21 diciembre 2011

¡Púdrete payaso!


Muy despreciable señor José Luis Rodríguez Zapatero:

Me considero buena persona, mejor que tú cosa que no es difícil, y lo que te voy a decir ahora va en contra de mis valores, principios y formas de entender el mundo pero contigo haré una excepción como haría con cualquier persona vinculada al poder que tuviera actitudes despreciables y de tirano. Te deseo lo peor que le pueda pasar a un ser humano y ojalá te pudras en tu ineptitud junto con todos aquellos que te hacían la pelota, esos que nunca chistaban con tus disparates, no sólo en La Moncloa sino el el Consejo de Ministros. Sin tus bibianas, tus sindes, tus aidos, tus blancos, tus bonos, tus cháves no estaremos mejor, este es un país que promociona la mediocridad como la tuya y pronto aparecerán otros iguales o peores, pero sí que algunos podremos respirar un poco mejor. Sin duda Rajoy va a descabezar todo el bienestar que nos queda y si mañana mismo desaparecieras dentro de un agujero negro te habremos de recordar para siempre pues las políticas que éste va a aplicar cuando tu sillón de La Moncloa aún esté caliente tienen un claro inspirador: tú mismo, osea José Luis Rodríguez Zapatero. ¡Púdrete payaso!


Vete a tu chalé que te ha costado un millón de euros, rectifico que nos ha costado un millón de euros, en la exclusiva urbanización madrileña de Somosaguas y no salgas a la calle nunca más ni para pedirle a tus distinguidos vecinos como Emilio Botín o a esos hijos de puta banqueros que te gusta indultar pasadas las campañas electorales una ramita de perejil o un paquete de sal. No salgas a la calle donde la gente te vea porque los demás, al saber de tu existencia, sentimos la vergüenza ajena que tu no has sentido en estos siete años y medio en los que tan mal nos has gobernado y que no sabemos cómo coño fue que te consintiéramos esta situación porque no sólo has sido un mentiroso sino un traidor, cobarde, un tramposo, un ruin y un estúpido iluminado. Métete en tu chalé y sigue cobrando tu sueldo íntegro como expresidente del país que has ayudado a hundir en la mierda bajo la que tú y nadie más deberías estar sepultado. Aunque sea por un poquito de la vergüenza que nunca has tenido renuncia al puesto vitalicio en el Consejo de Estado y al sueldo de 12 mil euros mensuales porque a parte de una indecencia bueno estás tú para dar consejos a nadie de nada. ¡Púdrete payaso!


José Luis, necesitas una ducha de humildad y pasar un sólo día la miseria a la que has condenado a muchas personas que valen mucho más que tú en este país. Te ruego que ahora te calles la boca y no salgas a la palestra como tus dos predecesores cuando ya nadie los necesita, el genocida de José María Aznar y el consentidor del terrorismo de estado Felipe González, porque si lo de ellos ya es algo bastante nauseabundo una palabra tuya bastará para que ellos sean unos santos. Espero que tengas la vergüenza que nos has tenido en estos años y te calles para siempre. O mejor, acepta ya el puestito que tus botines y tus aliertas de deben tener preparado como pago a tus años de favores prestados y márchate al extranjero donde nadie te conozca, ten entienda y no estés dando la vara con tu puto gesto de la ceja y tu buenrollismo que esconde tu verdadera esencia de tirano, trepa, infame y mala persona. ¡Púdrete payaso!


Publico esta carta que nunca vas a leer en los primeros minutos en los que ya, para siempre, serás expresidente de una país al que jamás tuviste que gobernar y cuya herencia habremos de sufrir la mayoría los días que nos queden de vida. Espero que la historia te trate mal, siempre será mejor que lo que tú nos has tratado a nosotros, y te eleven al Olimpo de los gobernantes mediocres que han pasado por este país como Franco, Fernando VII o Primo de Rivera. Y es que lo que me jode, a mi que siempre me he considerado una persona progresista, es que  los sectores de la ultraderecha de este país se puedan sentir identificados con esta crítica, que suena a arrebato pero que te juro está muy meditada, cuando ellos son algo que detesto tanto como a ti. Te mereces la cadena perpetua del ostrasismo en el que tu mayor castigo sea, todos y cada uno de los días que te quedan en esta tierra, que debas coger un curso de inglés y que jamás logres pasar de la primera lección. Si es que ya lo dijo Arturo Pérez Reverte: en ocho años ni siquiera pudiste aprende una jodida palabra de inglés porque simplemente te negaste a ello. ¡Púdrete payaso!