El proceso de rebajas que se abre siempre con la finalización de las fiestas navideñas trata de ser un aliciente para que los consumidores sigan con la inercia de gasto de días pasados. No sólo resulta que estas campañas ya están programadas desde el momento mismo en el que se inicia la temporada regular sino que una cosa así es necesaria para el sistema comercial ya que mejor es liquidar los restos que quedan, en la medida de lo posible, antes que dejarlos perder o acumular en almacenes porque ya sabemos que para el capitalismo el espacio físico cuesta mucho dinero. En nuestra sociedad se ha pasado en poco tiempo de sentir vergüenza de comprar en rebajas, y hacer dicho consumo como a escondidas, para llegar a la aptitud de regodearse por haber conseguido en cinco una cosa que hace pocos días valía quince. Esto resulta un nuevo signo de los tiempos o si se quiere una recién adquirida costumbre de los ciudadanos que están normalmente agobiados con lo que cuesta vivir.
A poco menos de 5 meses de las próximas elecciones autonómicas y locales se abre una época muy peculiar basada en el despilfarro de dinero público para financiar descaradas campañas particulares y electorales. En realidad se establece un proceso parecido a lo que puede significar el típico chollo de las rebajas, esto es, se afirma que con poco se ha hecho mucho aunque luego sabemos que es todo lo contrario. Quizás esta máxima, y sin sentarnos a analizar otros casos, se la lleve como mejor y más valioso ejemplo el procesos de la construcción y la futura puesta en funcionamiento del tranvía de Tenerife. Éste es un medio rígido de transporte que nadie democráticamente en la isla ha elegido, dicen que es un capricho personal de Melchior presidente del cabildo de la isla máxime si analizamos la manera en la que estos proyecto se venden a través de poderosos y oscuros lobbies que presionan a los sectores políticos, y que tiene de cabeza a decenas de miles de conductores de la isla, sobre todo nos referimos a los que se ganan la vida al volante por calles y carreteras, que merecen el mayor homenaje que se haya hecho nunca por aguantar todo lo que han aguantado estoicamente estos tres años. En uno de los últimos días de 2006 escuché durante un par de horas en la información del tráfico en el todo noticias de Radio Nacional un servicio de
El tranvía del área metropolitana de Tenerife ya está circulando pero no para transportar personas sino para hacer propaganda gratuita, porque la pagamos los contribuyentes, a coalición canaria. Ya a finales de noviembre sirvió para transportar desde las cocheras en Taco al rey de España y demás políticos deseosos de salir en las mejores fotos de los medios hasta
En estos poco más de cuatro meses vamos a estar bombardeados por las mentiras e insultos a la inteligencia de esta pandilla de trileros de la política que actúan indistinta o conjuntamente bajo las siglas de CC, PSOE y PP. Como punto más álgido históricamente, aunque no imbatible, de manipulación y rentabilización política están las cuatro o cinco inauguraciones, la verdad es que uno ha perdido ya la cuenta, que ha tenido el auditorio de Tenerife. O sí no tenemos la bienal del paisaje de Canarias, sin visos de continuidad en 2008, que ha resultado ser un juguetito mediático y cosmético puesto en manos de la viceconsejera de cultura, es un decir, Dulce Xerach por Adán Martín y que demuestra pese a los presupuestos millonarios que se gastan en Canarias en cultura, con la edificación de enormes contenedores culturales como el auditorio o el centro Adolfo Domínguez, para nada han trascendido en la población media. Ni tampoco en la misma viceconsejera a la que basta con escucharla decir dos frases para saber por qué digo esto.
A todos estos ataques y abusos del poder que tratan de manipular a la gente a través del derroche en recursos público del que se ha apropiado sin permiso, y sin la más mínima noción democrática, hay que responder con el uso de algo que a los seres humanos nos hacen invencibles: el cerebro. Y éste si que es verdad que no debe estar de rebajas. Una máxima que, extraída de la vida cotidiana, debe aplicarse al mundo de la política es la de poner en suspensión, en duda, todos los presupuestos manifestados desde organismos oficiales por altos cargos que se dedican, un día sí y otro también, al antiguo arte del engaño. La perversión del lenguaje es el arma que más daño ha hecho nunca a la humanidad y nosotros, como ciudadanos dignos, estamos obligados a clarificar y denunciar estas perversiones.