30 enero 2014

El Servicio Canario de empleo, al sol


Desde 1993 hasta el pacto de perdedores de 2011 entre CC y PSOE los altos cargos de este último partido no ocupaban cargos relevantes en las instituciones del Gobierno de Canarias y eso a muchos les debía tener de los nervios. Por eso echaron al plasta de Juan Fernando López Aguilar de las islas, no creo que aquel eche de menos nada porque los eurodiputados viven mejor que dios, y después de las elecciones de mayo de 2011 no dudaron un instante en venderse al mejor postor, olvidarse de las reivindicaciones de reformar el sistema electoral caciquil canario y entrar a ser cómplices sin complejos de los 20 años de gobiernos de CC que han dejado Canarias en la ruina social, económica y ambiental. Enseguida buscaron poltronas de todo tipo para personajes mediocres, segundones e ineptos como Jerónimo Saavedra, Juan Carlos Alemán, Javier Abreu, Guasimara Medina, Gustavo Matos, Aurelio Abreu, José Antonio Valvuena o Alejandro Martín, director del Servicio Canario de Empleo, del que quiero hablar ahora y que reconozco que hasta este momento no lo había tenido mucha en cuenta.
Tal y cómo están las cifras de paro en Canarias la cartera de la consejería de Empleo no debe ser el nada agradable, de ello dejó constancia Margarita Ramos que supo marcharse con coherencia a tiempo viendo que CC y PSOE estaban haciéndose publicidad con su nombramiento por ser ella persona seria y consecuente, aunque parezca que para Francisca Luengo cualquier dato de desempleo es magnífico viendo la especie de celebración perpetua en la que vive esta buena señora. Tanto que hasta se busca colaboradores de su misma talla viendo las declaraciones que este 27 de enero hacía su subordinado director del SCE, Alejandro Martín, en la Cadena SER en Canarias. Para él Canarias se puede permitir el lujo de tener tasas de paro mayores que otras regiones porque “en las islas tenemos otras ventajas, un clima maravilloso; las condiciones de vida no se miden solamente por el dinero que uno gana o la tasa de paro, aquí se puede mantener una tasa de desempleo mayor que en lugares más inhóspitos.” En efecto, este era el director del Servicio Canario de Empleo que tiene que buscarle trabajo a 371 mil parados y no al hombre del tiempo o un mago del campo que predice si va a llover por la forma de las brumas en el horizonte. Alguien le debería de decir al señor Martín que una factura, una hipoteca o una compra del supermercado hay que pagarla igual si se vive bajo al sol, la sombra, la lluvia, la nieve o en el paraíso que dicen que es Canarias para unos pocos pues las islas son las que tienen las cifras más grandes en desigualdades, las menores prestaciones sociales, donde los dependientes se mueren esperando que se les reconozca su situación y unos niveles de pobreza y analfabetismo que nos equiparan a las regiones más desfavorecidas del mundo. Si tanto le gusta a este impresentable el clima de Canarias desde aquí lo conmino a que deje su puesto de trabajo que seguro que hay miles de personas en las islas que lo harían mejor que él y que dimita, ya que nadie tiene la decencia de cesarlo, para que se vaya a vivir en la costa de la playa y esté todo el día bajo el sol que tanto parece gustarle. Es increíble que la opinión publicada de Canarias no estén dilapidando a este señor que desde aquí no se merece más que nuestro desprecio y el de los 371 mil canarios que no tienen empleo ni visos de tenerlo pronto.
Lo que hace que las islas el desempleo se lleve mejor que en otras partes no es el clima, éste sin duda es un factor positivo para muchas cosas que se minimiza cuando las autoridades canarias piden las eternas subvenciones a las instituciones europeas, sino un factor tan terrible como es la economía sumergida y, como no, la solidaridad familiar ya que muchas pensiones se estiran más de la cuenta. En concreto las islas tienen una tasa de economía sumergida de un 27,90 por ciento del PIB, es la cuarta más grande del estado después de Extremadura, Andalucía y Castilla la Mancha, lo que significa que un euro y pico de cada cuatro de los que circulan en el archipiélago es dinero negro como el que cobraba Rajoy de la Caja B del PP. Es probable que mucho de ese dinero opaco a Hacienda esté en las grandes fortunas y en los billetes desaparecidos de circulación, los de 500 euros, pero la mayoría de la procedencia de éste viene de familias y personas que trapichean con lo que pueden o que trabajan sin contrato, les pagan las hora extra en negro o tienen que ver con la prostitución, la droga o el crimen a pequeña escala. Es esta economía sumergida la que hace que haya una cierta cohesión social, que no se haya roto la sociedad y no el mero hecho de que en Canarias haga, habitualmente, sol y buen tiempo. Esto lo debería saber perfectamente Alejandro Martín que por lo que se ha visto de él es otro inepto más que debe creer que los problemas, el que tiene el SCE es muy gordo, desaparecen con ignorarlos y no por trabajar para solucionarlos.