11 octubre 2006
Polítcas sucias pero con buena imagen
En Canarias el problema de los residuos importa verdaderamente una mierda a los políticos y a casi todas las administraciones. Bueno, algo importa en la medida que hacer campañas de separación de residuos y tratamiento de éstos significan hacer políticas de buena imagen para la administración y que así luego parezca como que hacen algo. Pero todos sabemos, de una manera o de otra, que esto no es verdad. Canarias es, probablemente, la región más subvencionada del mundo y en las que más mal se han gastado el dinero de éstas. No es de recibo que los ciudadanos alemanes, mayores contribuyentes netos a la UE, deberían de tener claro que la parte del dinero que pagan en impuestos, y que luego viene a Canarias, se dedica a mantener a políticos y empresarios bananeros y a construir, como puede que sea el caso algún día, puertos ambientalmente nefastos como el de Granadilla. Estos caciques pillan dinero para hacer las campañas de gestión de residuos pero no para gestionar éstos adecuadamente.
El caso de la recogida selectiva de envases en Tenerife, concretamente en el municipio de La laguna, es para partirse el culo por un tema que, realmente, no tiene ni pizca de gracia porque en esto se juega nuestro archipiélago el futuro. Arico, un municipio del Sur de la Isla de Tenerife, es el que le ha tocado el muerto de llevarse toda la basura generada en la isla. Allí existe un centro de tratamiento de envases, de esos que se ponen en el contenedor amarrillo, para que sean tratados por separado. El lugar se inauguró a bombo y platillo pocos meses antes de las elecciones locales de 2003. Más de un año después estaban todavía los envases de la inauguración, que se hizo para la prensa, de este centro en las cintas transportadoras de selección. Las autoridades declaran que este lugar debe estar cerrado la mayor parte del año porque no tienen materia prima. El primer centro comercial de Canarias se inauguró, precisamente en Tenerife, en el año 1992. En estos 14 años estas catedrales comerciales han proliferado en nuestro archipiélago como setas y con ello un problema bastante grave: la cantidad de basura sólida que se genera. Las regiones con una economía más turgente se distinguen de aquellas que están empobrecidas por muchas cosas, pero sobre todo por la tipología de residuos que se genera: en nuestras casas es anecdótico la basura de materia orgánica frente al aluminio, cartón, vidrio, papel y plástico. Que no haya materia prima en la isla es una mentira y un insulto a la inteligencia. Lo que no hay es voluntad política para que los envases se recojan y se traten de manera adecuada. Una vez más es la administración, léase ayuntamientos, cabildos o gobierno de Canarias, la que siendo la encargada de hacer cumplir la ley, y que debería de dar ejemplo con ello, no lo hace sino que la vulnera de la manera más descarada.
Las fotos de arriba son del municipio de La Laguna. El cartel, tomado en la carretera de La Cuesta, no está acorde con el contenedor amarillo, fotografiado cerca del Cuadrilátero de La Laguna. Ambas son pura imagen para que el ayuntamiento haga como que cumple la ley de residuos. No creo que ningún empleado lo dijera en público pero es fácil que le cuenten a uno en confidencia que la basura de los contenedores orgánicos y la de los envases se mezclan en el mismo camión. De todas formas sólo hay que ser un poco paciente y ver como, en una misma recogida, son metidos los contenidos de ambos sistemas que deberían de hacerse por separado. El trabajo de miles de personas de este municipio que se molestan en separar los residuos en sus casas es mandado a la mierda por unos políticos irresponsables que se les paga para que cumplan con la ciudadanía y no para que se enriquezcan y vivan como dios.