21 febrero 2007

CANARIAS INSOTENIBLE




Las Islas Canarias siempre han sido un territorio de contrastes. Se ha hecho universal el tópico de que en estas islas, y en un mismo día con diferencia de unas pocas horas, una personas puede estar rodeada de nieve a una temperatura cercana a los ceros grados centígrados pero con sólo desplazarse por carretera en poco más de una hora estará tomando el sol en la playa a una temperatura superior a los 20 grados. No vamos a decir aquí que cuando Franco se vivía mejor, valga la metáfora para expresar el grado de tiranía absoluta al que han llegado nuestros dirigentes y que no significa otra cosa, pero en Canarias se da el triste contraste de que con el inicio del estatuto de autonomía comienza un proceso de degradación de nuestro territorio y de nuestra calidad de vida que no tiene precedentes en nuestro archipiélago y que está llevando a estas tierras a una situación donde se está sobrepasando el límite para llegar a niveles irreversibles.

Lo que el terrible régimen fascista no se atrevió a hacer, sin duda no porque no se quisiera sino porque el contexto socioeconómico no era favorable a la burguesía de entonces, se están atreviendo ahora el actual poder económico y esa formación bananera y oportunista llamada coalición canaria, que ha comprado hace poco las siglas PNC, desde los últimos 14 años de estatuto de autonomía. Cuando un ex comunista y actual oportunista nacionalista llamado José Carlos Mauricio dice, desde sus funciones de consejero de economía y hacienda de los que nos gobiernan en Canarias, que las islas se deben mirar en el modelo económico de Singapur, que haciendo un trasvase simple entre por ejemplo Tenerife y este país asiático tendríamos que nuestra isla acabaría teniendo 12 millones de personas, y luego se queda tan tranquilo es que algo va mal estructuralmente en Canarias. Quizás no sea la culpa toda suya sino que sólo sea alumno aventajado de su presidente que algo habrá aprendido en 30 años en la política, empezó antes que el mismo estatuto, ya que empresarios como un Plasencia o un Cazorla cualquiera tienen su número de móvil para saber como va lo suyo mientras casi medio millón de personas viven en Canarias bajo en umbral de la pobreza. O también por ver como un presidente de cabildo viaja en un jet privado de un empresario a Noruega invitado a pescar salmón.

La gestión de los residuos en el archipiélago es un auténtico disparate y un cúmulo de despropósitos. Desde que a principios de los años noventa las grandes superficies de la distribución entraron a saco, de manos de los trileros PSOE, PP y CC, el nivel y la cantidad de residuos de un hogar normal se ha duplicado o triplicado. Sin necesidad de recurrir a estadística ninguna todos recordamos que antes de esa entrada en la mayoría de los municipios la recogida de la basura no era algo diario sino que se hacía tres veces en semana como mucho. Ahora en las grandes ciudades se realiza a diario y es muy habitual ver los contenedores llenos de desperdicios a cualquier hora del día.

Estas grandes superficies no sólo han deteriorado nuestra calidad de vida, han degradado nuestros hábitos alimentarios, empobrecido nuestras relaciones laborales sino que, además, han sido las causantes de que la composición de la bolsa de basura que sacamos a la calle sea distinta. Sí antes el predominio era de residuos orgánicos hoy en día éste es más bien testimonial y ha dado paso al plástico de multitud de envases, latas, cartones y bricks.

En el caso concreto de Tenerife, pero suponemos que también en otras islas, la recogida selectiva es más bien un cachondeo que sólo sirve para fines publicitarios. El ayuntamiento de La Laguna antes de las pasadas elecciones locales de 2003 hizo una cara campaña sobre el tratamiento de los residuos en este municipio y hoy en día, cuatro años después, los empelados de la recogida de basura reconoce oficiosamente que los envases que la gente deposita en el contenedor amarillo son mezclados sin más con los residuos que van en el contenedor de orgánicos. No hace falta, sin embargo, que nadie nos reconozca esto porque el tema es tan descarado que se hace ante las narices de cualquiera que se fije un poco en como actúan los camiones que están haciendo la recogida diaria. Estas políticas sucias contrastan con las campañas de autobombo que tratan de dar una imagen limpia a todo este asunto y que parten desde instituciones como el gobierno de Canarias o los cabildos insulares pero que al final no sirven para nada. Parece como si la consigna fuera coger la subvención para estas campañas, y los planes que publicita, para luego desviarla a otros asuntos más oscuros.

