e incurren una clara apología al nazismo cuando, deliberadamente, nos dicen sus patrañas.
La foto fue tomada en el cementerio de la playa de Las Teresitas el domingo 21 de marzo de 2004, una semana después de la cita electoral que perdió el PP y diez días después del atentado. No sé por qué la empresa Publicidad Atlantis se empeña en mantener la valla publicitaria en frente a este espacio, muchos anuncios puestos ahí han tendido a la hilaridad general, pero si es verdad que esta imagen del segundón de Rajoy ha quedado como más impresionante. La vergüenza es algo que los mal nacidos de la ultraderecha del PP no han conocido nunca. Dan asco, de verdad.