28 julio 2014

'Sí Se Puede' ser transparente


Que el titular del periódico El Día del 23 de julio fuera que Arcila asesoró a Granadilla por 10.200€, refiriéndose a una factura totalmente legal que este abogado y concejal de Sí Se Puede le pasó al ayuntamiento de Grandilla en 2008 por servicios prestados, me parece completamente indecente no sólo con la que está cayendo sino con el nivel de corrupción que los trileros nos han sometido durante décadas y de la que este diario ha guardado silencio por obediencia debida. Sin duda, por la misma obediencia han publicado esta noticia que tiene más de humo que de otra cosa. Como votante de Sí Se Puede, cosa que no volverá a pasar en la vida por cierto, me hubiera parecido más coherente con esta formación que Pedro Fernández Arcila le hubiera pasado la factura a su partido en vez de hacerlo al contribuyente pero creo que esto es otra cosa. En su momento celebré que las obras del dichoso puerto de Granadilla se hubieran detenido y, en cierto sentido, cualquiera que hubiera sido el precio me parece insignificante por lo que se logró por aquellos días. Otra cosa es que esta formación haya dejado completamente por perdida la batalla contra el destrozo que se está produciendo en Granadilla y que mire ahora hacia otro lado: el de las prospecciones petrolíferas que ya sabemos que a día de hoy es algo que tiene más perspectivas electorales desde que Paulino Rivero se volvió ecologista.
Cuando alguna vez he cuestionado el gasto que produjo la concejalía de medio ambiente en el ayuntamiento de Granadilla cuando, entre 2007 y 2011, el exsocialista Antonio Cabrera fue concejal de esta formación se me ha respondido, con acritud y no con el debido respeto de un ciudadano que pide cuentas públicas, que el gasto en personal era antes 89 mil euros menor al que es ahora con el alcalde Cejas. Lo he pedido porque se sabe que allí ocurrieron cosas graves: que se rompió el partido cuando se acabó el poder, que nunca se explicó donde fue a parar cierto dinero de subvenciones y que José Luis Fernádez Fuarros se acabó llevando documentación sensible. La falta de transparencia en las administraciones públicas y en los partidos políticos siempre está injustificada pero en una formación supuestamente alternativa que llegó al poder afirmando ser lo opuesto a lo que hemos conocido es algo completamente indignante. Es normal lo que le ha pasado a Sí Se Puede con la desconocida factura de Pedro Fernández Arcila y con lo que le pueda pasar si aparecen otro tipo de cosas que aún siendo legales puedan sonar extrañas. Todo esto se hubiera curado con un ejercicio de transparencia absoluta publicando en una web hasta el último céntimo que se mueve en el partido, de dónde viene el dinero con el que se financia, el gasto que se produce en las áreas de gobierno que tiene el partido en los diversos municipios sobre todo en el periodo de Granadilla y una declaración de bienes de sus cargos electos cosa a la que, por cierto, alguno son reacios. La transparencia es un ejercicio imprescindible en la vida pública y no se entiende que un partido que ha exigido por activa y por pasiva que las administraciones y los partidos lo sean luego tenga tanta falta de ésta cuando ha tocado poder. A lo mejor es problema mío por exigir un uso exquisito de mi dinero que pago en impuestos y que tanto me cuesta ganar.
En una entrevista mitin en Radio San Borondón, una radio donde por cierto estuvo Sí Se Puede vetado una buena temporada, decía Pedro Fernández Arcila que Sí Se Puede aspira a ser Podemos y a ir de la mano en las elecciones de mayo de 2015. Por mucho que intenten buscar paralelismos traídos de cara a sacar titulares de prensa fáciles Arcila e Iglesias no son iguales, no hablo de la coleta, ni sufren el mismo acoso. Como a cualquier partido, no es que ponga mucho la mano en el fuego por Podemos pero lo que ha conseguido esta formación no ha sido, precisamente, por comportarse como Sí Se Puede. Podemos ha sabido llegar a la gente sin ser sectarios como la formación de Tenerife, usando de manera democrática las redes sociales y creciendo sin gente que aspire a empoltronarse en la política. Otra cosa es lo que pueda pasar con esta formación en el futuro, cosa que no veo muy clara. En Gran Canaria Podemos obtuvo 48 mil votos con gente que trabajó la campaña y que huían de la burocracia de partidos como Izquierda Unida. En Tenerife Podemos es más difusa y la estrategia de Sí Se Puede, como buenos profesionales de la política que a veces están resultando ser, es apoderarse en cierta medida de este nombre que, a día de hoy, funciona bien como una marca y que muchos votos de gente descontenta podría traerles. A mi esto me parece una estrategia tan legítima como otras para obtener el poder pero yo hubiera seguido profundizando con la que dejaron atrás después de las elecciones de mayo de 2011: la de trabajar en lo local sin importar lo que pueda significar de cara a las urnas.

No es probable sino que es seguro que Sí Se Puede vuelva a crecer en las próximas elecciones locales y autonómicas pero el mérito no será de un partido que, salvo excepciones como la de Buenavista con un montón de críticas posibles, han pasado por el aro del poder asumiendo muchos de sus malos vicios. Sin duda, el grado de desesperación en el que la ciudadanía anda metida jugará una baza importante para esta augurada victoria tanto como el desplome del PSOE y no tanto del PP en la representación local. No sé qué pasará entonces pero está claro que en la legislatura que casi acaba Sí Se Puede no ha sabido gestionar el enorme poder local que han tenido por una completa falta de autocrítica, por sectarismo, por un buenismo al que se creen inherentes por el simple motivo de que a cada noche le suceden los días y porque han faltado a la norma democrática más básica: la transparencia.