02 julio 2012

Fernando Clavijo y los botellones de la Eurocopa 2012


Ya acabó la Eurocopa pero la verdadera final entre España e Italia se ha jugado en los mercados con las primas de riesgos de la deuda de estos países a 475 y 424 puntos respectivamente sobre el bono alemán a la hora que este partido se estaba disputando en Kiev y mientras arde Valencia Rajoy se va al fútbol para conceder su segunda entrevista a una periodista del corazón. En fin, nada tengo que decir en contra que la gente se divierta y evada de una realidad que, cada hora que pasa, nos vuelve un poco más miserables y que quien quiera sentir los colores de la roja están en su derecho, faltaría más. 


Lo que sí ha tocado bastante las narices ha sido la manera comercial de permitir que una serie de empresas se forren a costa de la salud y el dinero de los vecinos y hagan, con todo tipo de despliegues, sus fiestitas y macrobotellones personales. En concreto me refiero a la Cadena SER Radio Club Tenerife, Telecinco, Línea Directa, Kia Motors y sus filiales en Canarias, Coca Cola, Carlsberg y los gestores de la marca en Canarias la Compañía Cervecera de Canarias que han tenido la veda y el visto bueno del alcalde de La Laguna, una suerte de conseguidor por lo que se ve, como es Fernando Clavijo. En concreto este impresentable ha permitido que estas empresas hagan sus negocio en las zona más ruidosa y con más problemas de convivencia, seguridad y ruidos de La Laguna como es el área de El Cuadrilátero. Esto sucedió los días 11 de junio, 23 de junio, 27 de junio y 1 de julio de 2012 coincidiendo con cuatro partidos clave de la selección española. Me decía alguien de la SER en Tenerife que estas fiestas, macrobotellones en última instancia, se hacían para dinamizar áreas comerciales y demás. Cierto, como la crisis ha afectado duramente a los bares de El Cuadrilátero, la mayoría estaba montados de manera disparatada cuando menos alegal, sin aislamiento de ruidos poniendo el riesgo la salud de los vecinos y clavando a sus clientes por las bebidas que les vendían incluyendo a menores, y ahora que están de capa caída Clavijo les regala con estos macrobotellones a costa del erario público. Esto es realmente preocupante a tenor de en La Laguna han habido grandes empresarios del ocio en la cárcel, como ha sido en abogado Evaristo González, porque uno de estos empresarios del ocio llamó por teléfono y dejó un mensaje equivocado en el que pedía, literalmente, que le quitaran una denuncia de la policía local. Aunque ahora la misma fiscalía ha puesto en la calle a este empresario no hay que olvidar que cuando estuvo reo una epidemia de diarrea se extendió por el ayuntamiento de La Laguna porque no sabían que podía largar allí dentro.








Si algo podrían hacer estas empresas que repito sus nombres para tener claro quiénes son, la Cadena SER Radio Club Tenerife, Telecinco, Línea Directa, Kia Motors y sus filiales en Canarias, Coca Cola, Carlsberg y los gestores de la marca en Canarias la Compañía Cervecera de Canarias, es limpiar la zona publica que ocupan para sus intereses privados o pagar una parte de la factura de la limpieza y el mantenimiento y que no sean los contribuyentes los que le paguemos, como absolutos gilipollas, la limpieza de lo que dejan  sucio para que ellos se hagan cada vez más ricos. Al ayuntamiento hay que exigirle que trate de contribuir al civismo de los jóvenes y que no financie a fondo perdido con nuestros impuestos macrobotellones de este tipo. A Fernando Clavijo demandarle que dé más la cara por los ciudadanos y no por los intereses privados, que no sea un conseguidor, y a ver si tiene algo de decencia que organice estos macrobotellones fuera de su apacible casa.





Cuatro operarios, dos cubas con sus respectivos conductores, agua y demás productos de limpieza y esto hay que multiplicarlo por cuatro en el caso de El Cuadrilátero. Los otros dos partidos en La Concepción supongo que habría un despliegue parecido pero la misma noche porque en El Casco la mierda no pasa toda la noche como en este barrio de los bares. Tampoco las potas y las meadas en las puertas de los vecinos, claro. Pagamos los contribuyentes el dispendio que se les da a estas empresas privadas. ¿Hasta cuándo vamos a seguir haciendo el gilipollas para que los de siempre se salgan con la suya?