08 marzo 2008

Bajo el rubor de las auroras


El siguiente texto ha sido publicado en el número 2 del nuevo suplemento de ciencia y arte de Diario de Avisos (sí, por una vez en un medio se recoge el pensamiento científico al mismo nivel de otras manifestaciones artísticas porque hoy el que no sabe de ciencias es tan iletrado como el que no sabe de literatura) dirigido por Daniel Duque y que se llama El Borrador. Desde aquí queremos desearle buena suerte a Daniel en esta nueva etapa que emprende y que seguro hará que el nivel cultural de este periódico suba bastante.




El panorama editorial canario es, por no decir otra cosa más dura, algo muy triste. Lo que algunos ven como salud del sector, el hecho de que salgan centenares de títulos al año o que haya un fondo de más de 600 ediciones sin haberse agotado, no es más que un signo de pobreza editorial. Lo que en Canarias se edita no suele ser más que parte de la correa de transmisión del sistema ya que el negocio en el libro no está en su venta sino en el cobro de la subvención. Una prueba de ello es que aquí la gente corriente no lee ni siquiera la lista con la que hace la compra en el supermercado. Una pequeña joya en todo este universo es, sin embargo, el libro de Jesús Girádez Macía de Ediciones Idea, paradigma quizás de este desazón cultural pues presumen en su web que desde 1991 han sacado casi mil volúmenes, titulado Entre el rubor de las auroras.

Este texto es fruto del trabajo realizado por Giráldez en torno a la figura de Juan Perdigón Gutiérrez, o João Perdigão Gutiérrez en su acepción portuguesa, majorero emigrado a Brasil siendo niño de las Canarias de principios del siglo XX por las mismas causas que hoy en día nuestra tierra atrae a la inmigración: el hambre. En la ciudad de Santos acabaría siendo destacado miembro del movimiento anarquista libertario en un ambiente convulso tras el paso directo, en aquel país, de un sistema de producción esclavista a uno capitalista y de mercado. El potencial humano acumulado allí por la masiva entrada de europeos de ideología libertaria huidos del Viejo Continente será un factor determinante del ambiente de lucha social en aquellas tierras. El libro se estructura en base a las memorias escritas, durante distintas fases de su vida, por el mismo João Perdigão, una persona de origen humilde y de formación autodidacta, a instancias del historiador Edgar Rodrigues que fue quien se las facilitó al autor. Como bien añade Giráldez en el prólogo este trabajo no hubiera sido posible sin las enormes posibilidades que Internet ha abierto en el campo de la historia, las relaciones humanas y la investigación.

En un momento en que cierta historiografía y arqueología canaria se mueve en torno a la gratitud estomacal y a la legitimación de ciertas ideas preconcebidas, la historia se hace a priori y luego se trata de encajar los hechos en este corsé, un libro como el de Giráldez es algo muy oportuno. En el texto se encuentran vacíos periodos muy largos de la vida de João Perdigão que otro documentalista hubiera rellenado con invenciones, idealizaciones de personajes y hechos ad hoc, pero que el autor deja sin narrar porque carece de suficiente información. Lo que puede parecer un defecto, que el libro no está realmente terminado, es una virtud ya que a ningún proceso y empeño humano se le puede declarar definitivamente acabado. Es posible que gracias a este texto se pueda allanar el conocimiento de la figura de João Perdigão que, tras este trabajo, ha sido sacado del olvido para la historiografía del archipiélago.

El miedo a la libertad es una constante en el ser humano. Nos es más fácil dejar que decidan por nosotros que ser nosotros coherentes con nuestra existencia y, en consecuencia, decidir nuestros actos. En nuestra época de domino absoluto de la globalización como fenómeno de control social se ha logrado que se desprecien las ideas de corte anarquista como descabelladas o violentas cuando lo torcido y lo salvaje está en el sistema mismo. Es por eso que el gesto de Giráldez de rastrear en sus trabajos el movimiento libertario, movimiento que pudo haber triunfado en los inicios del sistema capitalista de finales del XIX si la izquierda hubiera profundizado más en lo que la une que no en lo que la divide, es un gesto valiente y necesario para comprender nuestro pasado reciente. Quizás, quién sabe, puede que gracias a gente como él la anarquía surgirá entre el rubor de las auroras como decía João Perdigão en sus memorias.

El Borrador de Diario de Avisos, 8 de marzo de 2008.