La recogida selectiva de residuos no es un capricho tonto que nos pueda dar a personas que tenemos una conciencia más o menos cercana a la ecología sino que responden a transposiciones de normativas de la Unión Europea que son de obligatorio cumplimiento entre los países miembros. Canarias se encuentra muy lejos de cumplir los mínimos exigidos por las autoridades comunitarias que muchos países miembros, como Alemania, sobrepasan ampliamente. Un técnico del cabildo de Tenerife, Francisco Hernández, quiere cerrar antes de que acabe la legislatura un plan de residuos para la isla de Tenerife que ha tratado de consensuar con movimientos ecologistas y sociales. Aunque esta búsqueda de diálogo honra profundamente a este hombre nosotros nos tememos que esta campaña y este plan van a ser un fracaso porque la voluntad de las administraciones, de los políticos que las manejan en realidad, en el tratamiento de residuos es escasa por no decir nula. Si por ellos fuera montarían una peligrosa incineradora para dar aparente fin a las toneladas de residuos que se acumulan y se seguirán acumulando en el municipio de Arico pero voces discrepantes, como la del Foro Contra la Incineración de Residuos, han logrado frenarla hasta el momento. El día que coalición canaria descubra que a la mierda se le pueden sacar comisiones como se les saca a los puertos industriales en Granadilla, los tranvías y las urbanizaciones de playas como Las Teresitas cambiarán su actitud al respecto.

El mejor regalo que se les ha dado a los especuladores y burguesía constructora que nos gobierna ha sido la prórroga de la Reserva de Inversiones de Canarias, RIC, durante 4 años más. No vamos a hablar aquí ahora de lo pernicioso que ha sido este instrumento fiscal para que a la mayoría de la gente que vivimos en Canarias su calidad de vida se haya empobrecido o de que en las islas los políticos tienen la denigrante costumbre de ir de víctimas ante una aparente metrópoli para así pillar la mayor cantidad posible de subvenciones para que desde el sector público este dinero acabe en manos privadas. Eso ya lo hemos hecho en otro sitio o hay catedráticos de economía que pueden hacerlo mejor que nosotros. El caso es que este nuevo tiempo, que coincide con una legislatura, es un cheque en blanco para que el próximo gobierno y las distintas administraciones sigan con su política de urbanismo feroz que tanto daño ha hecho a nuestra tierra en estos diez largos años de vigencia de la RIC. Resulta ilustrativo que con las lluvias de enero la pequeña isla de El Hierro acabara completamente patas arriba. El hecho de que en nuestro archipiélago a causa de lluvias de cierta intensidad, episodios que históricamente son naturales y forman parte de la meteorología canaria, las islas o parte de ellas se queden como ha quedado El Hierro, con carreteras partidas o cauces de barrancos reventados, no es sino una muestra más del maltrato que, especulativamente, ha recibido nuestro territorio. No es de recibo que esto ocurra en una isla como El Hierro que siempre se la ha presumido que está a unos niveles de desarrollo todavía sostenibles en comparación al resto del archipiélago. Parece desvelarse de todo ello que allí tampoco se están cumpliendo con las necesidades de un desarrollo sostenible.

Los actuales fenómenos demográficos por los que están pasando estas islas, y por los que tantas irresponsabilidades han pasado los políticos canarios empezando por el presidente saliente Adán Martín, tienen su raíz profunda en el actual modelo económico vigente en el archipiélago. Lo que se ha dado en llamar efecto llamada no es sino el despliegue de una poderosa economía transformadora del suelo, basada en la construcción desaforada, que necesita a gran mano de obra barata y dúctil para realizar sus propósitos de crecimiento económico. En Canarias cada dos días y medio se cubre de cemento una superficie de una hectárea esto es, un campo de fútbol. La marbellización del municipio de La Laguna hacia el área de Geneto, con viviendas que atraerán a cientos de miles de personas, es un claro reflejo de todo esto. Eso sí, luego viene una formación financiada por empresarios como es CCN que tienen una abierta actitud racista y xenófoba a hablar de inconstitucionales e imposibles leyes de residencia. Su oportunismo hace que no duden en acudir a manifestaciones vergonzosas convocadas por Identidad Canaria y el grupo de comunicación El Día y desfilar junto a la fascista organización Democracia Nacional. Sí se enfriara la economía y se utilizaran los impuestos evadidos por los empresarios de la RIC en inversión social la demografía se acabaría controlando por si misma.

Dentro de pocas semanas hay elecciones. No vamos a esperar mucho de este sistema electoral que se han pactado los trileros y que dice que el que consigue la suma de 31 gobierna en Canarias a través del más injusto reparto electoral que se conoce en democracia alguna. El PRI en Méjico gobernó 74 años seguidos con castas corruptas que se sucedían en el poder para repartirse lo público de manera rotatoria. Por eso coalición canaria, próximamente PNC, no quiere ser menos y Martín debe dejar su espacio a Rivero. En Canarias la disidencia no es fácil. Superando las distancias, y aquí viene otra metáfora, se podría decir que es hasta más difícil que en la época de Franco donde el enemigo estaba claro. Aun así una cosa está clara: somos muchos, la mayoría, los que no los queremos más donde están. Muchos más de los que cada noviembre nos manifestamos en Tenerife contra el puerto de Granadilla y que nunca han sabido contar bien. Muchos que no somos bien representados por el sistema electoral bananero canario.

Canarias Digital, 21 de febrero de 2007.