Diagrama de flujo que representa una calculadora de Dominio Público según la legislación española. Pulsa en la imagen para agrandarla o descargarla. Creative Commons: Cultura Abierta. |
Escribo
esta reflexión en las postrimerías de este 23 de abril de 2014, Día
del Libro, teniendo dos cosas claras: que el sistema tradicional de
distribución editorial de libros impresos tal y como lo conocíamos
hasta ahora ha llegado al final y que estamos gobernados por
completos imbéciles. Si bien el libro de papel va a perdurar durante
décadas sí que es verdad que los nuevos medios digitales no van a
significar la muerte del lector sino todo lo contrario. Hoy ha sido
patético ver como en las distintas instituciones que han marginado
la cultura durante décadas a sus representantes se les caía la baba
haciendo patéticas campañas de promoción del libro durante un par
de horas regalando ediciones penosas y pensando que dentro del
concepto libro cabe cualquier payasada que les pueda
representar votos.
Hace
unos días, el 17 de abril de este año Jueves Santo, fallecía el
genial escritor y periodista Gabriel García Márquez. Aunque en mi
caso derivé a otros tipos de lecturas nunca le estaré totalmente
agradecido a este señor que a mis 15 años me contagiara el vicio de
la lectura gracias a sus libros y en especial a Cien Años de
Soledad. El caso, y lo que me tiene hablando solo, es que su
magistral obra no será completamente de Dominio Público, esto es
considerada de libre disposición para hacer lo que se quiera con
ella por cualquier persona, hasta dentro de 70 años en la mayoría
de los países del mundo. Las leyes de derechos de autor disponen que
el paso a Dominio Público de las obras literarias, artísticas y
científicas lo serán a las siete décadas del fallecimiento del
autor más el primero de enero. Esto significa que cualquiera podrá
hacer lo que quiera con sus palabras sin pagar dinero a los que
gestionan sus derechos hasta el 1 de enero de 2085. Cuando eso suceda
la mayoría de los que estamos vivos ahora habremos muerto y, lo que
me parece más impresionante, es que vivirán de lo que este señor
escribió personas que a día de hoy no han nacido ni están en
proyecto de nacer.
La
originalidad de García Marquez es, sin duda, mucha comparada con la
tradición pero sin esta tradición el escritor de obras como La
mala hora o El Coronel no tiene quién le escriba jamás
hubiera escrito lo que escribió y, seguramente, se hubiera dedicado
a otra cosa en la vida y, sin duda, hubiera sido igual de brillante
en ello. La creación es un continuum, nunca puede ser
catalogada de manera estanca, y que vivan de la obra de García
Márquez, con todos los respetos que me merecen sus descendientes,
personas que no han colaborado en ella dentro de unas décadas me
parece completamente indecente. Y claro que su obra debe generar
derechos de autor pero por un periodo sensato, unos años es lo
justo, y no durante más de un siglo desde que determinadas obras
fueron publicadas. De momento él está muerto, vivió mejor que la
mayoría de los mortales gracias a su talento y no necesita los
dineros que su obras todavía generan.
Buscando
un poco por internet, es delito poner enlaces y no lo voy a hacer,
dicen que se puede encontrar un archivo torrent que descarga su obra
completa, 24 libros, en menos de tres minutos y luego haciendo las
operaciones oportunas podemos subir estos archivos a nuestros
servicios favoritos o volcarlos en nuestros dispositivos electrónicos
de lectura y disfrutar de su obra sin más límite que el de nuestro
tiempo disponible para ello o de nuestra imaginación. En un mundo
volcado al cambio de nada vale aferrarse a lo viejo, aparte de
limitado significa restricciones, pues es más fascinante construirlo
cada día que tratar de proteger el pasado que significa el
privilegio de unos pocos. Que los unos y los ceros de
los archivos de lectura sean permeables en la red nos debe hacer
felices porque al final nuestra sociedad ganará mucho más que con
los sistemas de edición tradicionales.