03 febrero 2014

Desenmascarando a UPyD


La casa común de la política profesional es, sin duda alguna, ese lugar tan mal llamado como centro político. Si tuviéramos que buscar un punto en común de partidos políticos, a parte de que son miembros de una casta privilegiada, como el PSOE sobre todo cuando gobierna porque en la oposición se acercan a las organizaciones ciudadanas para buscar votos, el PP, Ciudadans, el nuevo partido Vox y UPyD es que a todos les gusta definirse por pertenecer a esta supuesta posición política. Si este centro existiera como un lugar físico sin duda apestaría a la misma corrupción como la que se respira en las instituciones que nos han gobernado en toda esta etapa de democracia ceremonial tras la reinstauración de la monarquía diseñada por el franquismo. Yo creo que esta posición de centro no existe realmente y que los partidos cuando gobiernan hacen políticas de derecha con cierto apertura en lo social pero conservadora en lo económico, como el PSOE, de extrema derecha cuando recortan logros sociales y de ultraderecha cuando legislan dentro del útero de las mujeres como ha estado haciendo el PP tanto en estos dos años como en los ocho del indeseable de José María Aznar. La izquierda no es lo que hace Izquierda Unidad o los partidos que, con más o menos buenas intenciones, se proponen para ejecutar políticas abiertas dentro de un sistema que está podrido desde sus cimientos al que habría que demoler por completo. La izquierda real es minoritaria, está reprimida, vive al margen de este sistema y sus miembros suelen pagar con su salud o su vida los deseos de cambiar por completo este sistema que no tilda en calificar como de radicales anti sistema y violentas exigencias de democracia real y justicia social cuando es el sistema el principal generador de violencia.
Como quiera que sea, el hecho es que vivimos en una realidad terca que es muy difícil de cambiar y lo que más molesta en todo ello son aquellos salva patrias como la exalto cargo del PSOE, Rosa Díez, que en su vida jamás se le ha conocido otro oficio o beneficio que no sea medrar con la política. Fundadora de un partido político como UPyD éste ha sido la mejor casa común de una ultraderecha que, por razones meramente estéticas, no ha encajado dentro del PP. Aprovechándose del descontento ciudadano en estos años de crisis, lo más miserable que se puede hacer en la política profesional, esta señora es paradigma viviente de aquel dicho que asegura que no hay más intolerante del tabaco que aquel que fue fumador empedernido y poco respetuoso con los no fumadores y, por cuestiones de resentimiento puro, ataca ahora al PSOE que frenó sus ambiciones personales y su egolatría utilizando de una manera completamente miserable el tema de ETA que, por ser ciudadana de Euskadi, tan de cerca le ha tocado vivir. Tan lejos ha llegado la diarrea mental de esta señora que a finales del 2011 no tuvo reparo alguno en aliarse alegremente con las tesis de la conspiración del exdirector de El Mundo, el fulminado por Rajoy Pedro J. Ramírez que después de haber echado a dos presidentes del gobierno prueba ahora su propia medicina, sobre la trama del 11M, la autoría del atentado perpetrado por islamistas por parte de ETA y pedir, sin vergüenza alguna, la reapertura del las investigaciones de este atentado porque la estrategia de su partido ha sido arañar votos a la ultraderecha del PP que ha hecho de esta banda terrorista su única razón de existencia. No es de recibo que un fascista y peligro público condenado como el facha Ynestrillas haya pedido alguna que otra vez el voto para el partido político fundado por Rosa Díez a su imagen y semejanza. Un partido que no tiene el menor reparo en poner a un cantamañanas, Toni Cantó, a cobrar dinero público en la comisión de igualdad del Parlamento para insultar a las mujeres diciendo aquello de que la mayor parte de las denuncias de violencia de género son falsas en un país terriblemente machista en el que todas las semanas hay una mujer asesinada por esta forma de terrorismo y donde cada vez se denuncian menos estos hechos.
El falangismo ha evolucionado mucho desde la imagen del facha cantado el cara al sol con el brazo extendido, la gallina en la rojigualda, los curas llevando a dictadores bajo palio y repartiendo hostias en la misa a señores de bigote y gomina que por la noche se van de putas. La imagen de UPyD trata de ser moderna, alejada de los tópicos de la extrema derecha que para eso están los estudios de mercado, han asaltando las redes sociales y se han apuntado a todas las luchas de la sociedad para que al final un patán como Cantó deje ver el desprecio sociológico de esta formación hacia las condición real de las mujeres. Lo malo es que su estrategia funciona y la gente se cree que que votar UPyD es hacer un gesto de progresismo cuando en las elecciones de 2015 ya deben estar contemplando ser la llave del poder dando su voto a un PP en minoría si fuera menester porque el odio patológico de Rosa Díez al PSOE es de psiquiatra. En la isla de Tenerife en las elecciones del 20 de noviembre de 2011 UPyD tuvo, sin infraestructura alguna en las islas más que las intervenciones de Rosa Díez en la televisión y las redes sociales, 11.293 votos frente a los 10.153 de aquella coalición conformada por líderes que ascendieron a la política tras la lucha ciudadana contra el puerto de Granadilla, los expulsados del PSOE que se han acabado por romper y las cascarillas de partidos verdes compuestos por un puñado de militantes bastante frescos si miramos a su concejala en la ciudad de La Laguna, Candelaria Marrero, que no suelta el acta de concejal para seguir cobrando el sueldo a fin de mes y mantener viva la posibilidad de ser ella la que le dé el poder en mayoría absoluta a CC sin el PSOE. Nunca sabremos cuánto costó la campaña de estos últimos pero, sin duda, si hubiera de calificar de éxito sería la hazaña de UPyD en la isla que con cero euros conquistó más votos que una campaña de la que desconocemos su fuente de financiación.

Si votar en la farsa electoral de cada cuatro años sirviera de algo estaría prohibido. Da tristeza que mucha gente muriera por este derecho social que se ha quedado completamente desprovisto de sentido ya que, por comodidad individual y por impedimentos del poder, el ejercicio de la democracia se debe hacer todos los días y no cada cuatro años. Sin duda las reglas de la sociología explicarán algún día por qué las segundas generaciones, las que tienen los derechos ganados por sus padres que han luchado por ellos, se acaban acomodando y olvidan pronto de dónde vienen, como que el gallo fue primero pollo, no luchamos por dejar este mundo mejor de lo que lo cogimos sino que acabamos pervirtiendo lo que un día se ganó con sangre y sudor. Mientras, la derecha más reaccionaria y rancia buscará eslóganes y resquicios publicitarios, como hacen la mayoría de productos comerciales que consumimos y que no sirven para nada, para instalarse en nuestras mentes. UPyD, un partido hecho para acaparar el mayor poder en las manos de su lideresa, es un completo ejemplo de esto último.