12 noviembre 2012

La banca mata



Para hacernos una idea completamente diáfana de quiénes ha sido, son y, si no lo remediamos, seguirá siendo la chusma que nos ha estado gobernando basten las declaraciones del presidente de la Caja Insular de Ahorros de Canarias, curiosamente también de esa pseudo ONG completamente perversa que es la Cruz Roja, Juan Manuel Suárez del Toro ante el juez instructor del Caso Bankia, Fernando Andreu, en las que decía que él en el Banco Financiero de Ahorros, el súper organismo que controlaba la entidad fusionada, votaba lo que le decían sin decir quién le ordenaba, dijo no saber los problemas por los que atravesaba la entidad cosa que parece que supo por la prensa y que simplemente cobraba por asistir a dichas reuniones. Mientras en este país muchos buenos economistas están en paro, o con mucha suerte trabajan en precario, un completo inútil para la gestión bancaria era puesto a dedo, como ocurrió en todas las cajas de ahorros pero que es especialmente doloroso en el caso de la Bankia fundada por el PP y actualmente intervenida, y tiene la solmene cara dura de decir que, en definitiva, lo único que hacía en claro en esta entidad era cobrar su sueldo millonario. Este ha sido un país de chorizos y es más que probable que los que siempre hemos, de una manera u otra, denunciado las situaciones que han sido posiblemente corruptas nos hayamos quedado cortos viendo ahora el montante de esta crisis que no es tal cosa sino que tiene todos los visos de ser la mayor estafa colectiva a la que se ha enfrentado la humanidad.
Cada día lectivo en España se ejecutan hasta 500 sentencias de desahucio, 400 mil desde que comenzó la crisis allá por el año 2008. Una sangría lenta y silenciosa hasta hace poco y cuyos responsables políticos son José Luis Rodríguez Zapatero, 300 mil desahuciados en su conciencia, y Mariano Rajoy Brey con 100 mil. Ni que decir tiene que los partidos que han apoyado a estos dos malogrados, el PSOE y el PP, han sido y son los principales valedores de este sistema político bipartidista que han gobernado de manera turnada y que lejos de haber pinchado la burbuja inmobiliaria que nos ha llevado a esta gran estafa la promocionaron, el PP aprobando la perversa ley del suelo de Rodrigo Rato en 1998 y el PSOE aprovechando la supuesta bonanza de la economía para crecer con demagogia y populismo. La Constitución de 1978, mancillada por ambos partidos en un fin de semana del verano de 2011 para incluir en ella la reforma que prohíbe a las administraciones recurrir al déficit público, ha sido papel cagado en lo que se refiere a la vivienda como un derecho de la ciudadanía. El hecho que se llegara hasta el punto en el que se ha llegado con la especulación inmobiliaria significa que en este país se han primado los derechos privados de las cuentas de resultados de las entidades financieras frente al derecho de todo ciudadanos de tener una vivienda digna. Mientras el PSOE gobernaba no hizo nada con el tema de los desahucios, que ya se veía venir con esta intensidad, y tuvo que ser el PP el que hiciera una supuesta ley y código de conducta no vinculante que la banca se ha pasado por donde mejor ha podido pues lejos de detenerse el problema parece que se ha amplificado. El PSOE y el PP, a ambos partidos se les han perdonado deudas con entidades financieras, han mirado para otro lado hasta que en los últimos días dos personas se han suicidado momentos antes de ser desalojados de sus viviendas hasta que la presión ciudadana y mediática sobre el tema ha sido insoportable y han dado un miserable golpe de efecto anunciando que en breve llegarían a un acuerdo para intentar mitigar los desahucios dejando claro, por supuesto, que tanto el PSOE como PP se deben más a los poderosos banqueros que a los millones de ciudadanos que, increíblemente, todavía les votan.
No todo es negativo en este tipo de cosas en estos días y hay que alegrarse con el hecho que Carmen Ormaña haya conseguido, tras una huelga de hambre, que Bankia le hayan concedido un alquiler social tras haber sido desahuciada por esta entidad intervenida, que recibe dinero de toda la ciudadanía, hace unos meses. Esta ciudadana no ha estado sola sino que ha sido acompañada por más ciudadanos pero también manipulada por dos señores que hay que echarles de comer aparte, pertenecen ambos al pleno del ayuntamiento de Santa Cruz, como José Manuel Bermudez de CC y José Manuel Corrales desahuciado de Socialistas por Tenerife y recogido en la casa de Izquierda Unida Canaria por Ramón Trujillo. De Bermudez poco hay que decir que no se sepa salvo que el amago de cerrar las cuentas de Bankia del consistorio le ha salido bien y, de momento, hasta parece que trabaja y todo para ser un alcalde que casi nunca está en su sitio salvo en actos populistas en los que se pueda apuntar un tanto mientras su patrimonio en el sur de la isla de Tenerife se presenta más que dudoso. De José Manuel Corrales hay mucho qué decir porque esa supuesta izquierda impertinente y falsa que hay en Tenerife no se ha atrevido a ponerlo en sus sitio y, es más, hasta le salvan el tipo siempre que pueden como ha hecho el citado Trujillo. Si para alguien se inventó la palabra traición fue para él. Corales es un tipo gris siempre en busca de un echadero permanente, ya se la ha jugado a tres partidos políticos en Canarias, IUC, PSOE y SXTF, y que, siempre yendo a la saga detrás de los que trabajan, se ha apuntado un tanto con la huelga de hambre de Carmen Ormaña. Los que le conocen nunca lo han visto hacer lo mismo durante mucho tiempo seguido pero, según declara, ha estado tres días sin comer, no ha dicho el qué, en solidaridad con la afectada pero, tristemente, consiguiendo que se hable de él más que de ella como, en efecto, hago yo ahora hablando de este impresentable en lugar del pequeño éxito de esta ciudadana desahuciada que, sin duda, cuando se puso en huelga de hambre no pensaba que su acto fuese a servir para salvarle el tipo a estos personajes que, ahora y no en su momento, se han interesado jamás por ella.
Que plantarle cara a la gran banca española es algo que se debía haber hecho hace tiempo nadie duda ni siquiera cobardes como Rubalcaba que ahora dice que lleva ocho meses trabajando en una ley antidesahucios cuando en los casi ocho años que estuvo su partido en el gobierno miraban para otro lado y los últimos, por supuesto, de manera bastante miserable. Los vasos comunicantes que se tienden entre la política, las altas finanzas y los grandes empresarios de España no van a dejar, de ninguna de las maneras, que los ciudadanos nos salgamos con la nuestra ni derribando esta ley hipotecaria que, hasta con la luz de la Unión Europea, es ilegal pues patea completamente los derechos de los ciudadanos entregando demasiado poder a las entidades financieras. Hasta los jueces han necesitado dos muertes para quejarse de que la ley que deben llevar a cabo es demasiado dura y nada garantista para los ciudadanos. Ojalá que las perspectivas sociales y políticas que estos días se han abierto en contra de los desahucios sirvan para algo pero, humildemente, mi experiencia me dice que las cosas se acaban siempre torciendo del lado de los poderosos. A esta situación no le valen ya parches y hay que acabar con la hegemonía de los dos grandes partidos políticos que son cada uno la cara y la cruz de una misma moneda. La ciudadanía debe asaltar, de una vez por todas, el poder popular para que los miles de responsables que nos han llevado a esta crisis estafa acaben por pagar con sus huesos en la cárcel.
Canarias 24 Horas, 12 de noviembre de 2012.